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jueves, 26 de enero de 2023
El padre lleva a sus hijos al parque
—Al que toma su sopa lo llevaré al parque.
Todos los niños tomaron su sopa menos uno, sin embargo el padre se los llevó a todos al parque.
Al día siguiente, el padre dijo lo mismo, pero esta vez solo la mitad de los hijos tomaron su sopa. El padre asombrado preguntó a los que no tomaron la sopa:
—¿Qué pasó, ayer tomaron y hoy no?
—Es que tu palabra no vale nada, pues dijiste que solo llevarías a los que toman su sopa, pero mentiste, llevaste también al que no lo hizo, así que pensamos que hoy también nos llevarás de nuevo al parque a pesar de todo.
Fin de la historia.
El Señor mismo prometió:
—«¡Pidan a Dios, y Él les dará!»
Si el Señor diera también a aquellos que no piden, ¿tendría el mismo problema que el padre de la historia anterior? Creo que está claro que no ya que el Señor es fiel a sus Palabras. Esto quiere decir que Su Palabra implica también:
«Aquél que no pida, no recibirá».
—¡No, estás mal!, —protesta un crítico— ¿Acaso no sabes que Dios es bueno y misericordioso?, así que Él dará de todas maneras así no pidas.
—Pero Su Palabra, ¿cómo quedaría?
—No lo sé, pero ahora, otra cosa: ¡solo Dios sabe muy bien lo que necesitas, nosotros no sabemos, así que no pedimos nada!
—Justamente antes de pedir tienes que conocer lo que necesitas, por eso a través del pedido puedes ir conociendo los caminos del Señor que es lo que Dios quiere de Sus Hijos. Al principio puedes pedir por riquezas materiales, pero con el tiempo te darás cuenta que es mejor pedir por riquezas espirituales.
martes, 17 de enero de 2023
Patria e iglesia
Nací en mi país y estoy agradecido con mi patria. Respeto sus
autoridades, aun cuando no coincida siempre con las acciones del
gobierno.
Nací dentro de una iglesia a la que agradezco que en mi
tierna infancia me dio valores maravillosos que pude comprobarlos a lo
largo de mi vida. La respeto también, aunque no esté de acuerdo con el
aparato gobernante de ella.
Cualquier corrupción, en el gobierno
como en la iglesia, no la apruebo, pero tampoco no busco hacer
terrorismo a mi país ni destruir mi iglesia.
Mi patria cumplió
conmigo en ofrecer un entorno maravilloso en donde crecí como ciudadano
del mundo y mi iglesia para crecer como una persona espiritual. Ahora
aporto tanto a mi país cumpliendo sus leyes y mi iglesia creciendo en
valores espirituales.
Este es el espíritu que el Señor nos reveló a través de su Siervo.