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sábado, 20 de abril de 2019

El tinterillo

El pueblo es como un jorobado de Notre Dame: tonto pero fortachón. Los medios son como una bella meretriz que tiene enbelezado con sus curvas al jorobado. Solo basta ver las mujeres semidesnudas de las publicaciones para el populacho. Los verdaderos gobernantes son como un hombre vestido de Frack que jamás debe ser visto por el jorobado, ni por la meretriz. Para este fin se designa a un tinterillo que es puesto como una persona pública a la que se le denomina "el presidente".

Probablemente Alan fue solo un tinterillo que pidió al hombre de Frack por misericordia y que le conceda realizar un teatro. Y es que este "abogado", manchado de tinta, ha hecho bien su trabajo al final.


Ahora bien, Dios, que observa todo esto, lo permite, porque el jorobado aun no quiere saber nada de Él y prefiere alimentarse de las desnudas y de las migajas (comida para cerdos).

Es la misma imagen del Hijo pródigo que "deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba." (Lc.15:16).

Pero todo tiene su tiempo, y en cualquier momento, el hijo pródigo fortachón podría reflexionar y decir: "¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi Padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. "

En ese momento, ay del hombre de Frack, ay del tinterillo y ay de la meretriz.

amc.

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