Buscar este blog

lunes, 30 de mayo de 2022

Cosas dulces

Cómo los azúcares y los edulcorantes afectan su salud

A la mayoría de nosotros nos encantan las comidas y bebidas dulces. Pero después de ese breve estallido de dulzura, es posible que te preocupe cómo los dulces afectan tu cintura y tu salud en general. ¿El azúcar es realmente malo para nosotros? ¿Qué hay de los edulcorantes artificiales o bajos en calorías? ¿Qué han aprendido los científicos sobre las cosas dulces que la mayoría de nosotros comemos y bebemos todos los días?

Nuestros cuerpos necesitan un tipo de azúcar, llamado glucosa , para sobrevivir. “La glucosa es el alimento número uno para el cerebro y es una fuente extremadamente importante de combustible para todo el cuerpo”, dice la Dra. Kristina Rother, pediatra de NIH y experta en edulcorantes. Pero no hay necesidad de agregar glucosa a su dieta, porque su cuerpo puede producir la glucosa que necesita al descomponer las moléculas de los alimentos como los carbohidratos , las proteínas y las grasas.

Algunos azúcares se encuentran naturalmente en alimentos, como frutas, verduras y leche. “Estas son adiciones saludables a su dieta”, dice el Dr. Andrew Bremer, pediatra y experto en edulcorantes de NIH. “Cuando comes una naranja, por ejemplo, obtienes una gran cantidad de nutrientes y fibra dietética junto con los azúcares naturales”.

Aunque el azúcar en sí no es malo, dice Rother, “el azúcar tiene una mala reputación que en su mayoría es merecida porque consumimos demasiado. Ahora está en casi todos los alimentos que comemos”.

Los expertos están de acuerdo en que los estadounidenses comen y beben demasiada azúcar y esto contribuye a la epidemia de obesidad. Gran parte del azúcar que consumimos no se encuentra naturalmente en los alimentos, sino que se agrega durante el procesamiento o la preparación.

Alrededor del 15% de las calorías en la dieta de los adultos estadounidenses provienen de azúcares añadidos. Eso es alrededor de 22 cucharaditas de azúcar agregada al día. Por lo general, se agregan azúcares para que los alimentos y las bebidas sepan mejor. Pero estos alimentos pueden tener muchas calorías y no ofrecer ninguno de los beneficios saludables de las frutas y otros alimentos naturalmente dulces.

Las bebidas azucaradas como los refrescos, las bebidas energéticas y las bebidas deportivas son la principal fuente de azúcares añadidos en la dieta estadounidense. Los jugos contienen naturalmente mucha azúcar. Pero a veces, se agrega aún más para que tengan un sabor más dulce.

“Los jugos ofrecen algunas vitaminas y otros nutrientes, pero creo que esos beneficios se ven contrarrestados en gran medida por los efectos nocivos del exceso de azúcar”, dice Bremer.

Con el tiempo, el exceso de edulcorantes puede afectar su salud. “Varios estudios han encontrado una relación directa entre el consumo excesivo de azúcar y la obesidad y los problemas cardiovasculares en todo el mundo”, dice Bremer.

Debido a estos efectos nocivos, muchas organizaciones de salud recomiendan que los estadounidenses reduzcan el consumo de azúcares añadidos. Pero los azúcares añadidos pueden ser difíciles de identificar. En una lista de ingredientes, pueden incluirse como sacarosa (azúcar de mesa), edulcorante de maíz, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, concentrados de jugo de frutas, néctares, azúcar sin refinar, jarabe de malta, jarabe de arce, edulcorantes de fructosa, fructosa líquida, miel, melaza, dextrosa anhidra u otras palabras que terminan en " -osa", el sufijo químico de los azúcares. Si alguna de estas palabras se encuentra entre los primeros ingredientes en la etiqueta de un alimento, es probable que el alimento tenga un alto contenido de azúcar. La cantidad total de azúcar en un alimento se indica en "Carbohidratos totales" en la etiqueta de información nutricional.

Muchas personas intentan reducir el consumo de calorías cambiando de alimentos endulzados con azúcar a alimentos y bebidas dietéticos que contienen edulcorantes bajos en calorías o sin calorías. Estos edulcorantes artificiales, también conocidos como sustitutos del azúcar, son muchas veces más dulces que el azúcar de mesa, por lo que se necesitan cantidades más pequeñas para crear el mismo nivel de dulzura.

La gente ha debatido la seguridad de los edulcorantes artificiales durante décadas. Hasta la fecha, los investigadores no han encontrado pruebas claras de que los edulcorantes artificiales aprobados para su uso en los EE. UU. causen cáncer u otros problemas de salud graves en los seres humanos.

Pero, ¿pueden ayudar con la pérdida de peso? La evidencia científica es mixta. Algunos estudios sugieren que las bebidas dietéticas pueden ayudarlo a perder peso a corto plazo, pero el peso tiende a volver a subir con el tiempo. Rother y otros investigadores financiados por los NIH ahora están trabajando para comprender mejor los efectos complejos que los edulcorantes artificiales pueden tener en el cuerpo humano.

Los estudios de roedores y un pequeño número de personas sugieren que los edulcorantes artificiales pueden afectar los microbios intestinales saludables que nos ayudan a digerir los alimentos. Esto, a su vez, puede alterar la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa, lo que podría provocar un aumento de peso. Pero hasta que se realicen estudios más amplios en personas, el impacto a largo plazo de estos edulcorantes en los microbios intestinales y el peso sigue siendo incierto.

“Hay mucha controversia sobre los efectos en la salud de los edulcorantes artificiales y las diferencias entre los azúcares y los edulcorantes”, dice el Dr. Ivan de Araujo de la Universidad de Yale. “Algunos estudios en animales indican que los edulcorantes pueden producir efectos fisiológicos. Pero dependiendo del tipo de medición que se tome, incluso en humanos, los resultados pueden ser contradictorios”.

De Araujo y otros han estado estudiando los efectos que los azúcares y los edulcorantes bajos en calorías podrían tener en el cerebro. Sus estudios en animales encontraron que el azúcar y los edulcorantes aprovechan de manera diferente el circuito de recompensa del cerebro, y los azúcares tienen un efecto más poderoso y placentero.

"La parte del cerebro que media los tipos de comportamientos 'no puedo parar' parece ser especialmente sensible a los azúcares y en gran medida insensible a los edulcorantes artificiales", dice de Araujo. “Nuestro objetivo a largo plazo es realmente comprender si los azúcares o los edulcorantes calóricos impulsan la ingesta persistente de alimentos. Si se expone a demasiada azúcar, ¿el cerebro eventualmente cambia de manera que conduce a un consumo excesivo? Eso es lo que nos gustaría saber”.

Algunas investigaciones sugieren que el sabor intensamente dulce de los edulcorantes artificiales bajos en calorías puede conducir a un "gusto por lo dulce" o una preferencia por las cosas dulces. Esto a su vez podría conducir a comer en exceso. Pero se necesitan más estudios para confirmar los efectos relativos de los edulcorantes calóricos frente a los no calóricos.

“A la larga, si desea perder peso, debe establecer un estilo de vida saludable que contenga alimentos no procesados, calorías moderadas y más ejercicio”, dice Rother.

Cuando los niños crecen comiendo muchos alimentos dulces, tienden a desarrollar una preferencia por los dulces. Pero si les das una variedad de alimentos saludables como frutas y verduras a una edad temprana, ellos también desarrollarán un gusto por ellos.

“Es importante que los padres expongan a los niños a una variedad de gustos desde el principio, pero se dan cuenta de que a menudo se necesitan varios intentos para que un niño coma esos alimentos”, dice Bremer. “No te rindas demasiado pronto”.

La clave para una buena salud es comer una dieta bien balanceada con una variedad de alimentos y hacer mucha actividad física. Concéntrese en alimentos integrales ricos en nutrición sin azúcares añadidos. Obtenga consejos sobre alimentación saludable y control de peso en http://win.niddk.nih.gov .

 

Fuente: https://newsinhealth.nih.gov/2014/10/sweet-stuff

El dulce peligro del azúcar

 La salud del corazón -6 de enero de 2022

Fuente: https://www.health.harvard.edu/heart-health/the-sweet-danger-of-sugar

Vuelve a pensar tu bebida

La próxima vez que vaya al supermercado, lea las etiquetas nutricionales de los artículos en su carrito para ver cuáles tienen la mayor cantidad de azúcares agregados. Es posible que se sorprenda al ver la cantidad de azúcares añadidos en algunas bebidas.

