PREGUNTA: Tengo que hacer un trámite en la oficina pública, ¿por qué me cuesta tanto? Siento un dolor nebuloso en mi interior, me causa una incomodidad que me quita las ganas de realizar el trámite. Me hago un mundo entero para obtener los documentos pertinentes, a pesar que tengo todo, pero de alguna manera tengo miedo al dolor que causa la negativa de la oficina pública porque ellos a menudo encuentran "peros" para rechazar el trámite.
RESPUESTA: Lo que describes es una experiencia bastante común, y lo que sientes tiene que ver con la ansiedad y el estrés ante un proceso que percibes como complicado, incierto o incluso injusto. Las instituciones, como la oficina pública, a veces generan esta sensación debido a varias razones:
Miedo al rechazo: La posibilidad de que tu solicitud sea rechazada genera un sentimiento de vulnerabilidad. Aunque tengas todos los documentos necesarios, el temor a que algo no esté "correcto" o que te encuentres con algún obstáculo inesperado puede generar un gran malestar. La incertidumbre de no saber cómo será el resultado alimenta ese temor.
Burocracia y procesos complicados: El mundo burocrático puede parecer un laberinto. A veces las oficina públicaes tienen procedimientos que no siempre son claros o que cambian con frecuencia, lo que puede generar frustración y ansiedad. La sensación de tener que cumplir con una serie de requisitos difíciles de entender o de que en cualquier momento alguien podría hacer una objeción, es bastante desgastante.
La presión interna: A veces, nos ponemos expectativas muy altas en cuanto a los resultados, esperando que todo salga bien, y ante cualquier amenaza de que no sea así, sentimos que nos estamos exponiendo a un fracaso. Esto genera una incomodidad interna, como si estuviéramos invirtiendo más energía en el miedo al proceso que en la acción misma.
Rechazo a lo institucional: En muchos casos, hay una desconexión o desconfianza hacia las instituciones públicas. La sensación de que las autoridades a menudo no están dispuestas a facilitar las cosas o, incluso, buscan "peros" para no aceptar los trámites, alimenta una sensación de injusticia que genera incomodidad.
¿Qué puedes hacer para afrontar esta situación?
Rompe el proceso en pasos pequeños: Si te parece abrumador, trata de descomponerlo en etapas más manejables. En lugar de pensar en "hacer el trámite completo", concéntrate en cumplir con una sola acción a la vez, como obtener el documento, llenar una parte del formulario, o acudir a la primera parte del proceso. Esto ayuda a reducir el estrés y te permite avanzar poco a poco.
Prepárate mentalmente para lo peor: Es un consejo algo paradójico, pero cuando nos preparamos para una posible negativa o contratiempo, nos resulta más fácil afrontar la situación. Saber que, si algo sale mal, no es el fin del mundo, y que podrás solucionarlo, reduce la ansiedad. A veces, un contratiempo no es un fracaso, sino solo un paso más hacia la solución.
Revisa bien los requisitos: Aunque tengas los documentos listos, revisarlos nuevamente te dará más confianza en que no hay detalles olvidados. Además, contar con el respaldo de alguna persona que haya hecho trámites similares puede darte una sensación de seguridad.
Busca apoyo: Si es posible, busca ayuda o acompañamiento en el proceso. Ya sea un familiar, un amigo o incluso un abogado o gestor que pueda ayudarte, la compañía puede aliviar mucho el estrés.
Recuerda que este tipo de trámites, aunque parezcan complicados y abrumadores, son parte de la vida cotidiana de muchas personas. Si bien la burocracia puede ser frustrante, es una situación temporal que se puede superar con paciencia y preparación.
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