EL MUNDO INTERIOR

El ser humano es una unidad, al igual que la llama de una vela.

La llama viene siempre acompañada de luz y calor. Son tres elementos distinguibles, sin embargo los tres son uno y no se pueden separar. Los tres forman una unidad.

Pues la llama sin luz es un absurdo, la luz sin un origen no puede existir, y el calor que proviene de la llama y es transmitida por la luz no puede separarse de los dos anteriores.

Igualmente el hombre es una unidad que tiene tres elementos que son inseparables, pero distinguibles:

El cuerpo físico exterior, el mundo interior psicológico y el calor del amor más profundo.

El lenguaje del mundo exterior (llámesele "aspecto mundano") es diferente al mundo interior.

• El mundo exterior mira a través de los ojos de cuerpo, mientras que el mundo interior mira a través del intelecto de la psiquis. Es decir el entendimiento observa intelectualmente el mundo exterior que le rodea.

• El mundo exterior oye a través de los oídos del cuerpo, pero el mundo interior razona a través del raciocinio psicológico. Entender y razonar son dos sentidos para el mundo interior que no son lo mismo.

• El mundo exterior huele a través del olfato del cuerpo, pero el mundo interior huele lo bueno y lo malo a través de su percepción del alma o psiquis.

• Lo mismo sucede con los otros dos sentidos restantes.

Y para finalizar el tercer elemento, que compone al ser humano y que lo explica muy bien Tolle, es la esencia interior que tiene la capacidad de observar a pensamientos, razonamientos y la percepción de lo bueno y lo malo por encima de todo lo que es exterior.

Estos tres seres que componen al hombre son distinguibles pero no separables y forman una unidad.

Sin embargo a cada uno de estos elementos hay que alimentar, cada uno a su manera.

Hay que comer para alimentar el cuerpo, tanto como hay que disfrutar de los colores, ver los bellos paisajes, oír armoniosos sonidos, practicar el arte, etc.

De lo contrario el segundo elemento (la psiquis) se va muriendo y el hombre UNIDAD se va enfermando desde el mundo interior y enfermará incluso al hombre exterior o mundano.