Buscar este blog

jueves, 13 de diciembre de 2018

Errores sobre el agua de mar

Errores y su aclaración :

"Con el agua de mar no tendremos cáncer porque Otto Warburg (1931) decía que el cáncer sólo puede desarrollarse en un medio ácido y sin oxígeno"

Pueden encontrar la tesis de Warburg aquí   -en inglés-)
En ella podemos ver que con su tesis él sólo pretende prevenir el 20% de los casos de cáncer, que considera de causas internas. El resto (el 80%) consideraba que tenían causas externas. (Ver más explicación)

"El agua de mar alcaliniza el cuerpo porque es alcalina (porque tiene un pH mayor de 7)", “el mar es un medio alcalino”

Aunque el agua de mar que bebiéramos tuviera un pH alcalino, no hay una relación directa entre beber líquidos ácidos y acidificarse (o alcalinos y alcalinizarse)
Por ejemplo: Está comúnmente aceptado que el zumo de limón alcaliniza, y es bien ácido. (Ver más explicación)

"El agua de mar es la panacea, sirve para todo"

No sabemos por qué Eurípides dijo que "El agua de mar cura todos los males del hombre", pero, al menos, los males de esta época, es evidente que no es así.
Pueden ver aquí otras sorprendentes afirmaciones de los médicos de la época greco-romana (información no apta para niños).
Tal como decía un médico italiano en el s.XIX:
"el agua de mar está provista de principios activísimos, que deben producir efectos muy visibles sobre el cuerpo humano, pero conviene estudiarla minuciosamente antes de lanzarse a pronunciar un juicio, antes de establecer en qué enfermedades pueden obtenerse resultados útiles y en cuáles es inútil o perjudicial" Guastalla, 1842.

"El agua de mar no tiene contraindicaciones, no tiene efectos secundarios", "tomando el agua de mar diluida, isotónica, no nos producirá ninguna reacción adversa"

Si algo nos parece que no tiene contraindicaciones, es que no lo conocemos suficientemente.
En el Diccionario Vidal de 1975 (Vademécum de Francia) decía que el agua de mar no tenía contraindicaciones. Utilizar el agua de mar para lo que no sirve es perder el tiempo, lo cual puede verse como una gran contraindicación sobretodo en los casos graves.
En 1975 Hamer todavía no había publicado sus descubrimientos. Ahora, gracias a ellos entendemos mejor lo que son las enfermedades, con dos consecuencias:
  • no usamos el agua de mar para acabar con enfermedades que realmente son sólo síntomas del proceso de recuperación, de curación.
  • usamos el agua de mar sabiendo las posibles reacciones que puede provocar y si podrá superarlas el enfermo o no.(Ver ejemplos de reacciones aquí)
Como se explica en el libro, el agua de mar puede provocar que el enfermo empiece a recuperarse de sus dolencias y esta recuperación agote su energía vital o no sepa entender correctamente lo que está haciendo su cuerpo.

"Hay gente que no tolera el agua de mar", "primero tenemos que comprobar que no somos intolerantes al agua de mar", "el agua de mar no es para mí porque me da dolores de cabeza, bajadas de tensión, cansancio,..."

Si conocemos los descubrimientos de Hamer entendemos correctamente los síntomas que el agua de mar nos puede producir al empezar a tomarla. (Ver ejemplos de síntomas aquí)

"Si tenemos diarreas, esto indica que se esta realizando la limpieza del intestino", "el agua de mar iniciará su acción con una limpieza de colon", "la defecación líquida que se presenta al inicio de la práctica de tomar agua de mar es una depuración intestinal beneficiosa"

Si al beber agua de mar nos produce diarrea es porque hemos tomado demasiada. Es un sufrimiento y una irritación inútil del intestino, para hacer una limpieza de intestinos, mejor hacerla siguiendo el método Shank Prakshalana.

"La diarrea desaparece una vez el organismo se acostumbra a los nuevos niveles de ingesta de sal saludable"

Si hemos tenido diarrea y seguimos tomando la misma dosis, acabaremos muriéndonos.
Diarrea es ingesta excesiva de agua de mar. El cuerpo no puede acostumbrarse a ningún exceso.

"El agua de mar es beneficiosa porque contiene todos los elementos químicos"

El efecto benéfico del agua de mar es innegable y en parte se debe a su composición química pero el mayor beneficio, con gran diferencia, se obtiene cuando se bebe sin haberla calentado por encima de 44 grados.
Al calentarla por encima de 44 grados pierde gran parte de su efecto y no ha cambiado su composición química. Ello indica que hay algo que no es la composición que es lo que hace el agua de mar tan beneficiosa. (Ver explicación más extensa)
Una casa después de un terremoto tiene la misma composición que antes (cemento, hierro, ladrillos), pero ya no sirve para nada.
El grafito (de las minas de los lápices) y el diamante, tienen la misma composición química (puro carbón) pero todos sabemos lo diferentes que son.
La nieve, el hielo, el agua, tiene la misma composición, pero tienen muy diferentes utilidades.
El agua de mar que calentamos al cocinar nos sigue siendo útil porque nos aporta todos los minerales y un sabor estupendo, pero sin su mejor efecto medicinal.

"El agua de mar, con su zooplancton y fitoplancton es nutritiva", "el agua de mar es el nutriente más completo de la Naturaleza"

La cantidad de zoo y fitoplancton en un litro de agua de mar, normalmente es inferior a un miligramo.
Una pastilla puede tener unos 500 miligramos. Imaginen lo pequeño que es un miligramo.
Por tanto, el agua de mar es nutritiva por su aporte de oligoelementos (elementos químicos que necesitamos en pequeñísima cantidad que quizá no están presentes en nuestra comida industrial habitual).
Pero su aporte de proteína e hidratos de carbono es insignificante.
Y sólo de oligoelementos no se puede vivir. Hay que comer patatas, arroz, pan, lentejas,...

“Un náufrago se hidrata y nutre con agua de mar, la "sopa marina" contiene todos los nutrientes que necesita cada una de nuestras células”

En la experiencia de náufragos voluntarios que realizó la Fundación Aquamaris en Canarias, los participantes perdieron entre 1 y 2 kilos de peso diarios.
El náufrago se hidrata con el agua que produce el cuerpo al quemar sus carbohidratos (se hidrata a base de consumirse a sí mismo). Este agua se llama "agua metabólica".
(Tomando agua de mar el náufrago sobrevive más días, pero no indefinidamente).