Las bebidas azucaradas son la principal fuente de azúcares añadidos en la dieta estadounidense. Estos líquidos endulzados incluyen refrescos regulares, bebidas de frutas, bebidas deportivas, bebidas energéticas y aguas endulzadas. Los cafés de sabores que tomamos de camino al trabajo y las bebidas dulces que pedimos cuando salimos a comer también cuentan como bebidas azucaradas. Agregar azúcar y crema con sabor al café y al té en casa también cuenta.

Cantidad de azúcar y calorías en bebidas comunes

Azúcar en bebidas
Bebida (porción de 12 onzas) Cucharaditas de Azúcar Calorías totales de bebida
Agua del grifo o embotellada sin azúcar 0 0
Té sin azúcar 0 0
Limonada, en polvo, preparada con agua 3 55
Bebidas deportivas 5 97
Té dulce elaborado 7 115
Bebida energética 9 162
Refresco normal 10 155
Bebida de jugo de frutas 10 186
Refresco de naranja regular 13 195
Contenido de azúcar derivado de la Central de Datos de Alimentos del Departamento de Agricultura de EE. UU.icono externo

Azúcar añadido

¿Por qué debo preocuparme por las bebidas azucaradas?

Las personas que beben bebidas azucaradas con frecuencia tienen más probabilidades de enfrentar problemas de salud, como aumento de peso, obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, caries y gota, un tipo de artritis. 1-7

Las últimas directricesicono de pdf[PDF-30.7MB]icono externorecomienda que las personas de 2 años o más mantengan su consumo de azúcares añadidos a menos del 10% de sus calorías diarias totales. 8 Por ejemplo, en una dieta de 2000 calorías, no más de 200 calorías deben provenir de azúcares añadidos. Doscientas calorías son aproximadamente 12 cucharaditas de azúcar agregada en alimentos y bebidas combinados. Un refresco normal de 12 onzas tiene más de 10 cucharaditas de azúcar agregada, lo que suma un total de 150 calorías. Eliminar 2 refrescos regulares por día reduciría el total de calorías en 2100 en una semana. 9

Trucos para repensar tu bebida

Un vaso de agua
  • Elija agua (del grifo o sin azúcar, embotellada o con gas) en lugar de bebidas azucaradas.
  • ¿Necesitas más sabor? Agregue bayas o rodajas de lima, limón o pepino al agua.
  • ¿Echas de menos las bebidas gaseosas? Agregue un chorrito de jugo 100 % natural al agua con gas para obtener una bebida refrescante y baja en calorías.
  • ¿Necesitas ayuda para romper el hábito? No se abastezca de bebidas azucaradas. En su lugar, mantenga una jarra o botellas de agua fría en la nevera.
  • ¿El agua simplemente no sirve? Busque bebidas que contengan nutrientes importantes, como leche baja en grasa o sin grasa; alternativas de leche fortificadas sin azúcar; o jugo 100% de frutas o vegetales primero. (NOTA: Antes de que los bebés tengan 12 meses, no les dé jugo de frutas o vegetales. No es necesario tomar jugo después de los 12 meses, pero se pueden proporcionar 4 onzas o menos de jugo 100% natural al día).
  • ¿En la cafetería? Omita los jarabes con sabor o la crema batida. Pide una bebida con leche baja en grasa o sin grasa, una alternativa a la leche sin azúcar como la soya o la almendra, o vuelve a lo básico con café solo.
  • ¿En la tienda? Lea la etiqueta de información nutricional  para elegir bebidas bajas en calorías, azúcares agregados y grasas saturadas.
  • ¿Muy activo? Lleve consigo una botella de agua reutilizable y rellénela a lo largo del día.
  • ¿Todavía tienes sed? Aprende a beber más agua .

Recuerde que puede ser un modelo a seguir para sus amigos y familiares eligiendo agua y otras bebidas saludables y bajas en calorías.

Una nota sobre las bebidas energéticas

Bebidas energizantesicono externoa menudo se comercializan como productos que aumentan la energía. Además del azúcar añadido, estos productos también pueden contener grandes cantidades de cafeína y otros estimulantes legales. Se han planteado preocupaciones sobre los riesgos potenciales para la salud de estos productos, especialmente para los jóvenes. 10-11 Si está buscando un estímulo rápido, las alternativas a las bebidas energéticas incluyen:

  • Agua saborizada natural o sin azúcar . La deshidratación es a menudo una razón para la baja energía. 12
  • Té sin azúcar. Hay varios sabores de té disponibles en variedades con cafeína natural que se pueden disfrutar fríos o calientes. 13
  • Café caliente o helado.
  • Jugo 100% de frutas o vegetales . Hay muchos tipos de jugos y combinaciones de jugos. ¡Encuentra uno que disfrutes!
  • Fruta entera. A veces, un refrigerio puede darle tanto impulso como una bebida.

Otros nombres para el azúcar añadido

Según la Administración de Alimentos y Medicamentos, los azúcares agregados incluyen los azúcares que se agregan durante el procesamiento de los alimentos (como la sacarosa o la dextrosa), los alimentos envasados ​​como edulcorantes (como el azúcar de mesa), los azúcares de los jarabes y la miel, y los azúcares de las frutas concentradas. o jugos de vegetales. Los azúcares agregados no incluyen los azúcares naturales que se encuentran en la leche, las frutas y las verduras. 14

Si estos aparecen en la lista de ingredientes de su bebida favorita, está tomando una bebida azucarada.

  • Jugo de caña
  • Jarabe de maíz
  • Dextrosa
  • Fructosa
  • Concentrados de jugo de frutas
  • Néctares de frutas (como el néctar de agave)
  • Glucosa
  • Jarabe de maíz con alta fructuosa
  • Cariño
  • Jarabe de malta
  • Jarabe de arce y jarabe
  • Melaza
  • Azúcar en bruto
  • Azúcar
  • sacarosa
  • Caña de azúcar

Referencias
  1. Malik V, Popkin B, Bray G, Desprs JP, Hu F. Bebidas azucaradas, obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y riesgo de enfermedad cardiovascular. circulación _icono externo 2010;121(11):1356-1364.
  2. Drouin-Chartier JP, Zheng Y, Li Y, et al. Cambios en el consumo de bebidas azucaradas y bebidas endulzadas artificialmente y riesgo subsiguiente de diabetes tipo 2: resultados de tres grandes cohortes prospectivas de mujeres y hombres de EE. UU. Cuidado de la diabetesicono externo. 2019;42(12):2181-2189.
  3. Malik VS, Hu FB. Bebidas azucaradas y salud cardiometabólica: una actualización de la evidencia. nutrientes _icono externo 2019;11(8):1840. Publicado el 8 de agosto de 2019.
  4. Bernabe E, Vehkalahti MM, Sheiham A, Aromaa A, Suominen AL. Bebidas azucaradas y caries dental en adultos: un estudio prospectivo de 4 años. J Dent.icono externo 2014;42(8):952-958.
  5. Laniado N, Sanders AE, Godfrey EM, Salazar CR, Badner VM. Consumo de bebidas azucaradas y experiencia de caries: un examen de niños y adultos en los Estados Unidos, Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2011-2014 J Am Dent Asociaciónicono externo. 2020;151(10):782-789.
  6. Valenzuela MJ, Waterhouse B, Aggarwal VR, Bloor K, Doran T. Efecto de las bebidas azucaradas en la salud bucal: una revisión sistemática y un metanálisis. Eur J Salud Públicaicono externo. 2021;31(1):122-129.
  7. Ebrahimpour-Koujan S, Saneei P, Larijani B, Esmaillzadeh A. Consumo de bebidas azucaradas y fructosa dietética en relación con el riesgo de gota e hiperuricemia: revisión sistemática y metanálisis. Crit Rev Food Sci Nutricono externo. 2020;60(1):1-10.
  8. Pautas dietéticas para estadounidenses, 2020-2025. Recomendación clave sobre el azúcar añadidoicono de pdf[PDF-31.4MB]icono externo.
  9. Departamento de agricultura de los Estados Unidos. Central de datos de alimentosicono externo.
  10. Institutos Nacionales de Salud. Centro Nacional de Medicina Complementaria e IntegrativaBebidas energizantesicono externo.
  11. Comité de Nutrición y el Consejo de Medicina Deportiva y Fitness. Bebidas deportivas y energéticas para niños y adolescentes: ¿son adecuadas?. Pediatría .icono externo2011;127(6):1182-1189.
  12. Popkin BM, D'Anci KE, Rosenberg IH. Agua, hidratación y salud. Nutr Rev.icono externo 2010;68(8):439-458.
  13. Departamento de Agricultura de EE. UU. y Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. Pautas dietéticas para estadounidensesicono de pdf[PDF-31.4MB]icono externo. 2020-2025. pág. 36; 9ª Edición.
  14. Administración de Alimentos y Medicamentos. Azúcares añadidos en la nueva etiqueta de información nutricionalicono externo.
Fuente: https://www.cdc.gov/healthyweight/healthy_eating/drinks.html
 

sábado, 14 de mayo de 2022

La verdad es como la luz solar que puede hacer daño

Por ejemplo, alguien se ha acostado muy tarde después de haber tenido una muy mala noche y duerme plácidamente en su habitación provista de densas cortinas que tapan la ventana casi totalmente de la fuerte luz de sol. Y de repente alguien le despierta súbitamente y le abre las cortinas de tal manera que la intensa luz solar le cae directamente en la cara y le hiere la retina causándole mucho dolor. 

