Otra letra a amar es la “L”. En la
imagen vemos que los egipcios usaban al león para representar la “L”
en “KLIOPADRA” que en nuestro idioma se traduce como “Cleopatra”.
Pero ¿de dónde viene la forma de león
para designar la “L”?
Los fundadores de la cultura egipcia
eran pastores y agricultores. Como vivían en una zona muy cálida y
con temperaturas muy elevadas durante el día, solían laborar mucho
durante la noche en donde con el tiempo llegaron a observar el cielo
estrellado con mucha precisión. Así descubriendo las diversas
formaciones de las estrellas que iban trasladándose a lo largo del
año.
De todas las formaciones escogieron doce como referencia para
marcar cada una de las 12 principales actividades del pueblo.
A esta repartición de las actividades
la denominaron “zodiaco”, compuesto de “Za-dia-kos”.
En donde :
“Za” o “Zo” significaba “para”
o “a fin de”;
“dia” o “diaia” “día de
trabajo” o “trabajo” y
“kos” “división” o
“repartición”.
Es decir, “zodiaco” es “la
división del trabajo” o “las diferentes etapas del trabajo
anual”.
Veamos porqué. El trabajo cambiaba de
acuerdo a las circunstancias del año. Por ejemplo durante la etapa
en donde el río Nilo crecía, la actividad de ese mes, estaba
relacionada a la abundancia del agua y la llamaron “acuario”; al
mes siguiente se dedicaban a la pesca como consecuencia a la crecida
del río y la denominaron “piscis”; cuando al siguiente mes el
flujo del río bajaba se dedicaban al pastoreo de carnero “Aries”
y después atendían a los toros “taurus”.
No vamos a mencionar todos los animales
del zodiaco porque escaparía a nuestro tema de la letra “L”. Por
eso pasemos a describir la etapa del año en donde el león entraba
en acción.
El león entraba en contacto con los
moradores de los inicios de la cultura egipcia porque justo en ese
séptimo mes las leonas tenían sus crías que necesitaban ser
alimentados, es por eso que los leones salían de caza a un
territorio mucho más lejano a su hábitat. Es decir, ellos
“escapaban de casa” y llegaban a cruzar desiertos, montañas y
valles hasta la zona en donde los primero moradores de Egipto
residían y mantenían su rebaño.
En ese caluroso mes de julio, en donde
el sol suele desplegar su mayor acción de luz y calor, los
habitantes de Egipto se dedicaban principalmente a enfrentarse y
defenderse de las diversas jaurías de leones que pasaban por la
región.
Por ese motivo la constelación del
firmamento nocturno que marcaba ese mes fue denominada “Le O Wa”:
“Le” “el malo” o “el que
viene del malo”;
(El opuesto de “Le” es “El” que
significa “el bueno” o “el hijo del bueno”. Ver nota 1.)
“O” significaba el “sol” o el
“hijo del Sol”;
“Wa” o “Wai” “el que se va
allí” o “el que se escapa”.
En otras palabra “Leowa”
significaba el “malo que escapa del sol”.
Posiblemente la línea vertical de la
“L” simboliza la luz del Sol que baja a la Tierra y la linea
horizontal de la “L” la escapada del malo ante el Sol y su calor.
El hecho es que en realidad, el león escapaba del intenso calor del
sol y migraba al norte, incluso hasta llegar al mar mediterráneo en
donde reinaba un clima más mesurado.
Por algo la
letra “L” de león está presente en muchos idiomas del planeta
como Leo (latín), Lion (inglés), Löwe (alemán), Leeuw
(holandés), Løve (noruego), Libaax
(somalí) , λιοντάρι (Liontári)
(griego), Lehoia (vasco), etc.
Nota (1): El opuesto de "Le" (malo) es "El" (bueno) que en el idioma hebreo significa "Dios" como en Miguel (Mica-El: "Aquel que se parece a Dios"), Rafael (Rapha-El: “Dios ha sanado”), Gabriel (Gabri-El: “La fuerza otorgada por Dios”), Daniel (Dan-El: “Dios es mi juez o justicia de Dios”) y hasta el nombre ficticio de Superman: Kalel (Kal-El o קל-אל: "fácil para Dios").
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