“El agua de mar tiene una concentración de sales mayor que la que puede soportar nuestro organismo”, “la carga de minerales es muy grande para la mayoría de las personas”

No se trata de tomar sólo agua de mar, sino como complemento alimenticio.
Se puede beber el agua de mar sin diluir sin ningún problema para el organismo (un vaso). Pero luego el cuerpo nos pedirá beber, nos dará sed hasta que bebamos de agua normal el triple de lo que hayamos bebido de agua de mar (tres vasos). En vez de agua normal también podemos tomar fruta o verduras (que tienen mucha agua dentro).
Si tomamos agua de mar y luego nos resistimos a hacer lo que nos pide el cuerpo (beber agua normal), evidentemente que nos perjudicamos.
Si tomamos más de un vaso de agua de mar rápidamente, desbordamos la capacidad de asimilación del cuerpo y nos dará diarrea y deshidratación. Si lo tomamos a lo largo del día, damos tiempo al cuerpo a sentir sed y tenemos tiempo para satisfacerla bebiendo agua normal (o comiendo fruta y verdura) y no nos da diarrea.

“Los peces no enferman por estar todo el día bañados en agua de mar”, “en los océanos no existe la obesidad”

No sólo en el mar, sino en cualquier ambiente no influido por el hombre. ¿Dónde enferman más? Pues donde más les hacemos vivir una vida diferente de la suya natural:
  • en ganadería estabulada por ejemplo, donde alimentamos a los animales herbívoros con harinas animales y no con hierba
  • nuestros animales de compañía que alimentamos con pienso y no pisan el campo ni ven el sol
La enfermedad es propia de los hombres, de sus errores (aparte de accidentes, intoxicaciones, etc. que no son directamente producidos por sus errores, aunque puede que lo sean indirectamente), ya que los animales no pueden equivocarse, su comportamiento no es libre.
Si algún animal salvaje enferma, no dura vivo ni cinco minutos, pues cada animal tiene sus predadores que se lo comerán en cuanto su comportamiento se aleje del óptimo, ya sea por estar moribundo de viejo o por enfermedad.

"La terapia marina de Quinton"

Hay un libro de Jarricot (seguidor de Quinton) de 1921 que se titula “Método marino” (en francés: “Méthode marine”). Pero no es fácil de obtener. En cualquier caso, no tiene mucho sentido buscar prescripciones concretas, pues podemos tomar bebida toda la que nuestro intestino sea capaz de aceptar sin problemas (mientras las heces salgan con forma), o podemos inyectarnos varios litros (isotónica) sin ningún problema. (Recordemos que los problemas pueden venir por los síntomas de curación que puede producir).

"El agua de mar cura la tuberculosis"

El libro "Beber agua de mar" contiene las citas de los libros de Quinton y Jarricot que afirman lo contrario: "después de unas semanas de reanimación sorprendente, la enfermedad retoma su curso".
Gracias a que ahora conocemos a Hamer entendemos mejor lo que ocurría.

"El agua de mar es estupenda porque a María y a José les ha ido de maravilla"

Los testimonios de otras personas son valiosos como indicadores, pero no son garantía de que a nosotros nos convenga lo mismo.
Tenemos que entender lo mejor posible cómo actúa el producto / remedio o tratamiento, porque el mismo remedio no nos conviene a todos, porque estamos en circunstancias diferentes.
Mi primo me habla entusiasmado del camión que se ha comprado para transportar las vacas. Pero a mí, para ir a ver a mi abuelita, me va mejor una bicicleta.
Si de algo sólo nos dicen bondades,...
No hay nada que nos convenga a todos en todo momento.
Cuando algo no tiene contraindicaciones o sirve para todo, es que nos falta conocerlo mejor.

“Como en todo, con el agua de mar no hay que excederse”

Si y no.
Si vemos, podemos correr y no sufrir accidentes.
Si no vemos, andando despacio nos caeremos.
Habitualmente hay un límite en la cantidad que una persona puede beber, pero hay circunstancias especiales (p.ej.: hemorragias) en las que la persona necesita una gran dosis (isotónica, inyectada) y rápidamente, y no dársela, es un grave error.
La precaución no sustituye el conocimiento.
Sólo el conocimiento nos libra del error de usar el agua de mar para lo que no es (y perder el tiempo, que no es poco) y del error de usarla cuando no debemos.
Si no entiendo las instrucciones de un aparato, por mucha precaución que ponga puedo estropearlo.
Cuanto menos conocemos lo que estamos manejando más prudentes tenemos que ser. Pero podemos llegar tarde por esa prudencia.
Incluso con una gran prudencia podemos tener graves daños, en función de nuestro estado. Si estamos ciegos, por muy despacio que nos acerquemos a un precipicio, nos caeremos.
El agua de mar es como un superdeportivo que es preciso saber manejar para no tener accidentes. Los accidentes no son culpa del agua de mar, sino nuestra, por no haber estudiado Hamer que nos enseña lo que nos puede ocurrir cuando nos estamos curando. Hamer nos enseña a conducir el superdeportivo.
Aparte de lo dicho en el anterior apartado (conocer lo que dice Hamer para no confundir con una enfermedad los síntomas de curación que nos puede producir el agua de mar), el agua de mar nunca nos va a dañar nada siempre que respondamos a lo que nos pide el cuerpo: si tomamos un vaso de agua de mar sin diluir el cuerpo nos va a pedir que bebamos agua normal, o comamos fruta o verdura: vamos a sentir sed. Si nos negamos a beber agua normal, pues no es el agua de mar el que nos daña, es que no respondemos a lo que nos pide el cuerpo. (Para el caso de los náufragos ver el artículo correspondiente). (A la gente con demencia, o bebés o inconscientes, que no puede escuchar su cuerpo, siempre hay que darle agua de mar isotónica o más diluida todavía).

“Los metales pesados se van al fondo”

Si y no.
Puede que estén formado compuestos que estén en suspensión. Especialmente si estamos cerca de un punto de vertido industrial continuo o la desembocadura de un río contaminado.