Esta es una manera de hacer daño con la bendita luz solar.

Igualmente, la verdad no se puede revelar a alguien que está de mala noche espiritual.

miércoles, 11 de mayo de 2022

Beneficios de la larvaterapia en el tratamiento del pie diabético

La larvaterapia contrarresta el daño causado por las bacterias en la extremidad, pero es necesario controlar los niveles de azúcar en la sangre del paciente.

El Hospital General Manuel Gea González, en Ciudad de México, destacó el uso de la larvaterapia como un método efectivo para tratar el pie diabético y heridas que no cicatrizan rápido. La institución es la primera en Latinoamérica en utilizar larvas para el manejo de heridas en pacientes.

Según la Secretaría de Salud de México, esta terapia se ha retomado porque no daña al paciente y, al ser una técnica ambulatoria, permite reducir los tiempos y costos para tratar el pie diabético.

Aunque cayó en desuso por la aparición de los antibióticos y métodos quirúrgicos, es una terapia estandarizada en todo el mundo y fue aprobada por la Oficina para la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) para el desbridamiento de las heridas.

En entrevista con la Secretaría de Salud de México, el doctor José Contreras Ruiz, jefe de la sección de Clínica de Heridas y Estomas del Hospital General Manuel Gea González, comentó que el 20 % de las consultas en su sección son por pie diabético, lo que implica la intervención de varios especialistas para un tratamiento integral, donde la larvaterapia es clave para la cicatrización.

“El pie diabético tiene un componente vascular, infeccioso, de tejido dañado o muerto, y en control de la glucosa. Por lo que el manejo interdisciplinario es indispensable e implica tener control del nivel de azúcar en la sangre del paciente. Un infectólogo debe realizar la revisión y análisis de las bacterias de la herida para que las larvas se coman todo lo podrido y contrarresten el daño que causan las bacterias”, explicó el especialista a la entidad.

"El pie diabético tiene un componente vascular, infeccioso, de tejido dañado o muerto, y en control de la glucosa. Por lo que el manejo interdisciplinario es indispensable e implica tener control del nivel de azúcar en la sangre del paciente. Un infectólogo debe realizar la revisión y análisis de las bacterias de la herida para que las larvas se coman todo lo podrido y contrarresten el daño que causan las bacterias", explicó el especialista a la entidad.

La larvaterapia es una técnica de limpieza para aquellas heridas que presentan tejido muerto con una efectividad del 85 al 100%, las larvas utilizadas en el tratamiento son de grado médico de la mosca lucilia sericata, producidas de manera estéril, afirmó el doctor Contreras Ruiz.

Cada larva, conforme se mueve dentro de la herida, va desprendiendo el tejido muerto y las enzimas proteolíticas que libera van licuándolo para eliminarlo más fácil. Al ser tan selectivas no dañan el tejido bueno, destaca la nota de la entidad mexicana.

En el caso de que un paciente llegue a consulta con una herida infectada avanzada o con gran cantidad de pus y tejido muerto, las larvas no podrían llevar a cabo su trabajo porque la infección avanza más rápido, allí es necesario un manejo quirúrgico previo a la utilización de la larvaterapia.

Esta técnica también funciona en heridas de muchos tipos, como en las úlceras venosas o varicosas, úlceras por presión o escaras del encamado, en heridas quirúrgicas (que no han cicatrizado) o en cualquier herida crónica en la que exista material muerto, señaló la Secretaría de Salud de México.


https://www.elhospital.com/temas/Resaltan-en-Mexico-beneficios-de-la-larvaterapia-en-el-tratamiento-del-pie-diabetico+123855


Ver y oír o entender y razonar

Imagen: pixabay

Había un padre que solía permitir muchas travesuras de sus hijos durante un buen tiempo, hasta que llegaba el día en el que los llamaba a todos y los corregía, a veces con castigos severos. Así, los niños crecieron en madurez y llegaron a ser respetuosos ciudadanos de su país.

Un día, un vecino tuvo la necesidad de visitar a ese padre justo en el día de la corrección de los niños. Al ver tan severos castigos, se fue con la mala imagen de un padre tirano y abusivo.

El padre, al darse cuenta de este malentendido, lo visitó y le explicó su pedagogía; el vecino "escuchó" atentamente y "razonó" que su vecino era en verdad un hombre muy sabio.

Veamos: el vecino durante su visita primero solo "entendió" (visión del alma) que había una supuesta crueldad, pero en realidad no había comprendido profundamente los sucesos, puesto que no había "escuchado" nada sobre el trasfondo de los hechos (la corrección severa). Pero después, cuando fue visitado por el padre, es cuando  "escuchó" (audición del alma) las explicaciones del padre  y por fin comprendió la profundidad de la pedagogía.

El alma ve a través del entendimiento y oye a través del razonamiento. Claro ejemplo que nuestra alma es una entidad corporal sublime y paralela a nuestro cuerpo físico.

Ojos del alma: el entendimiento, la inteligencia, la mente.
Oídos del alma: el razonamiento, el raciocinio, la razón.



viernes, 6 de mayo de 2022

El renacer espiritual de la humanidad actual

Había una vez un hombre muy bueno y honrado. Siempre obedecía a Dios en todo y evitaba hacer lo malo. Se llamaba Job.  Y el día en que los ángeles tenían por costumbre presentarse ante Dios, llegó también el ángel acusador. Y Dios le dijo al ángel acusador:

—¡Hola! ¿De dónde vienes?

—Vengo de recorrer toda la tierra.

—¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo malo.

El ángel acusador respondió:

—¡Por supuesto! ¡Pero si Job te obedece, es por puro interés! Tú siempre lo proteges a él y a su familia; cuidas todo lo que tiene, y bendices lo que hace. ¡Sus vacas y ovejas llenan la región! Pero yo te aseguro que si lo maltratas y le quitas todo lo que tiene, ¡te maldecirá en tu propia cara!

Entonces Dios le dijo al acusador:

—Muy bien, haz lo que quieras con todo lo que tiene, pero a él ni lo toques. —Dicho esto, el ángel se marchó.

Así, unos bandidos atacaron y se robaron los animales. Al mismo tiempo cayó un rayo que mató a las ovejas y a los pastores. De repente, vino un fuerte viento del desierto y derribó la casa. ¡Todos sus hijos murieron aplastados! Cuando Job oyó todo esto, se puso de pie y rompió su ropa en señal de dolor; luego se rasuró la cabeza y se inclinó hasta el suelo para adorar a Dios.

Otro día los ángeles volvieron a reunirse con Dios, también el ángel acusador se presentó, y Dios le dijo:

—¡Hola! ¿De dónde vienes?

—Vengo de recorrer toda la tierra.

—¿Qué piensas de Job, mi fiel servidor? No hay en toda la tierra nadie tan bueno como él. Siempre me obedece en todo y evita hacer lo malo, y me sigue obedeciendo, a pesar de que me convenciste de hacerle mal sin ningún motivo.

El ángel acusador le contestó:

—¡Mientras a uno no lo hieren donde más le duele, todo va bien! Pero si de salvar la vida se trata, el hombre es capaz de todo. Te aseguro que si lo maltratas, ¡te maldecirá en tu propia cara!

Dios le dijo:

—Muy bien, te dejaré que lo maltrates, pero no le quites la vida (de su alma).

En cuanto el acusador se marchó y llenó a Job con llagas en todo el cuerpo. Por eso, Job fue a sentarse sobre un montón de ceniza, y todo el día se lo pasaba rascándose con una piedra. Su esposa fue a decirle:

—¿Por qué insistes en demostrar que eres bueno? ¡Mejor maldice a Dios, y muérete! —Pero Job le respondió:

—No digas tonterías. Si aceptamos todo lo bueno que Dios nos da, también debemos aceptar lo malo. Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no pecó contra Dios diciendo algo malo.


Fin de la historia, o mejor dicho, ¿inicio de la historia? Esta es prácticamente la historia de la actual humanidad. ¿Qué ha hecho ella para que sea sometida a un genocidio?

