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jueves, 13 de diciembre de 2018

Errores sobre el agua de mar

Errores y su aclaración :

"Con el agua de mar no tendremos cáncer porque Otto Warburg (1931) decía que el cáncer sólo puede desarrollarse en un medio ácido y sin oxígeno"

Pueden encontrar la tesis de Warburg aquí   -en inglés-)
En ella podemos ver que con su tesis él sólo pretende prevenir el 20% de los casos de cáncer, que considera de causas internas. El resto (el 80%) consideraba que tenían causas externas. (Ver más explicación)

"El agua de mar alcaliniza el cuerpo porque es alcalina (porque tiene un pH mayor de 7)", “el mar es un medio alcalino”

Aunque el agua de mar que bebiéramos tuviera un pH alcalino, no hay una relación directa entre beber líquidos ácidos y acidificarse (o alcalinos y alcalinizarse)
Por ejemplo: Está comúnmente aceptado que el zumo de limón alcaliniza, y es bien ácido. (Ver más explicación)

"El agua de mar es la panacea, sirve para todo"

No sabemos por qué Eurípides dijo que "El agua de mar cura todos los males del hombre", pero, al menos, los males de esta época, es evidente que no es así.
Pueden ver aquí otras sorprendentes afirmaciones de los médicos de la época greco-romana (información no apta para niños).
Tal como decía un médico italiano en el s.XIX:
"el agua de mar está provista de principios activísimos, que deben producir efectos muy visibles sobre el cuerpo humano, pero conviene estudiarla minuciosamente antes de lanzarse a pronunciar un juicio, antes de establecer en qué enfermedades pueden obtenerse resultados útiles y en cuáles es inútil o perjudicial" Guastalla, 1842.

"El agua de mar no tiene contraindicaciones, no tiene efectos secundarios", "tomando el agua de mar diluida, isotónica, no nos producirá ninguna reacción adversa"

Si algo nos parece que no tiene contraindicaciones, es que no lo conocemos suficientemente.
En el Diccionario Vidal de 1975 (Vademécum de Francia) decía que el agua de mar no tenía contraindicaciones. Utilizar el agua de mar para lo que no sirve es perder el tiempo, lo cual puede verse como una gran contraindicación sobretodo en los casos graves.
En 1975 Hamer todavía no había publicado sus descubrimientos. Ahora, gracias a ellos entendemos mejor lo que son las enfermedades, con dos consecuencias:
  • no usamos el agua de mar para acabar con enfermedades que realmente son sólo síntomas del proceso de recuperación, de curación.
  • usamos el agua de mar sabiendo las posibles reacciones que puede provocar y si podrá superarlas el enfermo o no.(Ver ejemplos de reacciones aquí)
Como se explica en el libro, el agua de mar puede provocar que el enfermo empiece a recuperarse de sus dolencias y esta recuperación agote su energía vital o no sepa entender correctamente lo que está haciendo su cuerpo.

"Hay gente que no tolera el agua de mar", "primero tenemos que comprobar que no somos intolerantes al agua de mar", "el agua de mar no es para mí porque me da dolores de cabeza, bajadas de tensión, cansancio,..."

Si conocemos los descubrimientos de Hamer entendemos correctamente los síntomas que el agua de mar nos puede producir al empezar a tomarla. (Ver ejemplos de síntomas aquí)

"Si tenemos diarreas, esto indica que se esta realizando la limpieza del intestino", "el agua de mar iniciará su acción con una limpieza de colon", "la defecación líquida que se presenta al inicio de la práctica de tomar agua de mar es una depuración intestinal beneficiosa"

Si al beber agua de mar nos produce diarrea es porque hemos tomado demasiada. Es un sufrimiento y una irritación inútil del intestino, para hacer una limpieza de intestinos, mejor hacerla siguiendo el método Shank Prakshalana.

"La diarrea desaparece una vez el organismo se acostumbra a los nuevos niveles de ingesta de sal saludable"

Si hemos tenido diarrea y seguimos tomando la misma dosis, acabaremos muriéndonos.
Diarrea es ingesta excesiva de agua de mar. El cuerpo no puede acostumbrarse a ningún exceso.