“La primera célula (la vida) salió del mar”

La teoría de la evolución está hace tiempo rebatida por muchos hallazgos y argumentos (ver www.creationscience.com) : por ejemplo, el hallazgo de árboles fosilizados que atraviesan lo que según la evolución deberían ser capas de sedimentos de millones de años. ¿Cómo es posible?

“Los estudios han demostrado la inocuidad del agua de mar”

Esta es una frase que puede afirmarse (y es cierta) hablando en general. Pero, como se explica en otras partes de esta web y del libro, puede que haya personas a las que no les convenga tomar agua de mar. (No porque el agua de mar sea perjudicial por sí misma, sino por el estado de la persona).
Además de ello, esta frase no puede ser científicamente cierta, por lo siguiente:
Las matemáticas pueden afirmar que es cierto que 2 + 2 son 4 y lo será para toda la eternidad.
Pero en el resto de ciencias, y mucho menos las ciencias que tratan con seres vivos, es imposible garantizar "que algo no es perjudicial" al 100% porque es imposible estudiar todas los posibles efectos y circunstancias en que ese "algo" puede usarse. (Ver más explicación en el artículo sobre “la ciencia no puede dar certezas”)

“Tomando agua de mar tendremos salud y no enfermaremos”

Esta frase es evidentemente incorrecta. Podemos tomar agua de mar y, por otro lado, perjudicarnos mucho más con estrés o malos pensamientos.
Aunque la contraportada del libro "Beber agua de mar" diga "El agua de mar cura todos los males", se entiende que es un eslogan, una exageración, aunque la dijera Eurípides.

“El agua de mar no cura ninguna enfermedad que se haya vuelto crónica”

El agua de mar no cura nada, ayuda a que el cuerpo se autorepare. Puede que incluso de las averías que arrastramos desde hace años. Como explica la Dra. Ilari en su vídeo en el minuto 27:37
Cierto que decimos "el agua de mar cura las hernias discales", pero es sólo una forma de hablar. El agua de mar es una ayuda importante en algunos casos, pero es sólo eso; es el cuerpo, el que usando su poder autoreparador, se cura. Igual que el cuerpo es capaz de cicatrizar una herida por sí mismo.

“El agua de mar es un estilo de vida”

Tomar agua de mar puede ser un remedio maravilloso en un momento dado, una ayuda importante en otro o sólo un complemento nutricional si nos encontramos bien (es la sal más natural que podemos consumir).

"Bañarnos en el mar nos deshidrata porque perdemos agua por el efecto osmótico"

Cuando hay dos líquidos con concentraciones de sal diferentes separados por una membrana permeable, el agua va del líquido con más sal al liquido con menos. (Agua de mar isotónica dentro del cuerpo, piel, agua de mar hipertónica fuera del cuerpo).
Que haya un efecto físico aplicable a una situación no quiere decir que ocurra siempre o que sea relevante. Entre la gente que hace cola para comprar el pan, puede haber dos jugadores de ajedrez. Es algo perfectamente posible, pero irrelevante de cara a calcular el tiempo medio de espera.
La ósmosis se produce al bañarnos, pero, tal como explicamos en este otro artículo sobre las dificultades de la ciencia, quizá haya otros factores más importantes que actúen en contra del anterior y en cualquier caso parece que su efecto es muy poco importante, pues observando a los niños bañándose todo el día en el mar, no vemos que salgan deshidratados de él, ansiosos por beber agua normal.

“Hay que tomar el agua de mar de una cierta profundidad”

El agua recogida de la playa (o las rocas) ya es un muy gran remedio. ¿La dificultad adicional de tomarla de una cierta profundidad compensa un mayor beneficio? Y nada es inocuo: tomándola de cierta profundidad con bombas también daña al agua de mar, al someterla a cambios bruscos de presión y contacto con nuevos materiales. Ver “ventajas de tomar el agua de mar directamente de la playa o las rocas”.

"Yo soy un bebedor de agua de mar"

Cuando decimos esto es tan equivocado como decir: “yo soy comprador del jabón de tal marca”. El agua de mar puede habernos servido como remedio maravilloso, pero es sólo eso: un remedio. Podemos estar encantados con ella, hablar a todos nuestros conocidos sobre un fabuloso libro que habla de ella (“Beber agua de mar”), todo eso está muy bien siempre que no nos haga olvidar que hay muchas más cosas maravillosas y que el agua de mar es sólo una de ellas. Y que hay cosas mucho más importantes: Hamer. Y que hay cosas mucho más importantes que Hamer: la religión (nos jugamos mucho, más nos vale ocuparnos de este tema para no errar en él, pues las apariencias engañan).
Arriesgado beber agua de mar sin conocer las posibles reacciones que puede producirnos (Hamer), arriesgado mantener la salud sin conocer para qué estamos aquí ni cómo funciona el mundo (la religión), pues la usaremos para el mal: “más le valía no haber nacido...”.
Hay quien se preocupa de los medios (la salud) sin ocuparse para nada de los fines, o con un fin muy bonito pero equivocado:
  • que suele nombrarse con énfasis de “gran palabra”: (“el hambre”, “la sostenibilidad del planeta”, “la paz”, “la pobreza”, “el medio ambiente”,...).
  • que aparece en los medios de manipulación de masas: radio, prensa, tv, películas, libros,...
Jesucristo no vino a nada de eso.
Fuente: http://www.martin13.com/beber-agua-de-mar-beneficios/mitos-equivocados-del-agua-de-mar.html

lunes, 3 de diciembre de 2018

Comunidad médica reconoce su error: las grasas no son el problema - Medio siglo equivocados