Es probable que veamos en esta historia bíblica un comportamiento extraño de Dios. Lo primero que hay que entender que aquí que el ángel acusador (o Satanás como mencionan otras versiones bíblicas) es tan solo un medio por el cual Dios ejecuta su plan.

Dicho más claramente: ¿acaso no es Dios el autor intelectual de los sufrimientos de Job? ¿No es el ángel acusador tan solo un mensajero?  Pero, entonces, ¿cuál es resultado final de esta historia que espera Dios de nosotros?
Creo que esta se resume con las mismas palabras de Job:

«Dios, lo que antes sabía de Ti era lo que me habían contado de Ti, pero ahora mis propios ojos te han visto, y he llegado a conocerte personalmente. Así que retiro lo dicho, y te ruego me perdones».

Si la humanidad se vuelve sensata con Dios y reconoce que cayó en la soberbia de pensar que sabe más que Dios, entonces también vivirá un renacer espiritual.

Fuente: Libro de Job, versión TLA (Traducción Lenguaje Actual).


domingo, 1 de mayo de 2022

Autofagia: Estrategia de Supervivencia Celular


Autofagia, una Estrategia de Supervivencia Celular



Imagen: revistaviceversa.com

Por Mónica A. Costas y María F. Rubio

Laboratorio de Biología Molecular y Apoptosis, Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, IDIM-CONICET, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires

Enriquecido: mayo 2022

Índice

Cover
Resumen
Introducción
Autofagia en el reciclado de organelas y moléculas dañadas
Autofagia y diferenciación tisular
Autofagia y metabolismo energético
Autofagia y cáncer
El proceso de autofagia
Conclusiones y direcciones futuras
Bibliografía

Resumen

La autofagia es un proceso de reciclado de partes de la célula. Como se describe en esta revisión, ocurre naturalmente preservando a las células de la acumulación de toxinas, moléculas y organelas dañadas y además permite los procesos de desarrollo y diferenciación de los tejidos.

En el transcurso de la autofagia, el procesamiento de los sustratos a reciclar genera ATP, lo que constituye una fuente alternativa de energía en situaciones de estrés.

El adenosín trifosfato (ATP = adenosine triphosphate), es un nucleótido fundamental en la obtención de energía celular. Entre las reacciones químicas de la fotosíntesis de las plantas, la clorofila utiliza la luz del sol para impulsar una cadena de reacciones que almacena la energía, en forma de energía química, en la molécula cargada de energía del ATP.

En este sentido, bajo condiciones hostiles como hipoxia o falta de nutrientes, el proceso puede dispararse de modo exacerbado llevando a la muerte celular. Algunas alteraciones en su funcionamiento pueden involucrar el (control del ) desarrollo de diversas patologías, tales como el daño hepático, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.

Palabras clave: autofagia, mTOR, supervivencia celular
mTOR: La diana de rapamicina en células de mamífero o mTOR por sus siglas en inglés (mammalian Target of Rapamycin), es una proteína presente en las células de los animales mamíferos que tiene importantes funciones. La familia de proteínas TOR está implicada en el control del inicio de la transcripción del mRNA, la organización del citoesqueleto celular de actina, el tráfico de membrana, la formación de ribosomas y la regulación del crecimiento, proliferación y muerte celular. Dado que la actividad de esta proteína está aumentada en algunos tipos de cáncer, se considera como una diana terapéutica y se han estudiado varios fármacos para inactivar su función, entre ellos el temsirolimus que se emplea en el tratamiento del carcinoma renal, everolimus y sirolimus que se utilizan para evitar el rechazo tras el trasplante de riñón, por su capacidad de reducir la respuesta inmunitaria.​ mTOR puede formar dos complejos de señalización diferentes que se designan como mTORC1 y mTORC2, en el primero mTOR se une a la proteína RAPTOR (acrónimo de Regulatory-Associated Protein of mTOR) y en el segundo a la proteína RICTOR (acrónimo de Rapamycin-Insensitive Companion of mTOR), cada uno de estos complejos posee funciones diferentes.

Abstract Autophagy. A strategy for cell survival. Autophagy is a process of recycling parts of the cell. As described in this review, it occurs naturally in order to preserve cells from the accumulation of toxins, damaged molecules and organelles, and to allow processes of tissue development and differentiation. In the course of autophagy, the processing of the substrates to be recycled generates ATP, thus providing an alternative source of energy in stress situations. In this sense, under hostile conditions such as hypoxia or lack of nutrients, the autophagy process can be exacerbated leading to cell death. Some alterations in its functioning may involve the development of various pathologies, including liver damage, cancer and neurodegenerative diseases.

Introducción

Los organismos subsisten y se preservan naturalmente combatiendo patógenos y enfermedades a través de sistemas que funcionan en equilibrio homeostático. Tal es el caso del sistema inmunológico y el endocrino, que utilizan células especializadas y mediadores químicos como los anticuerpos y las hormonas.

El individuo debe enfrentar permanentemente daños a sus células y tejidos debido no solo a señales del entorno sino también al deterioro propio de la madurez y el envejecimiento. Así es que el organismo posee mecanismos para protegerse de las células dañadas, ya sea deshaciéndose de ellas o bien impidiendo que se propaguen, de modo de evitar una descendencia de células portadoras de errores y mutaciones que podrían derivar en estados patológicos.

Apoptosis

Entre los mecanismos que suprimen la existencia de células dañadas, perjudiciales para la salud o innecesarias para el correcto funcionamiento de los aparatos y sistemas, se encuentra la “apoptosis”, un proceso de muerte celular altamente controlado en el cual esa célula se sacrifica para preservar al tejido, órgano o individuo. Es un tipo de muerte celular en el cual la membrana plasmática celular se preserva hasta la última etapa del proceso, luego de la fragmentación del ADN y la pérdida de núcleo, evitando la fuerte reacción inflamatoria ocasionada por el derrame del contenido celular en el microentorno tisular [1], [2].

Senescencia

Otro mecanismo, la “senescencia”, evita la propagación de mutaciones acumuladas en las células en los sucesivos ciclos de replicación debido ya sea a señales tóxicas o al propio acortamiento telomérico que ocurre en cada ciclo celular [3-6]. Además, las células no pueden replicarse indefinidamente. Más allá de los daños y las mutaciones acumulados en la vida, el mencionado acortamiento de los telómeros causa errores de replicación comprometiendo material genético que codifica para funciones vitales. En la senescencia, las células no mueren, solo se detiene su ciclo de división celular de modo irreversible, evitando dejar progenie con errores [7]. Si bien siguen activas metabólicamente, cambian su patrón de expresión génica produciendo otros factores y proteínas diferentes a las que producen en su estado nativo original [8].

Autofagia en el reciclado de organelas y moléculas dañadas

Además de los dos procesos mencionados por los cuales una célula sufre apoptosis o entra en senescencia, existe un proceso alternativo de supervivencia celular en el cual sacrifica partes o moléculas dañadas para preservar su vida. Este proceso se conoce como “autofagia” [9-13] y fue descubierto por el científico japonés Yoshinori Ohsumi, galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2016 por estos hallazgos.

La importancia de su descubrimiento ha adquirido en los últimos años la misma relevancia que los procesos de apoptosis y senescencia, dada la participación de la autofagia en los complejos procesos que controlan la vida celular y en el desarrollo de numerosas patologías. A pesar de que la supervivencia celular podría ser considerada su primer objetivo, no siempre ocurre así, pues cuando la autofagia se manifiesta de modo exacerbado puede llevar a la muerte celular [14-16].

Existen dos tipos de autofagia: la macroautofagia en la cual se degradan organelas dañadas o disfuncionales, y la microautofagia en la cual se degradan moléculas dañadas, truncas o mal procesadas que no adquieren la conformación adecuada [17-18].

Macroautofagia

La macroautofagia resulta fundamental en la eliminación de mitocondrias (mitofagia) disfuncionales y el mantenimiento del número adecuado de las mismas según el tipo de tejido y su función [17, 19]. La mitofagia es un proceso importante en el desarrollo de tumores [15, 17, 20, 21] y enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, donde se acumulan mitocondrias disfuncionales por fallas en dicho proceso [19].

Microautofagia

La microautofagia desempeña un rol importante en la detoxificación de los tejidos y su alteración permite la acumulación de proteínas mal plegadas y toxinas que contribuyen al desarrollo de varias enfermedades que involucran la muerte celular. Este es el caso del epitelio pulmonar de pacientes con fibrosis quística, donde los acúmulos de moléculas no degradadas por la disfunción de la autofagia forman agregosomas [22].

agresoma: En las células eucariotas, un agresoma se refiere a una agregación de proteínas mal plegadas en la célula, que se forma cuando el sistema de degradación de proteínas de la célula se ve abrumado. La formación de agregados es un proceso altamente regulado que posiblemente sirva para organizar proteínas mal plegadas en un solo lugar.

