por Dr. William H. Bates
La teoría de que los errores de refracción se deben a deformaciones permanentes del globo ocular conduce naturalmente a la conclusión de que los errores de refracción son estados permanentes y que la refracción normal es una situación continua. Puesto que esta teoría es aceptada casi universalmente como un hecho, no sorprende encontrar que se considera por lo general al ojo normal como una máquina perfecta que se encuentra de continuo en buen estado de funcionamiento.
Independientemente de que el objeto mirado resulte extraño o familiar, de que la luz sea buena o imperfecta, de que el entorno sea grato o desagradable, incluso en situaciones de tensión nerviosa o de enfermedad física, se espera que el ojo normal tenga una refracción y visión normales en todo momento. Es cierto que los hechos no casan con esta opinión, pero se los atribuye convenientemente a un defecto en la función del músculo ciliar, o, si esa explicación no es suficiente, se los ignora lisa y llanamente.
Sin embargo, si entendemos cómo la configuración del globo del ojo es controlada por los músculos externos y cómo responde de forma instantánea a la acción de éstos, es fácil ver que un estado no refractivo, tanto sí es normal como anormal, puede ser permanente. Esta conclusión es confirmada por la retinoscopia, y yo observé los hechos mucho antes de que los experimentos mencionados en los capítulos precedentes ofrecieran una explicación satisfactoria. Entregado durante treinta años al estudio de la refracción» he encontrado poca gente que pudiera mantener una visión perfecta, es decir» sin error no refractivo, durante más de algunos minutos seguidos, incluso en las condiciones más favorables; y he visto con frecuencia que la refracción cambia media o una docena de veces o más en un segundo pasando las variaciones por una gama que va desde veinte dioptrías de miopía hasta lo normal.
De igual manera, no he encontrado ojos con continuos o inmutables errores de refracción, siendo así que todas las personas con errores de refracción tienen, a intervalos frecuentes durante el día o de noche, momentos de visión normal en los que su miopía, hipermetropía o astigmatismo desaparecen por completo. La forma de error cambia también, convirtiéndose la miopía incluso en hipermetropía y una forma de astigmatismo en otra.
De miles de escolares examinados en un año, más de la mitad tenía ojos normales, con visión que era perfecta a veces, pero ninguno de ellos tenía visión perfecta en cada ojo durante todos los instantes del día. Su visión puede ser buena por la mañana e imperfecta después de comer; o imperfecta por la mañana y perfecta por la tarde. Muchos niños podían leer un optotipo con visión perfecta, pero eran incapaces de ver perfectamente otro diferente. Muchos podían leer también perfectamente algunas letras del alfabeto mientras que eran incapaces de distinguir otras letras del mismo tamaño en condiciones similares. El grado de visión imperfecta variaba dentro de límites amplios, de un tercio a un décimo, o menos. Su duración era también variable. En algunas condiciones puede continuar sólo durante algunos minutos o menos; en otras, puede impedir al sujeto ver el encerado durante días, semanas o incluso durante más tiempo. Con frecuencia todos los alumnos de una clase estaban afectados hasta ese punto.
Entre bebés se notó una situación similar. La mayoría de los investigadores se han encontrado con bebés hipermétropes. Algunos han dado también con miopes. Mis propias investigaciones indican que la refracción de los niños de corta edad cambia de continuo. Un niño fue examinado bajo atropina en cuatro días sucesivos» comenzando dos horas después dei nacimiento. Se instilaba a ambos ojos un tres por ciento de solución de atropina» la pupila se dilataba al máximo, y se notaban otros síntomas fisiológicos del uso de atropina. El primer examen mostró una situación de astigmatismo mixto. El segundo día había astigmatismo hipermétrope, y el tercer día astigmatismo miope. En el cuarto» un ojo era normal y el otro mostraba miopía simple. Similares variaciones se notaron en otros muchos casos.
Lo que es verdad en cuanto a los niños y recién nacidos lo es también respecto de los adultos de todas las edades. Las personas de más de setenta años de edad han sufrido pérdidas de visión de diverso grado e intensidad, y en tales casos la retinoscopia indicaba siempre un error de refracción. Una persona de ochenta años de edad con ojos normales y con visión normal, de ordinario tenía períodos de visión imperfecta que podían durar de unos pocos minutos a media hora o más. En tales momentos, la retinoscopia siempre indicaba miopía de cuatro dioptrías o más.