The Medical Establishment Was Wrong About Fat

For more than half a century, the conventional wisdom among nutritionists and public health officials was that fat is dietary enemy No. 1 — the leading cause of obesity and heart disease.
It appears the wisdom was off.
And not just off. Almost entirely backward.
According to a new study from the National Institutes of Health, a diet that reduces carbohydrates in favor of fat — including the saturated fat in meat and butter — improves nearly every health measurement, from reducing our waistlines to keeping our arteries clear, more than the low-fat diets that have been recommended for generations.
"The medical establishment got it wrong," says cardiologist Dennis Goodman, director of Integrative Medicine at New York Medical Associates. "The belief system didn't pan out."
It's not the conclusion you would expect given the NIH study's parameters. Lead researcher Lydia Bazanno, of the Tulane University School of Public Health, pitted this high-fat, low-carb diet against a fat-restricted regimen prescribed by the National Cholesterol Education Program.
"We told both groups to get carbs from green, leafy vegetables, because those are high in nutrients and fiber to keep you sated," Bazanno says. "We also told everyone to stay away from trans fats." The fat-restricted group continued to eat carbs, including bread and cereals, while keeping saturated fat — common in animal products — below 7 percent of total calories.
By contrast, the high-fat group cut carbs in half and did not avoid butter, meat, and cheese. Most important, both groups ate as much as they wanted — no calorie counting, no going hungry.
One year later, the high-fat, low-carb group had lost three times as much weight — 12 pounds compared with four — and that weight loss came from body fat, while the low-fat group lost muscle. Even more persuasive were the results of blood tests meant to measure the risk of heart disease and diabetes. The high-fat group, despite eating nearly twice as much saturated fat, still saw greater improvements in LDL cholesterol, HDL cholesterol, and triglycerides.
kale
Eating kale doesn't guarantee weight loss. In one study, people on a high-fat diet lost three times as much weight as people on a low-fat diet.
Flickr/laurelfan
This was enough to improve their scores on the Framingham Risk Calculator, a tool for predicting 10-year risk of heart attack. The low-fat group, by contrast, saw no improvement on their Framingham scores. "I think the explanation lies in how the low-fat dieters filled the hole left by fat — they just ate more carbs," Bazanno says.
How a fatty pork chop can trump pasta begins with the fact that our bodies don't process calories from fat, protein, and carbohydrates in the same way. "When we eat carbs, they break down into sugar in the blood; that's true of whole grains, too, though to a lesser extent," says Jeff Volek, a leading low-carb researcher at Ohio State University. The body responds with the hormone insulin, which converts the extra blood sugar into fatty acids stored in the body fat around our middles.
Our blood sugar then falls, and that body fat releases the fatty acids to burn as fuel. But carb-heavy diets keep insulin so high that those fatty acids aren't released, Volek says. The body continues to shuttle sugar into our fat cells — packing on the pounds — but we never burn it. Dietary fat, meanwhile, is the only macronutrient that has no effect on insulin or blood sugar. "This means it's likely excessive carbs, not fat, that plump us up," he adds. Low-carb diets stop that vicious cycle, keeping insulin levels low enough to force the body to burn fat again.
But isn't too much saturated fat bad for your heart? "The evidence for that has really disintegrated," says Dr. Eric Westman, a bariatric physician and director of the Duke Lifestyle Medicine Clinic. It is true that saturated fat can raise cholesterol.

But as we know, there is good cholesterol and bad cholesterol. And it turns out that a diet rich in saturated fat increases the former while decreasing the latter. Carbs, on the other hand, do exactly the opposite. In fact, a new Annals of Internal Medicine review of 72 studies and hundreds of thousands of subjects found no strong evidence that saturated fat causes heart disease.
The NIH report actually adds to research that's been accumulating for years. "It's something like the 25th clinical trial in the last 15 years to come out saying this, with almost none going the other way," Westman says.
High-fat diets have been slow to catch on mostly because of two long-held theories. The first is the calorie-counting theory of weight gain, which came about in the 1950s.
"It looks at the human body as a mathematical counting machine," says Gary Taubes, author of "Why We Get Fat: And What to Do About It." "Fat has more calories per gram than carbs or protein, so eating fat must make you fatter. It's a naive view of human physiology."
yogurt
"We no longer think low-fat diets are the answer," says Dr. Linda Van Horn of the AHA Nutrition Committee.
Flickr/matthewblasi
The second idea, the lipid hypothesis, blamed saturated fat for clogging arteries. This notion emerged from vast population studies in the 1970s that found loose correlations between fat consumption, total cholesterol, and heart disease. Just because two things occur together, however, does not mean that one causes the other. But the lipid hypothesis became so popular at the USDA and the American Heart Association that, says Westman, "there was no money to fund research into anything other than low-fat, low-calorie diets for 20 years."
The AHA now acknowledges that refined carbs like flour and sugar threaten your waistline and your cardiovascular health.
"We no longer think low-fat diets are the answer," says Dr. Linda Van Horn of the AHA Nutrition Committee. But, she says, the AHA still recommends keeping saturated fat below 6 percent of total daily calories, or half what the low-carb dieters consumed in the NIH study. "There just haven't been any controlled clinical trials yet showing us how much saturated fat is safe," Van Horn says.
There also haven't been low-carb clinical trials running long enough to reach "hard end points" — heart attack, stroke, or death. That means no one can say with certainty that a high-fat diet will make you live longer. That might be why so few doctors recommend them.

Goodman cites another possible reason: "The idea that fat kills got so ingrained, it became folklore. Your mother told you, your grandmother told you. It's going to take years to get people to believe that was wrong," he says. "We're in a transition, and on the cutting edge. It may take a while, but you'll see new guidelines." 

sábado, 24 de noviembre de 2018

Manifiesto médico contra el actual sistema de vacunación

Ciento cincuenta y tres profesionales de la salud italianos encabezados por el doctor Roberto Gava -especialista en Cardiología, Farmacología y Toxicología Clínica y autor de más de un centenar de publicaciones científicas- acaban de firmar un manifiesto dirigido a las autoridades sanitarias en el que se oponen al nuevo Plan de Vacunación Nacional 2016-18 que pretende hacer de Italia uno de los países europeos con mayores tasas de vacunación. Y dan para ello 21 razones además de aportar una propuesta con 14 puntos, “Quienes hemos firmado este manifiesto nos hemos dado cuenta de que la práctica pediátrica de las vacunas, tal y como se ha estado utilizando hasta ahora, ha provocado daños -leves o graves- a muchos niños por lo que hay decenas de miles de padres dispuestos también a firmarlo”, explican los autores del manifiesto.

La propuesta del gobierno italiano de poner en marcha el Plan Nacional de Vacunación 2016-2018 ha levantado una auténtica tormenta en Italia entre los partidarios de su aplicación y aquellos profesionales de la salud que ya sin reparos solicitan un replanteamiento del balance beneficio-riesgo de las vacunas, especialmente de las pediátricas. En Italia se obliga hoy a vacunar a los niños contra la difteria, el tétanos, la polio y la hepatitis B y lo que pretenden ahora las autoridades sanitarias italianas “para situar al país entre los estados europeos con mayor cobertura vacunal” -como si tal cosa fuera positiva- es hacer obligatorias también la vacuna contra la varicela en niños y además obligar a los adolescentes a ponerse una vacuna contra cuatro cepas del meningococo, a los adultos “en situación de riesgo” una contra el herpes zoster y a las personas de más de 65 años dos: una para el neumococo y otra para la hepatitis A .