De acuerdo a trabajos muy recientes, existen evidencias de la importancia de la autofagia para el mantenimiento del equilibrio homeostático de proteínas a nivel presináptico que preserva el correcto funcionamiento de la conducción nerviosa [23]. En este proceso, más allá de la macro y la microautofagia mencionadas más arriba, el proceso involucra un tercer mecanismo de autofagia mediado por chaperonas.

Las proteínas chaperonas son un conjunto de proteínas presentes en todas las células, cuya función es la de ayudar al plegamiento de otras proteínas recién formadas en la síntesis de proteínas. Muchas de estas proteínas recién formadas son proteínas de choque térmico. Las chaperonas no forman parte de la estructura primaria de la proteína funcional a la que modifican, sino que sólo se unen a ella para ayudar en su plegamiento, ensamblaje y transporte celular a otra parte de la célula donde la proteína realiza su función.

Litio

Otras evidencias muestran que en la corteza cerebral de pacientes con esquizofrenia existe una expresión disminuida de BECN1, gen que codifica para la proteína Beclin1 requerida para el desarrollo del proceso autofágico. Además, la inducción de autofagia es parte del mecanismo de acción del litio (usualmente incluido en la medicación de trastornos bipolares), resaltando su rol en el desarrollo y el tratamiento de desórdenes psiquiátricos [24].

Cardiomiopatías

La autofagia también participa en el desarrollo de cardiomiopatías. Los cardiomiocitos la requieren para evitar la acumulación de proteínas mal plegadas y organelas dañadas [25]. Si bien en condiciones basales ocurre a muy baja escala, este proceso aumenta ante situaciones de estrés y en condiciones crónicas de arritmias, isquemia e hipertrofia [25].

Autofagia y diferenciación tisular

La autofagia es elemental para la renovación celular y forma parte del proceso de desarrollo y de la diferenciación celular en condiciones fisiológicas normales. Participa en los procesos de diferenciación de las células maduras que forman parte de cada tejido sano a partir de células madre indiferenciadas, así como en los de regeneración tisular y de transformación adipocítica [26, 27]. Precisamente, la diferenciación celular implica el reciclado de parte de sus moléculas y organelas para dar lugar a una nueva célula con morfología y función específicas, como se ha demostrado en la maduración renal [28] y también en la diferenciación a osteoblastos a partir de células pluripotentes inducidas por reprogramación genética [29].

NANOG

Más aún, Nanog (uno de los marcadores de fenotipo de “célula madre” que se utiliza junto a otros tres para reprogramar células maduras diferenciadas a células pluripotentes [30]) induce autofagia en condiciones de hipoxia (déficit de oxígeno en un organismo) [31].

El gen NANOG no solo está presente durante los dos días del desarrollo embrionario humano, sino que regula también la división de las células adultas en los epitelios estratificados, es decir, aquellos que forman parte de la epidermis de la piel o recubren el esófago o vagina. Esta regulación se realiza a través de la proteína AURKA , que está involucrada en el control de la división celular.

El síndrome metabólico se caracteriza por insulino-resistencia, obesidad y una reacción inflamatoria generalizada. De acuerdo a estudios en modelos equinos de la enfermedad, se ha demostrado que la autofagia evita la diferenciación a condrocitos de las células madre residentes en el tejido adiposo [32].

En cuanto a la maduración de células hematopoyéticas, también se ha demostrado que la autofagia juega un rol importante en el mantenimiento del balance entre la auto-renovación de las células madre y su división asimétrica para generar células diferenciadas [33].

Autofagia y metabolismo energético

Cuando se produce la autofagia, además de eliminarse partes de la célula que no sirven o que resultan perjudiciales para su sana supervivencia, los desechos se aprovechan como metabolitos para producir energía. Por esta razón, la señal de inicio de autofagia no necesariamente es provista por daño intracelular [15, 34-36].

Hipoxia (Respiración Wim Hof?)

En condiciones de estrés por falta de nutrientes u oxígeno, algunas células disparan el proceso de autofagia sacrificando parte de sí mismas para producir energía y sobrevivir en condiciones adversas [37, 38].

La autofagia es necesaria

Más allá de la supervivencia celular específica, la autofagia es necesaria para la supervivencia de los mamíferos. Mediante experimentos realizados en ratones en condiciones de ayuno, se demostró que si se eliminaba ATG7 (Autophagy related gene, un gen esencial para el desarrollo de autofagia) los animales se morían a poco de nacer [35]. Además, se observó que si se los alimentaba, la supervivencia se prolongaba solo por un corto período, demostrando que el proceso era esencial para la supervivencia, independientemente del ayuno [35].

La deleción

Si bien los animales adultos poseen reservas para subsistir en ayuno, en ellos la deleción del mismo gen también resulta letal. Tanto la degradación de glucógeno para producir glucosa, como el catabolismo lipídico para la producción de glicerol y ácidos grasos son ineficientes si las células tienen el defecto metabólico de no poder realizar autofagia. Las reservas se agotan rápidamente en un catabolismo acelerado y, al no poder mantener los niveles circulantes de glucosa, los animales mueren rápidamente por hipoglucemia, daño hepático y neurodegeneración [35].

Una deleción, en genética, es un tipo especial de anomalía estructural cromosómica que consiste en la pérdida de un fragmento de ADN de un cromosoma. Esta pérdida origina un desequilibrio, por lo que las deleciones están incluidas dentro de las reordenaciones estructurales desequilibradas. El portador de una deleción es monosómico respecto a la información genética del segmento correspondiente del homólogo normal, por eso en ocasiones las deleciones son denominadas monosomías parciales. El origen de las deleciones puede ser una sencilla rotura cromosómica y pérdida del segmento acéntrico. En ciertos casos, las deleciones son el resultado de un entrecruzamiento desigual entre cromosomas homólogos o cromátidas hermanas mal alineadas. También se pueden producir en la descendencia por segregación anormal de una translocación o una inversión equilibradas de los progenitores.

Por lo tanto, la autofagia, además de una respuesta al estrés, es un proceso requerido normalmente para mantener la homeostasis en el metabolismo.

Autofagia y cáncer

La autofagia resulta clave en el control del desarrollo tumoral y puede desempeñar un rol dual, favoreciendo tanto el crecimiento como la eliminación de las células cancerígenas [16, 20, 21, 39].

El rol pro-tumoral se evidencia cuando los tumores en crecimiento adquieren un tamaño considerable, dificultando la llegada de nutrientes y oxígeno al interior de la masa tumoral mientras no se desarrolle el proceso angiogénico ( proceso fisiológico que consiste en la formación de vasos sanguíneos ). En esta etapa, la autofagia constituye una estrategia de supervivencia hasta que se logra una buena irrigación sanguínea y la consiguiente provisión de nutrientes y oxígeno [20].

Por el contrario, es sabido que la inducción exacerbada de autofagia a través de drogas quimioterapéuticas puede llevar a la muerte celular, mostrando así un rol antitumoral [40]. Sin embargo, existen evidencias de que las células tumorales tienen, en condiciones basales, mayores niveles de autofagia que las células sanas normales y esto podría contribuir a una mayor resistencia a estos tratamientos [21, 41]. También se ha descripto que, dentro de la heterogeneidad de la población celular de un tumor, las células madre tumorales serían las de mayores niveles de autofagia [42], imprescindible para su autopreservación debido a que se desarrollan en nichos hipóxicos [43, 44].

En esta línea de razonamiento, una autofagia basal (basal: nivel de actividad de una función orgánica durante el reposo y el ayuno) sería necesaria para la tumorigénesis, así como para la propagación en los focos metastásicos. De hecho, las células madre tumorales serían las responsables de este proceso, pudiendo iniciar el crecimiento de tumores secundarios luego de la transición epitelio-mesenquimática, migración e invasión hacia los focos metastásicos [42, 43, 45]. En la transición epitelio-mesenquimática, algunas células tumorales sufren un proceso de desdiferenciación desde un fenotipo epitelial hacia uno mesenquimático a través de rearreglos del citoesqueleto y cambios en el patrón de expresión génica, donde se inhibe la expresión de E-cadherinas, responsables de los contactos célula-célula, y aumenta la expresión de vimentina [43, 46]. Una vez que las células migratorias llegan a destino, este proceso se revierte [47], con la consiguiente reconstrucción del tumor. Para ello, es necesario que la población de células migratorias incluya células madre tumorales [45, 48].