"El agua de mar es beneficiosa porque contiene todos los elementos químicos"

El efecto benéfico del agua de mar es innegable y en parte se debe a su composición química pero el mayor beneficio, con gran diferencia, se obtiene cuando se bebe sin haberla calentado por encima de 44 grados.
Al calentarla por encima de 44 grados pierde gran parte de su efecto y no ha cambiado su composición química. Ello indica que hay algo que no es la composición que es lo que hace el agua de mar tan beneficiosa. (Ver explicación más extensa)
Una casa después de un terremoto tiene la misma composición que antes (cemento, hierro, ladrillos), pero ya no sirve para nada.
El grafito (de las minas de los lápices) y el diamante, tienen la misma composición química (puro carbón) pero todos sabemos lo diferentes que son.
La nieve, el hielo, el agua, tiene la misma composición, pero tienen muy diferentes utilidades.
El agua de mar que calentamos al cocinar nos sigue siendo útil porque nos aporta todos los minerales y un sabor estupendo, pero sin su mejor efecto medicinal.

"El agua de mar, con su zooplancton y fitoplancton es nutritiva", "el agua de mar es el nutriente más completo de la Naturaleza"

La cantidad de zoo y fitoplancton en un litro de agua de mar, normalmente es inferior a un miligramo.
Una pastilla puede tener unos 500 miligramos. Imaginen lo pequeño que es un miligramo.
Por tanto, el agua de mar es nutritiva por su aporte de oligoelementos (elementos químicos que necesitamos en pequeñísima cantidad que quizá no están presentes en nuestra comida industrial habitual).
Pero su aporte de proteína e hidratos de carbono es insignificante.
Y sólo de oligoelementos no se puede vivir. Hay que comer patatas, arroz, pan, lentejas,...

“Un náufrago se hidrata y nutre con agua de mar, la "sopa marina" contiene todos los nutrientes que necesita cada una de nuestras células”

En la experiencia de náufragos voluntarios que realizó la Fundación Aquamaris en Canarias, los participantes perdieron entre 1 y 2 kilos de peso diarios.
El náufrago se hidrata con el agua que produce el cuerpo al quemar sus carbohidratos (se hidrata a base de consumirse a sí mismo). Este agua se llama "agua metabólica".
(Tomando agua de mar el náufrago sobrevive más días, pero no indefinidamente).

“El agua de mar tiene una concentración de sales mayor que la que puede soportar nuestro organismo”, “la carga de minerales es muy grande para la mayoría de las personas”

No se trata de tomar sólo agua de mar, sino como complemento alimenticio.
Se puede beber el agua de mar sin diluir sin ningún problema para el organismo (un vaso). Pero luego el cuerpo nos pedirá beber, nos dará sed hasta que bebamos de agua normal el triple de lo que hayamos bebido de agua de mar (tres vasos). En vez de agua normal también podemos tomar fruta o verduras (que tienen mucha agua dentro).
Si tomamos agua de mar y luego nos resistimos a hacer lo que nos pide el cuerpo (beber agua normal), evidentemente que nos perjudicamos.
Si tomamos más de un vaso de agua de mar rápidamente, desbordamos la capacidad de asimilación del cuerpo y nos dará diarrea y deshidratación. Si lo tomamos a lo largo del día, damos tiempo al cuerpo a sentir sed y tenemos tiempo para satisfacerla bebiendo agua normal (o comiendo fruta y verdura) y no nos da diarrea.