Y por si fuera poco la vacuna de la gripe para todos los niños y adultos “en situación de riesgo” -decisión claramente política disfrazada de sanitaria- y la del virus del papiloma humano (VPH) que hoy se pone ya a las adolescentes… ¡a los niños de más de 12 años!

Hablamos de un plan calificado en octubre pasado en la Cámara de Diputados como “asunto de seguridad nacional y salud pública” por la ministra de Sanidad Beatrice Lorenzin que fue elaborado por un grupo de personas entre los que estaban el presidente de la Agencia Italiana del Fármaco (AIFA) Sergio Pecorelli -hoy suspendido en sus funciones como explicaremos luego-, el presidente del Instituto de Salud Walter Ricciardi y los miembros del comité permanente que designa el ministerio. Lo que supondrá un coste adicional de 320 millones de euros que sumar a los 300 que el estado ya se gasta en vacunas cada año. Es evidente que para las farmacéuticas la crisis no existe.

Y para asegurarse de que los ciudadanos no se rebelen ante tal imposición se postula la exclusión escolar de los niños en caso de incumplimiento y la de sancionar a los médicos “infieles” que se pronuncien contra las vacunas. “Cada profesional de la salud –se dice en el plan- y más aún aquellos que realizan funciones en cualquier puesto por cuenta del Servicio Nacional de Salud está obligado éticamente a informar, asesorar y promover la vacunación de acuerdo a las últimas pruebas y estrategias científicas compartidas a nivel nacional. La difusión por parte de los trabajadores de salud de información no basada en la evidencia científica es moralmente reprobable y una grave violación de la ética profesional además de ser contractual y legalmente perseguible”. En suma, la propuesta es amenazar también a los médicos que no acepten las decisiones políticas -que no científicas- sobre las vacunas. Nada de convencerles con estudios, ensayos y argumentos: al que no obedezca se le hará la vida imposible y si es necesario se le retira la licencia. Así se impone hoy la “ciencia”.

La propuesta fue aprobada por la Comisión Mixta Regiones-Estado y se encuentra a la espera de recibir el visto bueno definitivo del gobierno siendo las razones reales de la demora desconocidas. Quizás sea por su alto coste o porque las medidas propuestas contra quienes se rebelen pueden tener efecto boomerang. “La solicitud de aplazamiento de la decisión sobre las vacunas –ha declarado el Secretario de Economía y Hacienda Pier Paolo Barettaestá motivada por razones técnicas. El texto es complejo y el tiempo para analizarlo insuficiente”. Otros piensan en cambio que ha sido por la reacción de los médicos que no apoyan tal medida.

 UNA INICIATIVA SIN PRECEDENTES

 Nos referimos a la Carta Abierta que encabezada por el doctor Roberto Gava -especialista en Cardiología, Farmacología Clínica y Toxicología Médica, profundo conocedor de terapias no convencionales como la Acupuntura y la Homeopatía y autor de más de un centenar de publicaciones científicas así como de conocidos libros: L’alimentazione che può Prevenire e Curare le Nostre Malattie, Le Vaccinazioni di Massa o Vaccinare contro il tetano?- ha hecho llegar a las autoridades sanitarias un amplio grupo de profesionales de la salud que rechazan la vacunación obligatoria y denuncian que se están obviando los efectos secundarios de las vacunas. Dirigida al Dr. Ricciardi, presidente del Instituto de la Salud y uno de los autores del plan, la firman 153 profesionales: 83 médicos de medicina interna o general, 20 pediatras y 50 terapeutas de otras especialidades. “Quienes hemos firmado este manifiesto –puede leerse en ella– nos hemos dado cuenta de que la práctica pediátrica de las vacunas, tal y como se ha estado utilizando hasta ahora, ha provocado daños -leves o graves- a muchos niños por lo que hay decenas de miles de padres dispuestos también a firmarlo”.

Y eso que en la carta los firmantes -algo sobre lo que en la revista discrepamos- reconocen el valor de algunas vacunas: “Hoy día un médico con sentido común y un mínimo de conocimientos científicos no puede estar en contra de las vacunas pediátricas”. Solo que luego reconocen lo que otros colegas niegan: “Nuestros 35-40 años como médicos que hemos estado con niños enfermos nos han abierto los ojos a la realidad de las reacciones adversas causadas por las vacunas pediátricas”.

Reacciones que ellos mismos manifiestan pueden llegar a ser debilitantes e incluso mortales y no deberían ser negadas “por ningún médico con sentido común” porque está constatado que provocan a veces “alteraciones inmunitarias” que dan lugar a efectos secundarios importantes en los recién nacidos afectando sobre todo a los órganos inmunológicamente inmaduros. “Hemos observado que después de las vacunaciones –aseveran- muchos niños reaccionan con un aumento de la temperatura (reacción inmune clásica a una noxa externa), se alteran sus funciones digestivas y/o la regularidad de su ciclo de sueño-vigilia (expresión de una respuesta multisistémica), se vuelven más irritables, lloran sin consuelo y sufren regresión de algunas habilidades ya adquiridas (señal de irritación del sistema nervioso central). Tal evidencia, que cualquier médico atento puede constatar en niños recién vacunados -por supuesto no en todos-, nos lleva a cuestionarnos su seguridad -y no la de una vacuna sola-, especialmente por la forma en la que actualmente se inoculan las vacunas pediátricas”.

Y añaden: “Nos hemos dado asimismo cuenta, tras la observación cuidadosa y prolongada de niños vacunados y no vacunados, que los no vacunados parecen más saludables, menos propensos a las enfermedades infecciosas -especialmente de las vías respiratorias superiores-, menos propensos a los trastornos intestinales y a las enfermedades crónicas, menos propensos a los trastornos neurológicos y conductuales y además necesitan luego menos fármacos y precisan de menos intervenciones sanitarias”.

