Por PubMed, nih.gov, EEUU
La urticaria es un trastorno inflamatorio de la piel que afecta hasta al 20% de la población mundial en algún momento de su vida. Se presenta con ronchas, angioedema o ambos debido a la activación y desgranulación de los mastocitos de la piel y la liberación de histamina y otros mediadores.
La mayoría de los casos de urticaria son urticaria aguda, que dura ≤6 semanas y puede estar asociada con infecciones o ingesta de medicamentos o alimentos. La urticaria crónica (CU) es espontánea o inducible, dura >6 semanas y persiste durante >1 año en la mayoría de los pacientes.
La CU afecta en gran medida la calidad de vida del paciente y está relacionada con comorbilidades psiquiátricas y altos costos de atención médica. A diferencia de la urticaria crónica espontánea (UCE), la urticaria crónica inducible (CIndU) tiene desencadenantes definidos y específicos de subtipo que inducen signos y síntomas.
La patogénesis de la UCE consta de varios eventos interrelacionados que involucran autoanticuerpos, complemento y coagulación. El diagnóstico de urticaria es clínico, pero se pueden realizar varias pruebas para excluir diagnósticos diferenciales e identificar causas subyacentes en la UCE o desencadenantes en la UCInd.
El tratamiento actual de la urticaria apunta a una respuesta completa, con un enfoque gradual que utiliza antihistamínicos H1 de segunda generación, omalizumab y ciclosporina. Los nuevos enfoques de tratamiento se centran en mediadores, vías de señalización y receptores de mastocitos y otras células inmunitarias. La investigación adicional debería centrarse en definir los endotipos de las enfermedades y sus biomarcadores, identificar nuevos objetivos de tratamiento y desarrollar terapias mejoradas.
© 2022. Springer Naturaleza Limitada.
Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36109590/
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