Los peligros del azúcar para el corazónSu alto consumo es un problema
de salud pública
Irma Velez
2/28/2014
En Estados Unidos y en muchos de los países occidentales se ha ido
incrementando paulatinamente el consumo de azúcar a lo largo del
tiempo.
Y hoy en día el azúcar está presente en casi todo lo que consumimos,
no solo en las bebidas o alimentos de sabor dulce, sino que también se
pueden encontrar cantidades importantes de azúcar en aderezos para
ensalada, salsas de jitomate, avena pre empacada, barras de granola,
cereales de caja y frutas secas.
Las consecuencias asociadas a un alto consumo de azúcar van desde
alteraciones en el metabolismo de los lípidos, problemas de sobrepeso
y obesidad y el descontrol de la glucosa en sangre ocasionando
diabetes tipo 2.
El exceso de azúcar en la sangre se convierte en triglicéridos por el
hígado, los cuales de forma progresiva dañan los vasos sanguíneos. El
alto contenido de triglicéridos en la sangre daña las paredes de venas
y arterias, lo que hace que se pegue de forma más fácil el colesterol
formando placas, las cuales impiden el libre flujo de la sangre a
través de ellas. Esta condición aumenta el riesgo de enfermedad
cardíaca y es factor previo a infartos.
Normalmente, se aconseja que no más del 10% del total de la calorías
de la dieta provenga de azúcares simples, lo cual se traduce a un
máximo de 25 - 30 g de azúcar al día, que es el equivalente a unas 5 -
6 cucharaditas diarias, cantidad que es superada ampliamente por el
consumo promedio habitual.
El exceso de azúcar no es bueno para la salud por lo que cuidar y
tratar de controlar la cantidad que consumimos diariamente es muy
importante. Generalmente no somos conscientes de cuanto ingerimos de
azúcar y excedernos es muy fácil. Aquí algunas recomendaciones para
ayudar a bajar su consumo y llevar una alimentación más sana:
Prefiera una dieta baja en azúcares simples, es decir en la que se
disminuya el consumo de azúcar como tal, así como de alimentos ricos
en ella como: mieles, mermeladas, bebidas azucaradas, dulces,
chocolates, postres y refrescos.
Revise las etiquetas con información nutricional y las listas de
ingredientes de los productos y procure comprar alimentos sin azúcar
añadida o que contengan fructosa, jarabe de maíz o mieles agregadas,
de manera de reducir el azúcar derivado de alimentos elaborados
industrialmente.
Utilice solo la mitad de azúcar en sus recetas o intente sustituirla
por purés de frutas que ofrecen su fructosa natural y brindarán más
nutrientes a su receta.
No agregue azúcar si no es necesario, al consumir cereales de caja con
leche, al preparar licuados o purés de frutas.
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