El abecedario hubiera sido un “abegedario” en caso que hubiera comenzado con las letras A, B, G, D, etc. Como fue el caso de los alfabetos de los fenicios y de los griegos en donde G (Gimmel y Gamma, respectivamente) era la tercera letra.
Veamos, la C está muy relacionada con la G. Por ejemplo: Gamma en el griego (Alfa, Beta, Gamma…) y Gimmel en las lenguas semíticas, como el fenicio, el hebreo y el árabe, entre otros. La similitud de las dos letras no solo existe en las dos mayúsculas (C-G), sino también en la sonoridad, por ejemplo cuando decimos “cana” y “gana”.
Escribe Daniel Balmaceda en su libro "Historias de Letras, Palabras y Frases":
«Para los fenicios, gamal era el camello (la evolución del vocablo fue: gamal, gamello, camello, según puede verse). La forma original de aquella G ancestral era como una C más puntiaguda (<) e inclinada boca abajo, dando la sensación de joroba. La del camello, por supuesto. ¿Ahora entiende por qué el árabe que habla español usa la G en vez de la C, como en “voy a gaerme del gaballo”?
Fueron los griegos los primeros que sintieron la necesidad de diferenciar la G de la C. Por eso crearon Kappa (la K). Observe un segundo la K. Es la original Gimmel fenicia (la joroba del camello), pero con una línea vertical adelante.»
Finalmente los romanos, no usaron la "G" sino la "C" que es la lengua materna de nuestro idioma.
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