“Los peces no enferman por estar todo el día bañados en agua de mar”, “en los océanos no existe la obesidad”

No sólo en el mar, sino en cualquier ambiente no influido por el hombre. ¿Dónde enferman más? Pues donde más les hacemos vivir una vida diferente de la suya natural:
  • en ganadería estabulada por ejemplo, donde alimentamos a los animales herbívoros con harinas animales y no con hierba
  • nuestros animales de compañía que alimentamos con pienso y no pisan el campo ni ven el sol
La enfermedad es propia de los hombres, de sus errores (aparte de accidentes, intoxicaciones, etc. que no son directamente producidos por sus errores, aunque puede que lo sean indirectamente), ya que los animales no pueden equivocarse, su comportamiento no es libre.
Si algún animal salvaje enferma, no dura vivo ni cinco minutos, pues cada animal tiene sus predadores que se lo comerán en cuanto su comportamiento se aleje del óptimo, ya sea por estar moribundo de viejo o por enfermedad.

"La terapia marina de Quinton"

Hay un libro de Jarricot (seguidor de Quinton) de 1921 que se titula “Método marino” (en francés: “Méthode marine”). Pero no es fácil de obtener. En cualquier caso, no tiene mucho sentido buscar prescripciones concretas, pues podemos tomar bebida toda la que nuestro intestino sea capaz de aceptar sin problemas (mientras las heces salgan con forma), o podemos inyectarnos varios litros (isotónica) sin ningún problema. (Recordemos que los problemas pueden venir por los síntomas de curación que puede producir).

"El agua de mar cura la tuberculosis"

El libro "Beber agua de mar" contiene las citas de los libros de Quinton y Jarricot que afirman lo contrario: "después de unas semanas de reanimación sorprendente, la enfermedad retoma su curso".
Gracias a que ahora conocemos a Hamer entendemos mejor lo que ocurría.

"El agua de mar es estupenda porque a María y a José les ha ido de maravilla"

Los testimonios de otras personas son valiosos como indicadores, pero no son garantía de que a nosotros nos convenga lo mismo.
Tenemos que entender lo mejor posible cómo actúa el producto / remedio o tratamiento, porque el mismo remedio no nos conviene a todos, porque estamos en circunstancias diferentes.
Mi primo me habla entusiasmado del camión que se ha comprado para transportar las vacas. Pero a mí, para ir a ver a mi abuelita, me va mejor una bicicleta.
Si de algo sólo nos dicen bondades,...
No hay nada que nos convenga a todos en todo momento.
Cuando algo no tiene contraindicaciones o sirve para todo, es que nos falta conocerlo mejor.

“Como en todo, con el agua de mar no hay que excederse”

Si y no.
Si vemos, podemos correr y no sufrir accidentes.
Si no vemos, andando despacio nos caeremos.
Habitualmente hay un límite en la cantidad que una persona puede beber, pero hay circunstancias especiales (p.ej.: hemorragias) en las que la persona necesita una gran dosis (isotónica, inyectada) y rápidamente, y no dársela, es un grave error.
La precaución no sustituye el conocimiento.
Sólo el conocimiento nos libra del error de usar el agua de mar para lo que no es (y perder el tiempo, que no es poco) y del error de usarla cuando no debemos.
Si no entiendo las instrucciones de un aparato, por mucha precaución que ponga puedo estropearlo.
Cuanto menos conocemos lo que estamos manejando más prudentes tenemos que ser. Pero podemos llegar tarde por esa prudencia.
Incluso con una gran prudencia podemos tener graves daños, en función de nuestro estado. Si estamos ciegos, por muy despacio que nos acerquemos a un precipicio, nos caeremos.
El agua de mar es como un superdeportivo que es preciso saber manejar para no tener accidentes. Los accidentes no son culpa del agua de mar, sino nuestra, por no haber estudiado Hamer que nos enseña lo que nos puede ocurrir cuando nos estamos curando. Hamer nos enseña a conducir el superdeportivo.
Aparte de lo dicho en el anterior apartado (conocer lo que dice Hamer para no confundir con una enfermedad los síntomas de curación que nos puede producir el agua de mar), el agua de mar nunca nos va a dañar nada siempre que respondamos a lo que nos pide el cuerpo: si tomamos un vaso de agua de mar sin diluir el cuerpo nos va a pedir que bebamos agua normal, o comamos fruta o verdura: vamos a sentir sed. Si nos negamos a beber agua normal, pues no es el agua de mar el que nos daña, es que no respondemos a lo que nos pide el cuerpo. (Para el caso de los náufragos ver el artículo correspondiente). (A la gente con demencia, o bebés o inconscientes, que no puede escuchar su cuerpo, siempre hay que darle agua de mar isotónica o más diluida todavía).