Actualmente existen numerosas moléculas marcadoras (CD 133, CD 44, SOX 2, Nanog, Oct 4 entre otras [30, 49-51]) y procedimientos experimentales que permiten identificar poblaciones de células madre tumorales. Tal es el caso del crecimiento clonogénico, la generación de tumoresferas [46, 52] y la retención disminuida de fluorocromos [53] debido a una mayor expresión de receptores MDR (transportadores ABG con actividad ATPasa) que lo bombean al espacio extracelular, de modo similar a lo que ocurre con las drogas quimioterapéuticas [54]. La expresión de genes de pluripotencia SOX 2, Nanog y Oct 4, así como la habilidad de generar tumoresferas, son comunes a las células madre normales [42]. A su vez, estas características también son compartidas con las células mesenquimales, por lo que la identificación de estas subpoblaciones aún no está totalmente resuelta, con excepción de la capacidad que tienen las células madre de regenerar el tumor cuando se las implanta en modelos animales [42, 44, 45]. A pesar de tantas similitudes entre las distintas poblaciones celulares, estudios con inhibidores específicos de la autofagia demostraron que las células madre tumorales pierden su viabilidad, pero no las mesenquimales [43, 44], lo que resalta la importancia de la preservación del proceso de autofagia como una propiedad selectiva entre ambas poblaciones [43].

Resumen

En resumen, la autofagia desempeña distintos roles en el desarrollo tumoral: por un lado tiene un rol antitumoral si se induce de modo exacerbado, y por el otro previene la muerte de células tumorales una vez iniciada la tumorigénesis, previa inducción de angiogénesis. De acuerdo con esto, resulta un proceso atractivo como blanco terapéutico o un mecanismo de preservación de las células tumorales, dependiendo de la etapa de la enfermedad.

El proceso de autofagia

Entre los principales eventos que una célula detecta para aumentar los niveles de autofagia se encuentran el mal plegamiento de proteínas, organelas dañadas que funcionan de modo anómalo o que aumentan su número de modo inadecuado, y una carencia de nutrientes o hipoxia.

Aumentan nivel de autofagia:

  1. plegamiento de proteínas
  2. organelas dañadas
  3. carencia de nutrientes ←
  4. hipoxia ←

La vía de señalización mTOR (mammalian target of rapamycin) consta de dos ramas principales, cada una mediada por un mTOR. La vía rapamicina-sensible mTOR1 controla varios caminos que, colectivamente, determinan la masa o tamaño de la célula. La vía rapamicina-insensible mTOR2 controla la actina del citoesqueleto y, por lo tanto, determina la forma de la célula. La vía mTOR1 es una de las más importantes en el control de la autofagia, tiene un rol fundamental censando carencia de nutrientes, hipoxia y balance metábólico [55, 56], tal como se muestra en la Fig. 1.

El proceso de autofagia puede dividirse en fases:

1) nucleación,
2) elongación,
3) formación del autofagosoma maduro,
4) fusión,
5) degradación,
y 6) reciclaje (Fig. 2).

La fase de nucleación está regulada por el complejo mTORC1, un complejo formado por 5 proteínas: mTOR, Raptor (regulatory-associated protein of mTOR), mLST8 (proteína letal 8 de mamíferos con SEC13), PRAS 40 (substrato de 40 kDa de Akt rico en prolina) y DEPTOR, cuya regulación depende de la relación AMP/ATP la cual, a su vez, está relacionada con el estado nutricional y metabólico (Fig. 1).

Este complejo y las proteínas río abajo se regulan por fosforilación / desfosforilación y activan las proteínas encargadas de la iniciación del proceso, vía activación de UKL1/UKL2 (proteínas quinasa tipo uridina 1 y 2, respectivamente) (Fig. 2).

Gran parte del proceso es mediado por las proteínas de la familia ATG (proteínas iniciadoras de autofagia), las cuales se unen a las proteínas u organelas dañadas, marcándolas para la formación de fagóforos (vesículas de doble membrana que contienen el material a reciclar). Algunos miembros de la familia se unen a los fagóforos, promoviendo su maduración y fusión con el lisosoma para formar el autofagosoma [18]. Esta fusión permite que las enzimas lisosomales se ocupen de la degradación enzimática de los sustratos, cuyos productos (aminoácidos, lípidos) son luego exportados al citoplasma para su reutilización (Fig. 2).

Más precisamente, bajo las señales de estrés mencionadas, se activan una serie de proteínas reguladoras de la autofagia como mTORC1, además de otras quinasas como AMPK (proteína quinasa dependiente de adenosina monofosfato) y PKA (proteína quinasa A) (Fig. 1) que, a su vez, regulan la actividad del complejo quinasa-quinasa ULK, compuesto por ULK1/2, FIP200 y otras ATGs (Fig. 2). En la iniciación del proceso, primero la quinasa ULK1 activa por fosforilación a la proteína Beclin1 (también conocida como ATG6) que forma parte del complejo iniciador de la nucleación del fagóforo.




Fig. 1.– La red de señalización mTOR consta de dos ramas principales, cada una mediada por un mTORC. La vía rapamicina sensible mTORC1 controla varios caminos que colectivamente determinan la masa o tamaño de la célula. mTORC1 y mTORC2 responden a factores de crecimiento (insulina / IGF), al estado energético de las células, nutrientes (aminoácidos) y a estrés. mTORC1 y mTORC2 son multiméricos, aunque se esquematizan como monómeros. Las flechas representan la activación, mientras que las barras representan la inhibición. PI3K (fosfatidilinositol 3 quinasa), Akt/PKB (proteína quinasa B), PDK (proteína quinasa 1-dependiente de fosfatidilinositol), TSC (tuberous sclerosis complex) 1 y 2, LKB1 (serina treonina quinasa codificada por el gen LKB1), AMPK (quinasa dependiente de adenosina monofoasfato), Rheb (RAS homologue enriched in brain) es una GTPasa, mLST8 (proteína letal 8 de mamíferos con SEC13), RAPTOR (regulatory-associated protein of mTOR), RICTOR (rapamycin-insensitive companion of mammalian target of rapamycin)



Fig. 2.– Génesis y desarrollo del autofagosoma y participación de las diferentes proteínas ATG en sus 6 etapas. Se inicia por activación de complejo quinasa-quinasa ULK1/2 (proteínas quinasa tipo uridina 1 y 2, respectivamente), luego ocurre la formación del fagóforo o nucleación y posteriormente la conjugación del mismo con el complejo ATG5/ATG12/ATG16 (proteínas iniciadoras de autofagia 5, 12 y 16). Continúa con el procesamiento de LC3 (microtubule-associated protein light chain 3) y la inserción en la membrana del fagóforo. Así se produce la formación del autofagosoma que luego se fusiona con el lisosoma (autofagolisosoma) adonde ocurre la degradación del substrato cuyos productos son liberados al citoplasma.

Posteriormente, se genera PIP3 (3-fosfatidil inositol fosfato), esencial para el reclutamiento de otras proteínas ATGs (proteínas iniciadoras de autofagia) sobre las dobles membranas que provienen del retículo endoplásmico, el complejo de Golgi y las mitocondrias [57, 58]. La expansión de la doble membrana lipídica para la posterior formación del autofagosoma se produce por la interacción del fagóforo con el complejo proteico ATG5/ATG12. La conjugación de este dímero requiere la acción enzimática de ATG7 y ATG1059. Finalmente, la unión de ATG16 al complejo ATG5/ATG12 produce su multimerización y formación del complejo que permite la inserción de la forma II de LC3 (microtubule-associated protein light chain 3, también conocida como ATG8) en la membrana del fagóforo [37]. La proteína LC3 se sinteriza como pro-LC3, la cual es seccionada por ATG4, generando la forma activa LC3-I en el citosol. Posteriormente, al LC3-I se incorporan lípidos por la acción de ATG7 y ATG3 que catalizan su unión a los residuos de fosfatidiletanolamina presentes en la membrana del fagóforo [60]. La unión de LC3-II al fagóforo se requiere para el cierre de la vesícula luego de la captación de los sustratos a procesar y así dar origen al autofagosoma [61]. Una vez formado, el complejo ATG5/ATG12/ATG16 y el LC3-II37se libera para formar el autofagosoma desnudo. Cuando éste se fusiona con los lisosomas por acción de Rab7, Lamp1 y Lamp2, se forma el autofagolisosoma [37]. Finalmente, los substratos se degradan por la acción de las enzimas lisosomales y los productos de la reacción se liberan al citoplasma para su futura reutilización [61] (Fig. 2).

