Por Mónica Rozas Z.
El miedo por lo general nos suele coger por sorpresa, cuando de pronto nos vemos expuestos a afrontar un hecho o una situación particular. El miedo es como una nube en la proyección de mi mente que juzgo como negativa pero que en realidad no es más que una interpretación, en base a esa información inconsciente, que llevo dentro de mí y que asoma frente a un determinado evento o suceso. Cuando ese miedo nos paraliza, automáticamente intentamos equilibrar esa balanza con pensamientos positivos para así lograr, de alguna manera, evadirlos; esto, eventualmente, nos puede dar resultado consiguiendo mejorar por el momento, pero claro está que este miedo no se desintegrará, seguirá escondido, latente sin poder controlarlo, llevándolo conmigo hasta que reaparezca eventualmente ante una nueva situación similar.
Tenemos entonces que ese miedo no lo escogemos porque a menudo se encuentra operando desde esa lógica inconsciente, sobre la base de nuestras creencias limitantes. Por lo tanto, no sabes el camino que ha seguido este miedo para estar dentro de ti, es por eso que, si no lo sacas a la luz, nunca podrás trascenderlo, ni tomar consciencia desde dónde viene, qué es lo que lo provoca y qué creencias están relacionadas con él. Cuando ese miedo pase de nuestro inconsciente al consciente, lo primero que debemos de hacer es tomar consciencia para sumergirnos en él, aceptarlo, observarlo y permitirte sentirlo para buscar integrarlo dentro de ti. Si yo no busco transcender este miedo, entonces este seguirá acompañándome por el resto de mi vida.
Estos miedos a menudo aparecen porque generalmente los asocio con algo desagradable, triste, doloroso o molesto, por lo cual, al no desearlo, opto por ignorarlo o prefiero taparlo para finalmente no verlo ni enfrentarlo. Es por eso que la propuesta para poder trascenderlo siempre será a través de una toma de conciencia.
Como primer paso resulta elemental poder observar el miedo, sin evadirlo ni intentar convencerme interiormente que todo estará bien, simplemente debemos aceptarlo pero colocando mi consciencia en una observación neutra, porque será fuera del drama desde donde le permitiré que se manifieste, para lograr observar cómo tengo miedo y, en definitiva, tomar nota de cómo son mis pensamientos los que comenzarán a condicionarme más. Necesito, antetodo, asumir una profunda honestidad y un gran valor para que dentro de esa observación consiga colocarme fuera del drama y así lograr que se disipe. Solo con la simple observación se empezará a disipar, de esta forma empezaré a sentir cada vez menos miedo y es en ese momento que comenzará a surgir un cambio en mí.
Es, al mismo tiempo, que al activar la consciencia, por fin comprenderé que el miedo representará esa llave principal para cumplir mi propósito, entendiendo cuál es su objetivo, que es el descristalizar mi percepción e identificar aquellas experiencias que me llevan al error haciéndome sentir mal una y otra vez. Nuestra mente siempre intentará huir o evadir el dolor buscando la forma de hacerme sentir bien, por eso buscaré excusarme cuando no soy consciente de esa lógica de experiencia sin propósito, la lógica divergente que me obliga a encerrarme en una especie de bucle, evadiendo siempre esos miedos que volverán aparecer para condicionarme una y otra vez. Esto es lo que me impide reconocer cuál es el propósito y cómo lograr cambiar e integrar ese miedo cuando observo de manera genuina, cuestionándome ¿para qué vivo esta situación? ¿Cuál es el propósito de que existan estas emociones negativas? ¿Cuál es mi propósito en esta vida? Es decir, que si no me doy cuenta que, lejos de huir, esa experiencia me puede traer mucha información para mi propia evolución personal, no lograré reconocer que yo soy parte de esa Consciencia Infinita que simplemente se ha olvidado del propósito, mi propósito en esta realidad concreta.
Toda existencia tiene un propósito y cuando amplío mi percepción tendré claro el panorama que la realidad es algo más y no solo lo que se presenta frente a mis ojos desde mi perspectiva sesgada. El lograr identificar el error me invita a tomar consciencia de las cosas y entender el tránsito temporal de mi existencia en este mundo, viviendo esta experiencia particular. Todo el problema viene cuando yo no reconozco el propósito y solo vivo la experiencia, es por eso que cuando cambio mi percepción a una lógica convergente, esta me permite recordar mi propósito a cada instante, identificar el error, para finalmente, bajo esta lógica, encontrar, en mi existencia, esa pieza fundamental que me faltaba para poder colocarme en el punto exacto y recordar cuál es mi origen. Es por todo ello que puedo permitirme sentirme mal, sentir dolor, estar errado, ser imperfecto, equivocarme, porque todo esto estará formando parte de mi experiencia.
