Juez austriaco: ¿Es necesaria la prueba de Papanicolaou?

¿Pueden los cambios sospechosos de cáncer en el cuello uterino experimentar una auto-curación?

Esto sucedió, en forma significativa, en la práctica de un ginecólogo de Linz, Austria en octubre de 1999.

“Es incomprensible, pero sucedió", concluyó el juez del tribunal regional de Linz, Austria. Se refería tanto al curso del crimen como sus consecuencias. Astrid S., de 33 años de edad, que trabajaba como asistente médico en un ginecólogo de Linz, fue acusada. 

 

Una de sus tareas era comunicar, a las pacientes, los resultados desagradables de las llamadas pruebas de Papanicolaou, hechas para la detección temprana de cáncer al cuello uterino (carcinoma cervical). Sin embargo, la sensible asistente médico, con el tiempo, ya no logró decirles más a las “pobres mujeres” que estaban enfermas. En lugar de cargar a los pacientes con sospecha de cáncer y con más procedimientos de diagnósticos o terapias “necesarias”, ella comenzó a falsificar los hallazgos o dejarlos desaparecer bajo la pila de archivos. 

 

Después de seis años ya no pudo soportar el estrés, renunció y se mudó a Viena. Sus “crímenes” fueron descubiertos cuando un miembro del personal femenino del laboratorio del ginecólogo preguntó sobre el estado de salud de una paciente que fue diagnosticada con cáncer por la prueba de Papanicolau.

El médico se horrorizó cuando se dio cuenta que el resultado dormía en el hospital y que la paciente nunca había oído hablar de los resultados.

Un total de 99 casos similares fueron encontrados. Todas las mujeres fueron convocadas y examinadas. 

 

El resultado asombroso del perito médico:

En ningún caso se detecto daño alguno causado por la pérdida de la prueba.

Al contrario, se constató médicamente que la mayoría de los pre-cánceres habían desaparecido.

Sólo en seis casos fue necesaria una conización, es decir, la eliminación cautelar del tejido sospechoso.

Esta conización se hubiera realizado en muchas de las pacientes si hubieran sido tratadas inmediatamente. 

 

¡Gracias a Dios que se perdió el papanicolau!

Incluso un diagnóstico certero de cáncer avanzado mostró que el cáncer había desaparecido por completo. El perito determinó que se trataba de una curación espontánea. En ningún caso se detectó un cuadro clínico de enfermedad avanzada.

El veredicto del ex asistente médico fue, pues, leve: recibió cinco meses de libertad condicional y una multa simbólica de 700 euros. 

 

¡Gracias por su acción “criminal”!

Después de dictar la sentencia, en la sala del tribunal , había una de las pacientes "engañadas" por el ginecólogo, y ella se acercó a la asistente médica y le dio las gracias por su acción “criminal”. Ella era una de las mujeres que estaban completamente sanas según los resultados de las investigaciones del perito.

"Si Usted, en ese entonces, no hubiera dejado que desaparezcan los resultados", dijo, abrazando a la asistente, "yo habría sido operada y sometida a un tratamiento contra el cáncer". 

 

Triste realidad actual

Este proceso entra a los anales de la historia de la medicina. Pero aun no se toman las medidas para mejorar la calidad de la detección precoz del carcinoma cervical. Estas pruebas siguen siendo aun una terrible carga para la innumerable cantidad de mujeres que son alarmadas con cáncer y llevadas a intervenciones innecesarias.

Fuente:
 Juicio en el juzgado nacional de Linz (Landesgericht Linz) en  Austria
contra Astrid S., asistente en clínica ginecológica en Linz, Austria.
Fuente: Revista "Profil del  12 Abril 2010, Nr. 15, año 41,  página 103.
http://channeling.wbs.cz/profil_210.pdf
http://www.initiative.cc/Artikel/2013_10_27_PAP_Abstrich.htm