Los firmantes invitan ante ello a rechazar todo tipo de afirmaciones simplistas y concluyen diciendo: “La práctica actual de la vacunación ofrece muchas dudas y es objeto de acalorados debates en el ámbito científico por su impacto en el sistema inmune ya que se basa en un tratamiento que se administran masivamente a todos los niños -a edades muy tempranas- las mismas vacunas sin tener en cuenta la historia familiar, el estado individual de salud de cada niño y el medio ambiente en el que viven”.

Y no crea el lector que tales aseveraciones se hacen sin justificar: las razonan con 21 argumentos expresados de forma sencilla. En todo caso ya que algunos son propios de la realidad italiana vamos a destacar solo los que abordan el problema de forma global y acaecen en cualquier nación. Estas son -tal y como están reflejadas en el documento- las principales razones en las que se apoyan los 153 profesionales firmantes para reclamar un debate médico-científico sobre las actuales campañas de vacunación:

-Los niños son hoy inmunológicamente más débiles que sus coetáneos de hace unas décadas por varias razones: mayor número de factores de enfermedad o de no salud de los padres, alimentación nutricionalmente pobre y desequilibrada, ambiente más contaminado, acceso más fácil a tratamientos farmacológicos -tanto para la madre durante el embarazo, el parto y la lactancia materna como para el recién nacido-, mayor número de partos por cesárea, etc.

-La literatura científica actual confirma la evidencia clínica de que cuanto mayor es el número de vacunas que se administran al mismo tiempo y cuánto más pequeño es el niño y/o nacido antes de tiempo mayor es el riesgo de reacciones adversas.

-El conocimiento actual de la Inmunología no considera racional la administración parenteral simultánea de 7 antígenos vacunales a un bebé de pocos meses de vida.

-Si hay varias vacunas pediátricas múltiples no entendemos por qué no pueden ser comercializadas las mismas vacunas de forma individual. De hecho no se entiende, por ejemplo, por qué una mujer que antes de un posible embarazo desea vacunarse contra la rubeola debe ser obligada a inocularse también vacunas contra el sarampión y las paperas (MMR).

-En la literatura científica existe actualmente una acalorada discusión -sobre todo en Estados Unidos- tanto sobre la relación riesgo/beneficio de la vacuna trivalente sarampión-paperas-rubéola (MMR) como sobre la utilidad y eficacia de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano. Esta última fue vendida mucho antes de que se dispusiera de datos fiables sobre su capacidad para reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino y hasta la fecha sólo se disponen de extrapolaciones estadísticas sobre su capacidad real para prevenir el cáncer. En cualquier caso sabemos que potencialmente solo protegería de 2 genotipos virales de los 13 que tienen alto riesgo oncológico. Por otra parte, faltan datos de farmacovigilancia activa sobre su relación beneficio real/riesgo tras su administración a niñas de 11-12 años y por eso en algunos países se retiró como medida de precaución y en Francia, España e Italia cientos de médicos han firmado ya una petición para suspender su inoculación.

-La vacuna contra la gripe se recomienda en niños menores de un año cuando la evidencia científica sobre su eficacia y la relación riesgo/beneficio es extremadamente pobre, débil y cuestionable; tanto para la vacunación pediátrica como para la vacunación de adultos.

-El riesgo de padecer daños por las vacunas es mayor entre los bebés nacidos prematuramente, los que han sufrido una enfermedad aguda en los primeros meses, los que sufren una enfermedad infecciosa aguda, los que recibieron en los primeros meses de vida medicamentos que interfieren con el sistema inmune (antibióticos, corticosteroides y/u otros agentes inmunosupresores), los que han sido sometidos a cirugía bajo anestesia general, los que tienen trastornos del sistema inmune o son hijos de padres con trastornos del sistema inmune o metabólico, los que viven un intenso estrés psicológico y los que sufren cualquier condición capaz de desequilibrar su ya débil y precario equilibrio inmune. 

-Las reacciones adversas a las vacunas no dependen sólo de su componente antigénico sino también de sus componentes toxicológicos (adyuvantes y conservantes) y sabemos que la seguridad a largo plazo de la administración parenteral en los recién nacidos de estos compuestos, individuales y/o diversamente asociados entre sí, no está suficientemente fundamentada. Además se sabe que cuanto más pequeño es el niño mayor debe ser la proporción de antígeno necesaria para disparar la respuesta inmune.

-Por desgracia en nuestro país -y también en España, añadimos nosotros- la práctica de reportar sospechas de reacciones adversas a los medicamentos y las vacunas se aplica mal y en algunos casos es aún mal entendida, o incluso impedida por lo que estos informes se subestiman en gran medida, tanto cuantitativa como cualitativamente.

-Durante años han llegado a nuestro país muchos inmigrantes procedentes de terceros países y ello planteó alarmas injustificadas: el fenómeno de la migración, consolidado desde hace décadas en Europa, no ha causado nunca la propagación de poliomielitis o difteria. Ni siquiera en países europeos con baja cobertura de vacunación como Austria (del 85% según datos de la OMS y UNICEF). Se sabe en cambio que sus precarias condiciones de vida sí hace que los inmigrantes pueden padecer muchas otras enfermedades: tuberculosis, sarna, salmonelosis, etc.

-Los datos epidemiológicos sobre poliomielitis demuestran que no hay evidencia científica de que disminuir la cobertura de vacunación por debajo del 95% ponga a la población en riesgo de enfermedades infecciosas (véase por ejemplo la experiencia de Austria, Bosnia y Ucrania). En muchos países de América y de la zona del Pacífico no hay casos de polio a pesar de tener tasas de vacunación muy por debajo del 95%. Por otra parte, hablamos de un límite porcentual que es resultado de una estimación estadística y por tanto puramente indicativo.

-Hoy día vivimos en un ambiente gravemente contaminado. Desde el punto de vista toxicológico la literatura científica de los últimos años correlaciona la contaminación con muchas enfermedades neuro-psiquiátricas, metabólicas y degenerativas en niños que afectan a su sistema inmune por lo que alterar éste con tempranas y múltiples vacunas es un factor sinérgico comparable a la “gota que colma el vaso”.

 PROPUESTA: TRASPARENCIA Y RESPONSABILIDAD

 Tras exponer de forma resumida sus argumentos al responsable del Instituto italiano de Salud los 153 firmantes desglosan luego su propuesta de actuación en 14 medidas. Dos de ellas se refieren en concreto a la situación italiana pero las otras 12 son válidas para cualquier otro país de la Unión. Son éstas:

1) Todo tratamiento médico debe ser personalizado a fin de adaptarlo a las características personales, nutricionales, familiares, ambientales y sociales de cada persona.