“Los metales pesados se van al fondo”

Si y no.
Puede que estén formado compuestos que estén en suspensión. Especialmente si estamos cerca de un punto de vertido industrial continuo o la desembocadura de un río contaminado.

“La primera célula (la vida) salió del mar”

La teoría de la evolución está hace tiempo rebatida por muchos hallazgos y argumentos (ver www.creationscience.com) : por ejemplo, el hallazgo de árboles fosilizados que atraviesan lo que según la evolución deberían ser capas de sedimentos de millones de años. ¿Cómo es posible?

“Los estudios han demostrado la inocuidad del agua de mar”

Esta es una frase que puede afirmarse (y es cierta) hablando en general. Pero, como se explica en otras partes de esta web y del libro, puede que haya personas a las que no les convenga tomar agua de mar. (No porque el agua de mar sea perjudicial por sí misma, sino por el estado de la persona).
Además de ello, esta frase no puede ser científicamente cierta, por lo siguiente:
Las matemáticas pueden afirmar que es cierto que 2 + 2 son 4 y lo será para toda la eternidad.
Pero en el resto de ciencias, y mucho menos las ciencias que tratan con seres vivos, es imposible garantizar "que algo no es perjudicial" al 100% porque es imposible estudiar todas los posibles efectos y circunstancias en que ese "algo" puede usarse. (Ver más explicación en el artículo sobre “la ciencia no puede dar certezas”)

“Tomando agua de mar tendremos salud y no enfermaremos”

Esta frase es evidentemente incorrecta. Podemos tomar agua de mar y, por otro lado, perjudicarnos mucho más con estrés o malos pensamientos.
Aunque la contraportada del libro "Beber agua de mar" diga "El agua de mar cura todos los males", se entiende que es un eslogan, una exageración, aunque la dijera Eurípides.

“El agua de mar no cura ninguna enfermedad que se haya vuelto crónica”

El agua de mar no cura nada, ayuda a que el cuerpo se autorepare. Puede que incluso de las averías que arrastramos desde hace años. Como explica la Dra. Ilari en su vídeo en el minuto 27:37
Cierto que decimos "el agua de mar cura las hernias discales", pero es sólo una forma de hablar. El agua de mar es una ayuda importante en algunos casos, pero es sólo eso; es el cuerpo, el que usando su poder autoreparador, se cura. Igual que el cuerpo es capaz de cicatrizar una herida por sí mismo.

“El agua de mar es un estilo de vida”

Tomar agua de mar puede ser un remedio maravilloso en un momento dado, una ayuda importante en otro o sólo un complemento nutricional si nos encontramos bien (es la sal más natural que podemos consumir).

"Bañarnos en el mar nos deshidrata porque perdemos agua por el efecto osmótico"

Cuando hay dos líquidos con concentraciones de sal diferentes separados por una membrana permeable, el agua va del líquido con más sal al liquido con menos. (Agua de mar isotónica dentro del cuerpo, piel, agua de mar hipertónica fuera del cuerpo).
Que haya un efecto físico aplicable a una situación no quiere decir que ocurra siempre o que sea relevante. Entre la gente que hace cola para comprar el pan, puede haber dos jugadores de ajedrez. Es algo perfectamente posible, pero irrelevante de cara a calcular el tiempo medio de espera.
La ósmosis se produce al bañarnos, pero, tal como explicamos en este otro artículo sobre las dificultades de la ciencia, quizá haya otros factores más importantes que actúen en contra del anterior y en cualquier caso parece que su efecto es muy poco importante, pues observando a los niños bañándose todo el día en el mar, no vemos que salgan deshidratados de él, ansiosos por beber agua normal.