Durante el sueño, la condición refractiva del ojo casi nunca es normal. Personas cuya refracción es normal cuando están despiertas sufrirán miopía, hipermetropía y astigmatismo cuando están dormidas. Y si tienen errores de refracción cuando están despiertas, éstos se incrementarán durante el sueño. Por eso la gente se despierta por la mañana con ojos más cansados que en ningún otro momento, e incluso con fuertes dolores de cabeza. Cuando el sujeto está bajo el éter o cloroformo o se encuentra inconsciente por cualquier otra causa, también se producen o incrementan los errores de refracción.
Cuando el ojo mira un objeto no familiar, siempre se produce un error de refracción. De ahí la proverbial fatiga por la visión de pinturas o de otros objetos en un museo. Niños con ojos normales que pueden leer perfectamente letras pequeñas de seis milímetros de altura a tres metros tienen problemas siempre para leer una escritura de :aracteres extraños en la pizarra, aunque las letras puedan tener cin- :o centímetros de altura. Un mapa desconocido, respecto a cualquier Dtro mapa tiene el mismo efecto. Jamás he visto a un niño o a un profesor que pudiera mirar un mapa a cierta distancia sin hacerse miope, Al tipo (de letra) alemán se le acusó de ser responsable en gran parte de la vista pobre, considerada en otro tiempo como una peculiar enfermedad alemana, pero sí un niño alemán intenta leer caracteres romanos se hará hipermétrope durante un tiempo. Los caracteres alemanes, o los griegos o los chinos, tendrán el mismo efecto en un niño o en otra persona acostumbrada a los caracteres romanos. El profesor Hermann Cohn rechazó la idea de que los caracteres alemanes ponían a prueba los ojos. Al contrario, él siempre encontraba «placentero retornar “a nuestra amada letra alemana” tras una larga lectura de monótona escritura romana». Porque los caracteres alemanes (góticos) le resultaban más familiares que todos los demás, los encontraba relajantes para sus ojos. «El uso», como él observó atinadamente, «tiene mucho que ver con el tema.» Los niños que están aprendiendo a leer, a escribir, a pintar o a coser siempre sufren de visión defectuosa debido a la falta de familiaridad de las líneas u objetos con los que ellos están trabajando.
Una exposición repentina a una luz fuerte o un cambio rápido o instantáneo de luz producirá probablemente una visión imperfecta en el ojo normal, continuando en algunos casos durante semanas y meses (véase capítulo 14).
El ruido es también una causa frecuente de visión defectuosa en el ojo normal. Todas las personas ven de modo imperfecto cuando escuchan un inesperado sonido fuerte. Los sonidos familiares no disminuyen la visión, pero los no familiares la reducen siempre. Niños del campo, que van a escuelas tranquilas, pueden sufrir visión defectuosa durante un tiempo después de haberse trasladado a una ciudad ruidosa. En la escuela son incapaces de realizar bien su trabajo porque su vista está deteriorada. Sin duda, es una gran injusticia que los profesores y otras personas riñan, castiguen y humillen a tales niños.
En condiciones de molestias mentales o físicas como dolores, tos, fiebre, molestias de calor o frío, depresión, miedo o ansiedad, se producen siempre errores de refracción en el ojo normal o se incrementan en el ojo en el que ya existen.
La variabilidad de la refracción del ojo es responsable de muchos accidentes inexplicables de otra manera. Cuando algunas personas son atropelladas en la calle por automóviles o camiones se debe con frecuencia a que sufren pérdida temporal de visión. Las colisiones en vías férreas o en el mar, desastres en operaciones militares, accidentes de aviación, etc., suceden con frecuencia porque las personas responsables sufrieron pérdida temporal de la visión.
A esta causa hay que atribuir también, en alto grado, la confusión que todo estudioso del tema ha notado en las estadísticas que han sido reunidas respecto de la incidencia de errores de refracción. Que yo sepa, ningún investigador del tema lo ha tenido en cuenta y, sin embargo, el resultado en toda investigación de ese tipo tiene que estar determinado en buena medida por las condiciones en las que se ha efectuado. Es posible tomar los mejores ojos del mundo y examinarlos de manera que el sujeto no sea capaz de ir al ejército. Viceversa, se puede hacer la prueba de manera que ojos que al principio se encuentran aparentemente muy por debajo de lo normal, a los pocos minutos requeridos para el test adquieran una visión normal y se hagan capaces de leer perfectamente el optotipo.
Fuente: Capítulo 4 - La variabilidad de la refracción por William H. Bates - El método Bates para mejorar la visión sin gafas
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