Estos contaminantes producen efectos secundarios en el plasma, el cerebro y el hígado de estos animales porque interfieren en su metabolismo
Los investigadores de la UPV/EHU han desarrollado métodos analíticos para medir el contenido de antidepresivos, antibióticos y filtros ultravioleta en el agua y en los peces. También han analizado la acumulación de estos contaminantes en los tejidos y fluidos de los peces, su transformación y los efectos que tienen a nivel molecular.
Cada vez hay más residuos
de fármacos y de productos de cuidado personal en los ecosistemas
acuáticos, y está creciendo la preocupación, tanto de la comunidad
científica como de la sociedad
Según han recordado los investigadores responsables del
estudio, “cada vez hay más residuos de fármacos y de productos de
cuidado personal en los ecosistemas acuáticos, y está creciendo la
preocupación, tanto de la comunidad científica como de la sociedad, en
torno a los efectos secundarios que pueden provocar a los seres vivos
acuáticos”. En este sentido, han apuntado que se han hecho “grandes
esfuerzos” en identificar y controlar este tipo de contaminantes y sus
subproductos en los desagües de las depuradoras y en las aguas
superficiales ambientales, pero “uno de los grandes desafíos sigue
siendo evaluar qué efectos tienen en la biota”.Los efectos sobre los propios peces
Hasta ahora, a través de la biomonitorización ambiental, se había probado el riesgo de acumulación de estas sustancias en peces y otros organismos acuáticos, pero no se había investigado en profundidad la manera en la que se acumulan, distribuyen, metabolizan y eliminan los fármacos y productos de cuidado personal en los tejidos y secreciones biológicas de dichos organismos.
La falta de conocimiento en
torno a la transformación y la biodegradación de los fármacos y de los
productos de cuidado personal puede llevar a infravalorar los verdaderos
efectos de la exposición de los peces a estos contaminantes
“La falta de conocimiento en torno a la transformación y la
biodegradación de los fármacos y de los productos de cuidado personal
puede llevar a infravalorar los verdaderos efectos de la exposición de
los peces a estos contaminantes –explica la investigadora de la UPV/EHU
Haizea Ziarrusta Intxaurtza–. Estos subproductos (los derivados de las
transformaciones y los metabolitos) pueden ser tanto o más peligrosos
que sus precursores”.En ese sentido, Ziarrusta y otros autores, que publican su estudio en la revista Environmental Toxicology and Chemistry, han detectado que el antidepresivo amitriptilina, el antibiótico ciprofloxacin y el filtro ultravioleta oxibenzona pueden acumularse en los peces y que estos contaminantes “producen efectos secundarios en el plasma, el cerebro y el hígado de estos, porque interfieren en su metabolismo, y pueden incluso afectarles a nivel de organismo”.
Estos químicos
Producen efectos
secundarios en el plasma, el cerebro y el hígado de estos, porque
interfieren en su metabolismo, y pueden incluso afectarles a nivel de
organismo
Más preguntas que respuestasEl equipo primero ha optimizado diferentes métodos analíticos “para poder determinar fármacos y productos de cuidado personal en el agua y en los tejidos de los peces”, explica la investigadora. Utilizando estos métodos se ha constatado la existencia de estos contaminantes en varios estuarios vizcaínos y en peces, pero “hemos querido ver los efectos que acarrean a los peces, analizando los cambios que ocurren en su metabolismo”.
Han llevado a cabo experimentos de exposición con doradas en la Estación Marina de Plentzia, en los que han evaluado la bioacumulación de amitriptilina, ciprofloxacin y oxibenzona y su distribución en los tejidos de estos animales.
“Además, hemos investigado la biotransformación de estos contaminantes y caracterizado sus productos de degradación; por último, hemos investigado los cambios que provocan estos contaminantes a nivel molecular, analizando el metabolismo de los peces”, añade Ziarrusta.
En el agua no hay solo un contaminante, y los peces están en continua exposición
Aunque se ha realizado el análisis de los contaminantes por
separado, la científica aclara: “Primero debemos entender las cosas por
separado, para luego poder entender qué ocurre en términos generales. En
realidad, en el agua no hay solo un contaminante, y los peces están en
continua exposición”.
Es preocupante la
concentración de este tipo de contaminantes, porque el consumo está
aumentando y en las depuradoras no conseguimos eliminarlos, llegan hasta
los peces y están cambiando su metabolismo
La investigadora indica que hay mucho trabajo por hacer: “Es
preocupante la concentración de este tipo de contaminantes, porque el
consumo está aumentando y en las depuradoras no conseguimos eliminarlos,
llegan hasta los peces y están cambiando su metabolismo. No sabemos
hasta qué punto influirá eso a nivel de individuo, y el problema podría
llegar a niveles poblacionales. A medida que contaminamos el mar, es
decir, a medida que aumentan los contaminantes, la situación empeora, y
es preciso saber si existe el riesgo de que los contaminantes que
acumulan los peces lleguen hasta los humanos”.Según Ziarrusta, “las aproximaciones analíticas que hemos desarrollado también pueden utilizarse para investigar otros tipos de contaminantes y especies; de esta manera, se podrá aglutinar información decisiva para evaluar los riesgos ambientales y establecer nuevas medidas reguladoras”.
Artículo científico de referencia:
’Amitriptyline at an environmentally relevant concentration alters the profile of metabolites beyond monoamines in gilt-head bream’. Haizea Ziarrusta, Anton Ribbenstedt, Leire Mijangos, Sergio Picart-Armada, Alex Perera-Lluna, Ailette Prieto, Urtzi Izagirre, Jonathan P. Benskin, Maitane Olivares, Olatz Zuloaga, Nestor Etxebarria.. Environmental Toxicology and Chemistry, 2019. DOI: 10.1002/etc.4381.
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