“Hay que tomar el agua de mar de una cierta profundidad”

El agua recogida de la playa (o las rocas) ya es un muy gran remedio. ¿La dificultad adicional de tomarla de una cierta profundidad compensa un mayor beneficio? Y nada es inocuo: tomándola de cierta profundidad con bombas también daña al agua de mar, al someterla a cambios bruscos de presión y contacto con nuevos materiales. Ver “ventajas de tomar el agua de mar directamente de la playa o las rocas”.

"Yo soy un bebedor de agua de mar"

Cuando decimos esto es tan equivocado como decir: “yo soy comprador del jabón de tal marca”. El agua de mar puede habernos servido como remedio maravilloso, pero es sólo eso: un remedio. Podemos estar encantados con ella, hablar a todos nuestros conocidos sobre un fabuloso libro que habla de ella (“Beber agua de mar”), todo eso está muy bien siempre que no nos haga olvidar que hay muchas más cosas maravillosas y que el agua de mar es sólo una de ellas. Y que hay cosas mucho más importantes: Hamer. Y que hay cosas mucho más importantes que Hamer: la religión (nos jugamos mucho, más nos vale ocuparnos de este tema para no errar en él, pues las apariencias engañan).
Arriesgado beber agua de mar sin conocer las posibles reacciones que puede producirnos (Hamer), arriesgado mantener la salud sin conocer para qué estamos aquí ni cómo funciona el mundo (la religión), pues la usaremos para el mal: “más le valía no haber nacido...”.
Hay quien se preocupa de los medios (la salud) sin ocuparse para nada de los fines, o con un fin muy bonito pero equivocado:
  • que suele nombrarse con énfasis de “gran palabra”: (“el hambre”, “la sostenibilidad del planeta”, “la paz”, “la pobreza”, “el medio ambiente”,...).
  • que aparece en los medios de manipulación de masas: radio, prensa, tv, películas, libros,...
Jesucristo no vino a nada de eso.
Fuente: http://www.martin13.com/beber-agua-de-mar-beneficios/mitos-equivocados-del-agua-de-mar.html

lunes, 3 de diciembre de 2018

Comunidad médica reconoce su error: las grasas no son el problema - Medio siglo equivocados

The Medical Establishment Was Wrong About Fat

For more than half a century, the conventional wisdom among nutritionists and public health officials was that fat is dietary enemy No. 1 — the leading cause of obesity and heart disease.
It appears the wisdom was off.
And not just off. Almost entirely backward.
According to a new study from the National Institutes of Health, a diet that reduces carbohydrates in favor of fat — including the saturated fat in meat and butter — improves nearly every health measurement, from reducing our waistlines to keeping our arteries clear, more than the low-fat diets that have been recommended for generations.
"The medical establishment got it wrong," says cardiologist Dennis Goodman, director of Integrative Medicine at New York Medical Associates. "The belief system didn't pan out."
It's not the conclusion you would expect given the NIH study's parameters. Lead researcher Lydia Bazanno, of the Tulane University School of Public Health, pitted this high-fat, low-carb diet against a fat-restricted regimen prescribed by the National Cholesterol Education Program.
"We told both groups to get carbs from green, leafy vegetables, because those are high in nutrients and fiber to keep you sated," Bazanno says. "We also told everyone to stay away from trans fats." The fat-restricted group continued to eat carbs, including bread and cereals, while keeping saturated fat — common in animal products — below 7 percent of total calories.
By contrast, the high-fat group cut carbs in half and did not avoid butter, meat, and cheese. Most important, both groups ate as much as they wanted — no calorie counting, no going hungry.
One year later, the high-fat, low-carb group had lost three times as much weight — 12 pounds compared with four — and that weight loss came from body fat, while the low-fat group lost muscle. Even more persuasive were the results of blood tests meant to measure the risk of heart disease and diabetes. The high-fat group, despite eating nearly twice as much saturated fat, still saw greater improvements in LDL cholesterol, HDL cholesterol, and triglycerides.
kale
Eating kale doesn't guarantee weight loss. In one study, people on a high-fat diet lost three times as much weight as people on a low-fat diet.
Flickr/laurelfan
This was enough to improve their scores on the Framingham Risk Calculator, a tool for predicting 10-year risk of heart attack. The low-fat group, by contrast, saw no improvement on their Framingham scores. "I think the explanation lies in how the low-fat dieters filled the hole left by fat — they just ate more carbs," Bazanno says.
How a fatty pork chop can trump pasta begins with the fact that our bodies don't process calories from fat, protein, and carbohydrates in the same way. "When we eat carbs, they break down into sugar in the blood; that's true of whole grains, too, though to a lesser extent," says Jeff Volek, a leading low-carb researcher at Ohio State University. The body responds with the hormone insulin, which converts the extra blood sugar into fatty acids stored in the body fat around our middles.
Our blood sugar then falls, and that body fat releases the fatty acids to burn as fuel. But carb-heavy diets keep insulin so high that those fatty acids aren't released, Volek says. The body continues to shuttle sugar into our fat cells — packing on the pounds — but we never burn it. Dietary fat, meanwhile, is the only macronutrient that has no effect on insulin or blood sugar. "This means it's likely excessive carbs, not fat, that plump us up," he adds. Low-carb diets stop that vicious cycle, keeping insulin levels low enough to force the body to burn fat again.
But isn't too much saturated fat bad for your heart? "The evidence for that has really disintegrated," says Dr. Eric Westman, a bariatric physician and director of the Duke Lifestyle Medicine Clinic. It is true that saturated fat can raise cholesterol.