Diversos fármacos pueden intervenir en la regulación de la autofagia; puede ser inhibida por 3-MA (3 metil-adenina), por inhibidores del complejo PI3K clase III (fosfatidil inositol 3-quinasa III) y por spautin-1, que promueve la degradación de los complejos PI3K de clase III [36, 62]. Una vez que se inicia la formación de fagóforos, compuestos tales como la verteporfina pueden interferir con los motivos de la región que interactúan con LC3 y bloquear el reclutamiento selectivo de cargas como las mitocondrias [63]. El tráfico de autofagosomas al lisosoma es facilitado por el citoesqueleto. Por lo tanto, la desestabilización de los microtúbulos por los alcaloides de la vinca puede bloquear la maduración de los autofagosomas, mientras que la estabilización por el taxol puede aumentar la fusión entre las vacuolas autofágicas y los lisosomas [64]. Los agentes lisosomotrópicos que aumentan el pH lisosómico, como cloroquina, NH4Cl y monensina, interfieren con la función lisosómica y bloquean la autofagia en una etapa tardía [62, 66]. El paso final de la vía de autofagia también puede ser bloqueado por inhibidores de enzimas lisosómicas, tales como E64d, pepstatina A, y bafilomicina A162.

Rapamicina

La rapamicina es un inhibidor de la vía mTORC1 que interacciona con este complejo a través de la unión con la inmunofilina FKBP12. En trabajos previos de nuestro grupo hemos demostrado el rol de esta droga en la inducción de autofagia [36]. Por otro lado, también hemos observado que la expresión en altos niveles de RAC3, un coactivador de receptores nucleares usualmente sobreexpresado en varios tipos tumorales [67-71], tiene un rol protector contra la autofagia, probablemente preservando tempranamente a la célula de la muerte por autofagia en la iniciación tumoral, acorde al rol dual en tumorigénesis discutido más arriba. Sin embargo, es interesante destacar que la hipoxia inhibe la expresión de RAC3, generando así un ambiente permisivo para el proceso de autofagia que preserva la supervivencia de las células tumorales ante la carencia de oxígeno y nutrientes hasta que ocurre la angiogénesis [36].

Mecanismo de la autofagia


 
Primera parte


 


Segunda parte


Conclusiones y direcciones futuras

En la mayoría de las células, la autofagia se produce a niveles basales bajos, pero a menudo bajo condiciones como el estrés, aumenta para mantener la supervivencia celular, como una respuesta citoprotectora esencial. De acuerdo con lo expuesto en esta revisión, las alteraciones del proceso autofágico están implicadas en la fisiopatología de cardiomiopatías, enfermedades infecciosas, enfermedad de Crohn y trastornos neurodegenerativos [19, 38].

También se ha sugerido que la sobreactivación de la autofagia promueve la supervivencia de células cancerígenas en el microambiente tumoral in vivo y contribuye a la resistencia a quimioterapias y estrés, promoviendo la metástasis y la latencia [62].

Por lo tanto, aunque la rapamicina y otros inhibidores de mTOR han sido probados como terapéuticos anticancerosos, evidencia creciente sugiere que tanto la activación como la inhibición de la autofagia pueden promover efectos aún no esclarecidos, induciendo tanto la supervivencia como la muerte de las células cancerosas [39], pero afectando además otras respuestas biológicas.

Dado que los defectos en las vías autofágicas han sido implicados en diversos trastornos, desde enfermedades inflamatorias a cánceres y neurodegeneración, el estímulo o la inhibición de la autofagia podrían ser utilizados para su tratamiento.

Con el avance en nuestra comprensión de las vías de autofagia, el diseño de moduladores de autofagia proporcionará herramientas para el desarrollo de nuevas terapias para varias enfermedades.

Conflicto de intereses: Ninguno para declarar

Bibliografía

[1] Costas MA. Vida y muerte de la célula: las señales intracelulares. Medicina (B Aires) 2006; 66: 281-4.

[2] Colo GP, Rubio MF, Nojek IM, et al. The p160 nuclear receptor co-activator RAC3 exerts an anti-apoptotic role through a cytoplasmatic action. Oncogene 2008; 27: 2430-44.

[3] Campisi J. Senescent cells, tumor suppression, and organismal aging: good citizens, bad neighbors. Cell 2005; 120: 513-22.

[4] Collado M, Blasco MA, Serrano M. Cellular senescence in cancer and aging. Cell 2007; 130: 223-33.

[5] Vicencio JM, Galluzzi L, Tajeddine N, et al. Senescence, apoptosis or autophagy? When a damaged cell must decide its path–a mini-review. Gerontology 2008; 54: 92-9.

[6] Fernandez Larrosa PN, Ruiz Grecco M, Mengual Gomez D, et al. RAC3 more than a nuclear receptor coactivator: a key inhibitor of senescence that is downregulated in aging. Cell Death Dis 2015; 6: e1902.

[7] Campisi J, d’Adda di Fagagna F. Cellular senescence: when bad things happen to good cells. Nat Rev Mol Cell Biol 2007; 8: 729-40.

[8] Davalos AR, Coppe JP, Campisi J, Desprez PY. Senescent cells as a source of inflammatory factors for tumor progression. Cancer Metastasis Rev 2010; 29: 273-83.

[9] Takeshige K, Baba M, Tsuboi S, Noda T, Ohsumi Y. Autophagy in yeast demonstrated with proteinase-deficient mutants and conditions for its induction. J Cell Biol 1992; 119: 301-11.

[10] Baba M, Osumi M, Scott SV, Klionsky DJ, Ohsumi Y. Two distinct pathways for targeting proteins from the cytoplasm to the vacuole/lysosome. J Cell Biol 1997; 139: 1687-95.

[11] Mizushima N, Noda T, Yoshimori T, et al. A protein conjugation system essential for autophagy. Nature 1998; 395: 395-8.

[12] Yamamoto H, Fujioka Y, Suzuki SW, et al. The intrinsically disordered protein Atg13 mediates supramolecular assembly of autophagy initiation complexes. Dev Cell 2016; 38: 86-99.

[13] Ohsumi Y. Historical landmarks of autophagy research. Cell Res 2014; 24: 9-23.

[14] Simone C. Signal-dependent control of autophagy and cell death in colorectal cancer cell: the role of the p38 pathway. Autophagy 2007; 3: 468-71.

[15] Jacob JA, Salmani JM, Jiang Z, et al. Autophagy: An overview and its roles in cancer and obesity. Clin Chim Acta 2017; 468: 85-9.

[16] Galluzzi L, Vicencio JM, Kepp O, et al. To die or not to die: that is the autophagic question. Curr Mol Med 2008; 8: 78-91.

[17] Kulikov AV, Luchkina EA, Gogvadze V, Zhivotovsky B. Mitophagy: Link to cancer development and therapy. Biochem Biophys Res Commun 2017; 482: 432-9.

[18] Reggiori F, Ungermann C. Autophagosome maturation and fusion. J Mol Biol 2017; 429: 486-96.

[19] Kerr JS, Adriaanse BA, Greig NH, et al. Mitophagy and Alzheimer’s disease: cellular and molecular mechanisms. Trends Neurosci 2017; 40: 151-66.

[20] Jin S, White E. Role of autophagy in cancer: management of metabolic stress. Autophagy 2007; 3: 28-31.

[21] Tsuchihara K, Fujii S, Esumi H. Autophagy and cancer: dynamism of the metabolism of tumor cells and tissues. Cancer Lett 2009; 278: 130-8.

[22] Luciani A, Villella VR, Esposito S, et al. Defective CFTR induces aggresome formation and lung inflammation in cystic fibrosis through ROS-mediated autophagy inhibition. Nat Cell Biol 2010; 12: 863-75.

[23] Wang YC, Lauwers E, Verstreken P. Presynaptic protein homeostasis and neuronal function. Curr Opin Genet Dev 2017; 44: 38-46.

[24] Schneider JL, Miller AM, Woesner ME. Autophagy and schizophrenia: a closer look at how dysregulation of neuronal cell homeostasis influences the pathogenesis of schizophrenia. Einstein J Biol Med 2016; 31: 34-9.

[25] Hashemzaei M, Entezari Heravi R, Rezaee R, Roohbakhsh A, Karimi G. Regulation of autophagy by some natural products as a potential therapeutic strategy for cardiovascular disorders. Eur J Pharmacol 2017; 802: 44-51.

[26] Guo L, Huang JX, Liu Y, et al. Transactivation of Atg4b by C/EBPbeta promotes autophagy to facilitate adipogenesis. Mol Cell Biol 2013; 33: 3180-90.

[27] Baerga R, Zhang Y, Chen PH, Goldman S, Jin S. Targeted deletion of autophagy-related 5 (atg5) impairs adipogenesis in a cellular model and in mice. Autophagy 2009; 5: 1118-30.