2) Los principales responsables de la salud de los niños son sus padres y deben ser pues plenamente informados de las necesidades reales y del riesgo/beneficio real de cada vacuna.

3) Es necesario asegurarse de que quienes trabajan en el ámbito de la salud pública no están inmersos en conflictos de intereses.

4) Es necesario superar la obligación de la vacunar.

5) Antes de vacunar a un niño su pediatra debe preparar una historia clínica detallada que incluya a sus padres y parientes cercanos y tener en cuenta todos los factores que influyen en la salud; incluyendo las condiciones sociales y ambientales de la zona en la que vive y trabaja su familia y los componentes económicos, nutricionales, toxicológicos y psicocomportamentales de la misma.

6) Antes de poner a un niño una vacuna el pediatra debe excluir cualquier posible contraindicación; haciendo si lo considera preciso pruebas de laboratorio e instrumentales que evalúen su estado nutricional e inmunológico; buscando en particular la presencia de marcadores de inflamación.

7) En el momento de la vacunación el niño debe estar siempre en perfecto estado de salud, tanto física como psíquica.

8) El médico no debe nunca vacunar a un niño sin excluir antes cualquier enfermedad aguda reciente o en curso y las posibles contraindicaciones.

9) Antes de vacunar a un niño sus padres deben recibir todos los datos existentes sobre la vacuna y conocer sus propiedades, interacciones, contraindicaciones y componentes toxicológicos de la misma así como las posibles reacciones adversas. Y solo luego decidir si quiere vacunarlo.

 10) Los padres tienen el deber y el derecho de estar informados sobre la legislación que afecta a las vacunas, incluido lo previsto sobre indemnizaciones en caso de que provoquen daños a sus hijos.

11) Como quiera que toda vacuna -al igual que todo medicamento- puede dañar al vacunado los padres ser debidamente instruidos para que informen de inmediato de cualquier anomalía o alteración física o psicológica del niño alertando de ello rápidamente a su pediatra.

12) Ante cualquier sospecha de reacción adversa a una vacuna el pediatra tiene el deber de notificarlo inmediatamente a las autoridades.

A nuestro juicio –concluye diciendo el manifiesto- este enfoque vacunal -garantizaría una mejor defensa de la salud pediátrica ante las enfermedades infecciosas, dedicaríamos más atención a nuestros hijos y reduciríamos el riesgo de daños vacunales. Hay que personalizar cada intervención preventiva adaptando los últimos conocimientos científicos a las necesidades pediátricas reales e individuales y tener en cuenta las condiciones sociales y ambientales del país”.

 SOSPECHOSAS VINCULACIONES…

 Cabe agregar que además de esta carta abierta muchos otros profesionales de la salud, ante las intenciones del Gobierno, han solicitado la apertura de un debate público. Es entre otros el caso del epidemiólogo Vittorio Demicheli -miembro de la prestigiosa Cochrane Collaboration Vaccines Field y antiguo Director Regional de Salud- quien en un artículo titulado Plan Nacional de Vacunación: el tratamiento de la transparencia contra la “teoría de la conspiración” en el que denuncia la falta de independencia y transparencia de todo lo relacionado con la inoculación de vacunas. Criticando especialmente que se hayan ignorado las valoraciones críticas sobre la eficacia de las nuevas vacunas contra enfermedades bacterianas invasivas como la meningitis B y las infecciones por neumococo para ancianos. Y, por supuesto, se manifiesta completamente en contra de que pudiera sancionarse a quienes se opongan a ellas. “Sé por experiencia –explica- que los sistemas de coerción y sanción que el ministerio tiene previsto introducir para los médicos nunca han conducido a resultados positivos. La propuesta incluida en el nuevo plan no es pues, a mi juicio, una apuesta ganadora. La única solución plausible para superar los problemas de desconfianza es el cumplimiento de los principios de transparencia e independencia en la toma de decisiones”.

Falta de transparencia sobre los motivos reales de la obligatoriedad de las nuevas vacunas que según él contribuye a alimentar las teorías más críticas: “El nuevo calendario vacunal corre además el riesgo de alimentar la ‘teoría de la conspiración’. Y no podía ser de otra manera porque el calendario establecido en el Plan Nacional de vacunación es copia fiel de la ‘Agenda para la Vida‘ patrocinada por la industria farmacéutica”.

Demichelli se refiere a la llamada Agenda para la Vida que presentaron en 2014 cuatro sociedades científicas –la Società italiana di Pediatria, la Società italiana di Igiene Medicina Preventiva e Sanità Pubblica, la Federazione italiana dei Medici Pediatri y la Federazione Italiana dei Medici di Medicina Generale– que según él están financiadas por la industria farmacéutica y fueron de hecho consultadas para la elaboración del nuevo plan de vacunación. Las sociedades no niegan ni sus vinculaciones con la industria ni que reciban dinero de ella pero aseguran que ello no influyó en sus propuestas. Algo que Demicheli no se cree llegando a insinuar que o se han dejado influir o, directamente, se han corrompido. De hecho resulta especialmente significativo que en medio de la polémica internacional sobre la eficacia de las vacunas la división de la organización Cochrane Collaboration dedicada a analizar la credibilidad de los estudios y ensayos sobre ellas tuviera que echar el cierre el pasado mes de noviembre por falta de financiación.

La controversia llegó a su punto máximo el pasado 27 de noviembre cuando la Agencia del Medicamento italiana decidió suspender a su propio presidente, Sergio Pecorelli -Rector de la Universidad de Brescia y uno de los autores del nuevo plan-, por conflictos de interés. Según explica el diario italiano La Stampa Pecorelli nunca informó a la agencia de que era consultor de una empresa que invierte en compañías farmacéuticas y es autor de un dossier patrocinado por Sanofi-Pasteur publicado por una fundación para la salud que alaba los beneficios de la vacunación. Y no es el único; Amelia Beltramini, periodista especializada en temas de salud, ha denunciado públicamente que la mitad de los autores del programa de vacunación han recibido financiación de la industria para elaborar “artículos científicos”.