Mi identidad no es el personaje que interpreto, yo soy parte del origen (Dios) que venido a experimentar, con el objetivo de aprender a detectar el error que llevo grabado en mí.
Tenemos entonces que ese miedo no lo escogemos porque a menudo se encuentra operando desde esa lógica inconsciente, sobre la base de nuestras creencias limitantes. Por lo tanto, no sabes el camino que ha seguido este miedo para estar dentro de ti, es por eso que, si no lo sacas a la luz, nunca podrás trascenderlo, ni tomar consciencia desde dónde viene, qué es lo que lo provoca y qué creencias están relacionadas con él. Cuando ese miedo pase de nuestro inconsciente al consciente, lo primero que debemos de hacer es tomar consciencia para sumergirnos en él, aceptarlo, observarlo y permitirte sentirlo para buscar integrarlo dentro de ti. Si yo no busco transcender este miedo, entonces este seguirá acompañándome por el resto de mi vida.
Estos miedos a menudo aparecen porque generalmente los asocio con algo desagradable, triste, doloroso o molesto, por lo cual, al no desearlo, opto por ignorarlo o prefiero taparlo para finalmente no verlo ni enfrentarlo. Es por eso que la propuesta para poder trascenderlo siempre será a través de una toma de conciencia.
Como primer paso resulta elemental poder observar el miedo, sin evadirlo ni intentar convencerme interiormente que todo estará bien, simplemente debemos aceptarlo pero colocando mi consciencia en una observación neutra, porque será fuera del drama desde donde le permitiré que se manifieste, para lograr observar cómo tengo miedo y, en definitiva, tomar nota de cómo son mis pensamientos los que comenzarán a condicionarme más. Necesito, antetodo, asumir una profunda honestidad y un gran valor para que dentro de esa observación consiga colocarme fuera del drama y así lograr que se disipe. Solo con la simple observación se empezará a disipar, de esta forma empezaré a sentir cada vez menos miedo y es en ese momento que comenzará a surgir un cambio en mí.
Es, al mismo tiempo, que al activar la consciencia, por fin comprenderé que el miedo representará esa llave principal para cumplir mi propósito, entendiendo cuál es su objetivo, que es el descristalizar mi percepción e identificar aquellas experiencias que me llevan al error haciéndome sentir mal una y otra vez. Nuestra mente siempre intentará huir o evadir el dolor buscando la forma de hacerme sentir bien, por eso buscaré excusarme cuando no soy consciente de esa lógica de experiencia sin propósito, la lógica divergente que me obliga a encerrarme en una especie de bucle, evadiendo siempre esos miedos que volverán aparecer para condicionarme una y otra vez. Esto es lo que me impide reconocer cuál es el propósito y cómo lograr cambiar e integrar ese miedo cuando observo de manera genuina, cuestionándome ¿para qué vivo esta situación? ¿Cuál es el propósito de que existan estas emociones negativas? ¿Cuál es mi propósito en esta vida? Es decir, que si no me doy cuenta que, lejos de huir, esa experiencia me puede traer mucha información para mi propia evolución personal, no lograré reconocer que yo soy parte de esa Consciencia Infinita que simplemente se ha olvidado del propósito, mi propósito en esta realidad concreta.
Toda existencia tiene un propósito y cuando amplío mi percepción tendré claro el panorama que la realidad es algo más y no solo lo que se presenta frente a mis ojos desde mi perspectiva sesgada. El lograr identificar el error me invita a tomar consciencia de las cosas y entender el tránsito temporal de mi existencia en este mundo, viviendo esta experiencia particular. Todo el problema viene cuando yo no reconozco el propósito y solo vivo la experiencia, es por eso que cuando cambio mi percepción a una lógica convergente, esta me permite recordar mi propósito a cada instante, identificar el error, para finalmente, bajo esta lógica, encontrar, en mi existencia, esa pieza fundamental que me faltaba para poder colocarme en el punto exacto y recordar cuál es mi origen. Es por todo ello que puedo permitirme sentirme mal, sentir dolor, estar errado, ser imperfecto, equivocarme, porque todo esto estará formando parte de mi experiencia.
Mi identidad no es el personaje que interpreto, yo soy parte del origen (Dios) que venido a experimentar, con el objetivo de aprender a detectar el error que llevo grabado en mí.
Inconforme crónica,
creyente sin religión, enamorada sin remedio, amiga incansable,
ingrata por vicio, adolescente insoportable, adulta impaciente,
anciana convenida, artista apasionada, soñadora compulsiva,
luchadora convencida y sociable por prudencia y complacencia ;) www.facebook.com/moni.rozas.1
1 comentario:
Gracias, Luis! :D
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