[28] Zhang C, Li W, Wen J, Yang Z. Autophagy is involved in mouse kidney development and podocyte differentiation regulated by Notch signalling. J Cell Mol Med 2017; doi: 10.1111/jcmm.13061. [Epub ahead of print]

[29] Ozeki N, Hase N, Hiyama T, et al. MicroRNA-211 and autophagy-related gene 14 signaling regulate osteoblast-like cell differentiation of human induced pluripotent stem cells. Exp Cell Res 2017.

[30] Okita K, Ichisaka T, Yamanaka S. Generation of germline-competent induced pluripotent stem cells. Nature 2007; 448: 313-7.

[31] Hasmim M, Janji B, Khaled M, et al. Cutting Edge: nanog activates autophagy under hypoxic stress by binding to BNIP3L promoter. J Immunol 2017; 198: 1423-8.

[32] Marycz K, Kornicka K, Grzesiak J, Smieszek A, Szlapka J. Macroautophagy and selective mitophagy ameliorate chondrogenic differentiation potential in adipose stem cells of equine metabolic syndrome: new findings in the field of progenitor cells differentiation. Oxid Med Cell Longev 2016; 2016: 3718468.

[33] Riffelmacher T, Simon AK. Mechanistic roles of autophagy in hematopoietic differentiation. FEBS J 2016; 284: 1008-20.

[34] Martindale JL, Holbrook NJ. Cellular response to oxidative stress: signaling for suicide and survival. J Cell Physiol 2002; 192: 1-15.

[35] Guo JY, White E. Autophagy, metabolism, and cancer. Cold Spring Harb Symp Quant Biol 2016; 81: 73-8.

[36] Fernandez Larrosa PN, Alvarado CV, Rubio MF, et al. Nuclear receptor coactivator RAC3 inhibits autophagy. Cancer Sci 2012; 103: 2064-71.

[37] Kaizuka T, Morishita H, Hama Y, et al. An autophagic flux probe that releases an internal control. Mol Cell 2016; 64: 835-49.

[38] Ravikumar B, Vacher C, Berger Z, et al. Inhibition of mTOR induces autophagy and reduces toxicity of polyglutamine expansions in fly and mouse models of Huntington disease. Nat Genet 2004; 36: 585-95.

[39] Hippert MM, O’Toole PS, Thorburn A. Autophagy in cancer: good, bad, or both? Cancer Res 2006; 66: 9349-51.

[40] Liu JJ, Lin M, Yu JY, Liu B, Bao JK. Targeting apoptotic and autophagic pathways for cancer therapeutics. Cancer Lett 2011; 300: 105-14.

[41] Song J, Qu Z, Guo X, et al. Hypoxia-induced autophagy contributes to the chemoresistance of hepatocellular carcinoma cells. Autophagy 2009; 5: 1131-44.

[42] Jordan CT, Guzman ML, Noble M. Cancer stem cells. N Engl J Med 2006; 355: 1253-61.

[43] Marcucci F, Ghezzi P, Rumio C. The role of autophagy in the cross-talk between epithelial-mesenchymal transitioned tumor cells and cancer stem-like cells. Mol Cancer 2017; 16: 3.

[44] Lei Y, Zhang D, Yu J, et al. Targeting autophagy in cancer stem cells as an anticancer therapy. Cancer Lett 2017; 393: 33-9.

[45] Soltysova A, Altanerova V, Altaner C. Cancer stem cells. Neoplasma 2005; 52: 5.

[46] Anwar TE, Kleer CG. Tissue-based identification of stem cells and epithelial-to-mesenchymal transition in breast cancer. Hum Pathol 2013; 44: 1457-64.

[47] Bedi U, Mishra VK, Wasilewski D, Scheel C, Johnsen SA. Epigenetic plasticity: a central regulator of epithelial-to-mesenchymal transition in cancer. Oncotarget 2014; 5: 2016-29.

[48] Tysnes BB, Bjerkvig R. Cancer initiation and progression: involvement of stem cells and the microenvironment. Biochim Biophys Acta 2007; 1775: 283-97.

[49] Draffin JE, McFarlane S, Hill A, Johnston PG, Waugh DJ. CD44 potentiates the adherence of metastatic prostate and breast cancer cells to bone marrow endothelial cells. Cancer Res 2004; 64: 5702-11.

[50] Williams K, Motiani K, Giridhar PV, Kasper S. CD44 integrates signaling in normal stem cell, cancer stem cell and (pre)metastatic niches. Exp Biol Med (Maywood) 2013; 238: 324-38.

[51] Li Z. CD133: a stem cell biomarker and beyond. Exp Hematol Oncol 2013; 2: 17.

[52] Tirino V, Desiderio V, Paino F, Papaccio G, De Rosa M. Methods for cancer stem cell detection and isolation. Methods Mol Biol 2012; 879: 513-29.

[53] Seigel GM, Campbell LM. High-throughput microtiter assay for Hoechst 33342 dye uptake. Cytotechnology 2004; 45: 155-60.

[54] Januchowski R, Wojtowicz K, Andrzejewska M, Zabel M. Expression of MDR1 and MDR3 gene products in paclitaxel-, doxorubicin- and vincristine-resistant cell lines. Biomed Pharmacother 2014; 68: 111-7.

[55] Cam H, Easton JB, High A, Houghton PJ. mTORC1 signaling under hypoxic conditions is controlled by ATM-dependent phosphorylation of HIF-1alpha. Mol Cell 2010; 40: 509-20.

[56] Easton JB, Houghton PJ. mTOR and cancer therapy. Oncogene 2006; 25: 6436-46.

[57] Mauro-Lizcano M, Esteban-Martinez L, Seco E, et al. New method to assess mitophagy flux by flow cytometry. Autophagy 2015; 11: 833-43.

[58] Mizushima N, Yoshimori T, Levine B. Methods in mammalian autophagy research. Cell 2010; 140: 313-26.

[59] Kimura S, Noda T, Yoshimori T. Dissection of the autophagosome maturation process by a novel reporter protein, tandem fluorescent-tagged LC3. Autophagy 2007; 3: 452-60.

[60] Rekas A, Alattia JR, Nagai T, Miyawaki A, Ikura M. Crystal structure of venus, a yellow fluorescent protein with improved maturation and reduced environmental sensitivity. J Biol Chem 2002; 277: 50573-8.

[61] Zhou C, Zhong W, Zhou J, et al. Monitoring autophagic flux by an improved tandem fluorescent-tagged LC3 (mTagRFP-mWasabi-LC3) reveals that high-dose rapamycin impairs autophagic flux in cancer cells. Autophagy 2012; 8: 1215-26.

[62] Vakifahmetoglu-Norberg H, Xia HG, Yuan J. Pharmacologic agents targeting autophagy. J Clin Invest 2015; 125: 5-13.

[63] Gomez VE, Giovannetti E, Peters GJ. Unraveling the complexity of autophagy: potential therapeutic applications in pancreatic ductal adenocarcinoma. Semin Cancer Biol 2015; 35: 11-9.

[64] Hua F, Shang S, Hu ZW. Seeking new anti-cancer agents from autophagy-regulating natural products. J Asian Nat Prod Res 2017; 19: 305-13.

[65] Datta S, Choudhury D, Das A, et al. Paclitaxel resistance development is associated with biphasic changes in reactive oxygen species, mitochondrial membrane potential and autophagy with elevated energy production capacity in lung cancer cells: A chronological study. Tumour Biol 2017; 39: 1010428317694314.

[66] Kuzu OF, Toprak M, Noory MA, Robertson GP. Effect of lysosomotropic molecules on cellular homeostasis. Pharmacol Res 2017; 117: 177-84.

[67] Anzick S, Kononen J, Walker R, et al. AIB1, a steroid receptor coactivator amplified in breast and ovarian cancer. Science 1997; 277: 965-8.

[68] Colo GP, Rosato RR, Grant S, Costas MA. RAC3 down-regulation sensitizes human chronic myeloid leukemia cells to TRAIL-induced apoptosis. FEBS Lett 2007; 581: 5075-81.

[69] Gnanapragasam VJ, Leung HY, Pulimood AS, Neal DE, Robson CN. Expression of RAC 3, a steroid hormone receptor co-activator in prostate cancer. Br J Cancer 2001; 85: 1928-36.

[70] Ma G, Ren Y, Wang K, He J. SRC-3 has a role in cancer other than as a nuclear receptor coactivator. Int J Biol Sci 2011; 7: 664-72.

[71] Sakakura C, Hagiwara A, Yasuoka R, et al. Amplification and over-expression of the AIB1 nuclear receptor co-activator gene in primary gastric cancers. Int J Cancer 2000; 89: 217-23.

Fuente: www.medicinabuenosaires.com