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miércoles, 29 de junio de 2022

UPCH Descontaminarán con la luz solar aguas para el consumo humano

Por una mejor calidad de vida

Proyecto es impulsado por la UNI, el IPEN, la UPCH y organismos internacionales

Artículo de ‘Vida&futuro’ del diario El COMERCIO,

Lima, Jueves 9 de octubre del 2003

La señora Lina Urcuhuaranga vive en Tambo Pariachi, Ate-Vitarte, en la margen izquierda del río Rimac, hace unos treinta años y desde entonces recoge agua del pozo perforado en el patio de su casa. Abastecerse de agua subterránea de la napa freática (subsuelo) expone a estas personas, como en el caso de la familia Urcuhuaranga, a diferentes enfermedades gastrointestinales ocasionadas por los contaminantes que se filtran a los pozos artesanales.

La realidad de la familia Urcuhuaranga es un caso representativo del 30% de nuestra población que no cuenta con servicios básicos de agua y desagüe.

Para enfrentar esta dramática realidad la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Universidad Particular Cayetano Heredia (UPCH) y el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) trabajan conjuntamente en el desarrollo de métodos accesibles para descontaminación de aguas.

Esta investigación es apoyada por el proyecto Tecnologías Económicas para la Desinfección y Descontaminación de Aguas en Zonas Rurales de América Latina, impulsado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el programa Sol water patrocinado por la Unión Europea (UE).

Luego de más de dos años de trabajo, los científicos dirigidos por el profesor principal de la UNI Walter Estrada han estandarizado dos técnicas de descontaminación basadas en el aprovechamiento de la luz solar.

Estos métodos denominados Desinfección Solar de Aguas en Unidades Independientes (Dsaui) y Remoción de Arsénico por Oxidación Solar (RAOS) serán aplicados en los pozos artesanales de Tambo Pariachi. Actualmente ya se obtienen resultados preliminares muy alentadores.

Para el doctor en fotoquímica y coordinador del proyecto Juan Rodríguez, este plan propone "una salida provisoria para aquellos lugares donde la propuesta de saneamiento del Estado aún no llega".

Según el doctor Rodríguez, "es una tecnología muy sencilla que utiliza materiales como las botellas recicladas y no demanda de una inversión considerable de dinero para aplicarse".

El caso del Dsaui es emblemático, pues consiste en la exposición al sol, por unas horas, de numerosas botellas de plástico que contienen agua contaminada. Los rayos solares elevan la temperatura del agua destruyendo bacterias y virus, incluyendo el responsable de producir el cólera.



POZOS ARTESANALES. Lina Urcuhuaranga será una de las beneficiadas con la aplicación de métodos de desinfección de aguas contaminadas.

DATOS

• Dsaui es una técnica eficaz y de fácil aplicación y puede controlar la proliferación de enfermedades gastrointestinales. Consiste en depositar agua contaminada en botellas de plástico y exponerlas a la radiación de ondas cortas (ultravioleta) y a radiación infrarroja

• Dentro del envase se produce el efecto invernadero que eleva a la temperatura hasta los 55 C°. Las altas temperaturas a las, que se exponen destruyen la bacterias como la Escherichia colli y virus como el Vibrio cholerae.

• El proceso de degradación se acelera con la ayuda de fotocatalizadores (óxido de titanio) contenidos en pellets (granos de 5 mm). Luego de unas horas el material destruido se precipita al fondo del depósito. El agua desinfectada puede ser consumida sin necesidad de hervirla.

• El RAOS previene el arsenisismo crónico que produce llagas en todo el cuerpo del afectado. La técnica consiste en depositar en botellas agua contaminada (con presencia de arsénico y fierro) agregarle jugo de limón y exponerla al sol.

• En casos de poca presencia de fierro se agrega más cantidad. La mezcla de estos elementos produce la oxidación del arsénico adherido al fierro y su posterior precipitación.

miércoles, 1 de junio de 2022

Actitud aprendida en el colegio

Cuando estaba en el colegio, después de terminar un examen, tenía más o menos una idea de la calificación que iba a obtener. Supongamos que calculaba que conseguía un 15, entonces me imaginaba (y lo creía también) que obtendría un 14 o 13 o incluso un 12. Y así lo asumía en mi interior: un 12 o 13. Y la experiencia me mostró que casi siempre, muy a menudo, sacaba una nota mejor que la que esperaba. De tal manera, me animaba a estudiar más a través de la alegría del éxito y porque veía que estaba mejorando cada vez más.

Y así procedí, no solo en la universidad, sino también en otros estudios. Con el tiempo decidí ampliar esta actitud también en otros campos de la vida, por ejemplo cuando quería lograr una meta, ejecutar un proyecto, o incluso en las relaciones personales. Siempre esperaba menos de lo que calculaba lo que podría ser.