But as we know, there is good cholesterol and bad cholesterol. And it turns out that a diet rich in saturated fat increases the former while decreasing the latter. Carbs, on the other hand, do exactly the opposite. In fact, a new Annals of Internal Medicine review of 72 studies and hundreds of thousands of subjects found no strong evidence that saturated fat causes heart disease.
The NIH report actually adds to research that's been accumulating for years. "It's something like the 25th clinical trial in the last 15 years to come out saying this, with almost none going the other way," Westman says.
High-fat diets have been slow to catch on mostly because of two long-held theories. The first is the calorie-counting theory of weight gain, which came about in the 1950s.
"It looks at the human body as a mathematical counting machine," says Gary Taubes, author of "Why We Get Fat: And What to Do About It." "Fat has more calories per gram than carbs or protein, so eating fat must make you fatter. It's a naive view of human physiology."
yogurt
"We no longer think low-fat diets are the answer," says Dr. Linda Van Horn of the AHA Nutrition Committee.
Flickr/matthewblasi
The second idea, the lipid hypothesis, blamed saturated fat for clogging arteries. This notion emerged from vast population studies in the 1970s that found loose correlations between fat consumption, total cholesterol, and heart disease. Just because two things occur together, however, does not mean that one causes the other. But the lipid hypothesis became so popular at the USDA and the American Heart Association that, says Westman, "there was no money to fund research into anything other than low-fat, low-calorie diets for 20 years."
The AHA now acknowledges that refined carbs like flour and sugar threaten your waistline and your cardiovascular health.
"We no longer think low-fat diets are the answer," says Dr. Linda Van Horn of the AHA Nutrition Committee. But, she says, the AHA still recommends keeping saturated fat below 6 percent of total daily calories, or half what the low-carb dieters consumed in the NIH study. "There just haven't been any controlled clinical trials yet showing us how much saturated fat is safe," Van Horn says.
There also haven't been low-carb clinical trials running long enough to reach "hard end points" — heart attack, stroke, or death. That means no one can say with certainty that a high-fat diet will make you live longer. That might be why so few doctors recommend them.

Goodman cites another possible reason: "The idea that fat kills got so ingrained, it became folklore. Your mother told you, your grandmother told you. It's going to take years to get people to believe that was wrong," he says. "We're in a transition, and on the cutting edge. It may take a while, but you'll see new guidelines."