En suma, ha llegado la hora de que se haga un debate serio; porque como se dice en la Carta Abierta que comentamos “si el asunto de la vacunación está siendo intensamente debatido a nivel internacional en los últimos años es porque científicamente está aun abierto. Y si queremos servir a la verdad sólo tenemos una posibilidad: unir a todos alrededor de una mesa científica y discutir el tema a corazón abierto, libres de conflictos de intereses. La buena medicina se practica así; el resto es coacción y confrontación ciega que con el tiempo se volverá contra todos nosotros”.

 Francisco Sanmartín


Fuente

martes, 6 de noviembre de 2018

Médico inglés: "Vacunación matará a muchos más niños de los que salva"

Por el Dr. Vernon Coleman, médico, MB, ChB, DSc, FRSA

El entusiasmo por la vacunación se ha vuelto casi histérico. Las compañías farmacéuticas promueven programas de vacunación porque ganan miles de millones con la venta de vacunas. Los médicos son igualmente entusiastas porque reciben enormes honorarios por vacunar a sus pacientes.

(Sin embargo, por extraño que parezca, siempre que les pregunto a los médicos si ellos mismos se han vacunado, siempre se sienten avergonzados y admiten que no lo hacen).

Los enfermeros y visitantes de enfermería acosan a los pacientes para que acepten las vacunas porque eso es lo que se les dice que hagan. Y los gobiernos están entusiasmados porque les ha dicho (por las compañías farmacéuticas y los médicos) que la vacunación ahorra dinero al sacrificar la salud (y la vida) de algunos por el bien de muchos.

Me sorprendería si, en cualquier momento, el Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del gobierno no incluyera, en ningún momento, a miembros que estén vinculados de alguna manera u otros a las compañías farmacéuticas que fabrican vacunas.

En 2009, el Gobierno Laborista le otorgó al Comité la facultad de redactar la ley en lo que respecta a las vacunas.
Pocos, si alguno, de estos entusiastas han estudiado los peligros y las deficiencias de la vacunación.

Como resultado, ahora se habla mucho de hacer obligatoria la vacunación.
Los programas de vacunación obligatoria ya se han introducido en algunas partes del mundo, y algunos médicos generales se niegan a cuidar a los pacientes si no vacunan a sus hijos. (Existe, por supuesto, una simple razón egoísta para esto. Si los pacientes se niegan a vacunarse, los médicos de familia pierden enormes bonos en efectivo).

Si y cuando se introduce la vacunación obligatoria en Gran Bretaña, no será la primera vez. La vacunación obligatoria se introdujo en Gran Bretaña a mediados del siglo XIX y en 1871 se nombraron vacunadores públicos. Y los programas de vacunación obligatoria son comunes en algunos países. En partes de los EE.UU., por ejemplo, la policía puede ingresar y vacunarle contra la gripe o encarcelarlo si se niega. En algunas partes de Europa, la vacunación es obligatoria y el entusiasmo por la vacunación es tan completo que ya no existe ningún debate sobre los pros y los contras de las vacunas. En algunas partes de Europa, mi libro sobre vacunación es, según me dicen, el único material publicado disponible que cuestiona la vacunación.

Una autoridad local en Inglaterra ya ha creado centros especiales de vacunación, afirmando que lo está haciendo bajo poderes especiales otorgados en virtud de la Ley de Contingencias Civiles de 2004. Y un Fideicomiso del NHS ha enviado cartas “invitando” a las personas a asistir para la vacunación y declarando: “Es importante que asistas a esta sesión. Si no puede asistir, deberá acudir a una de las sesiones posteriores que figuran en la siguiente página.” Y algunos médicos han afirmado que no se debe permitir que los niños que no están vacunados asistan a la escuela. Un médico de cabecera le dijo a un lector mío que si no aceptaba la vacuna contra la gripe porcina, nunca más se le permitiría tener medicamentos recetados.

La evidencia científica no apoya nada de esto.

La evidencia científica muestra claramente que las vacunas no son seguras ni efectivas y, de hecho, que hacen mucho más daño que bien.

¿Cuántos de aquellos que hacen campaña por la vacunación obligatoria saben que miles de niños han muerto o han sufrido daños cerebrales por las vacunas? ¿Cuántos saben que miles desarrollan problemas de salud graves después de recibir la vacuna contra la influenza?

Si aquellos que hacen campaña alegremente por la vacunación obligatoria han visto la evidencia y conocen los hechos médicos, seguramente harían campaña para prohibir la vacunación.

Lea el articulo original en VernonColeman.com: Compulsory Vaccination Will Kill Far More Children than It Saves – by Dr Vernon Coleman MB ChB DSc FRSA

Vernon Coleman: Médico

Se graduó como médico en 1970 y ha trabajado en hospitales y como médico de cabecera. Todavía está registrado y tiene licencia para ejercer como director de GP. Ha fundado y organizado muchas campañas relacionadas con la iatrogénesis, la drogadicción y el abuso de animales, y ha presentado pruebas a los comités de la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores. Las campañas del Dr. Coleman a menudo han tenido éxito. Por ejemplo, después de una campaña de 15 años (que comenzó en 1973), finalmente convenció al gobierno británico para que introdujera controles más estrictos que regulen la prescripción de tranquilizantes de benzodiazepina. “Los artículos del Dr. Vernon Coleman, a los que me refiero con aprobación, expresaron preocupación por estos importantes asuntos”, dijo Edwina Currie, Secretaria Parlamentaria de Salud de la Cámara de los Comunes en 1988.

El historial del Dr. Vernon Coleman de detectar peligros para la salud es insuperable. Desde la década de 1970, cuando se publicaron sus dos primeros libros innovadores (The Medicine Men and Paper Doctors), el Dr. Coleman se ha ganado amigos entre pacientes y enemigos entre médicos y compañías farmacéuticas.

En The Medicine Men (1975), Vernon Coleman llamó la atención sobre la relación peligrosamente estrecha entre el establecimiento médico y la industria farmacéutica. En Paper Doctors (1977) argumentó que la mayor parte de la investigación médica se realiza en beneficio de los investigadores (y las compañías farmacéuticas) y que el dinero se gastaría mejor en el uso de la información que ya tenemos y en alentar al público a evitar riesgos conocidos para la salud.

Vernon Coleman, un autor de best sellers del Sunday Times, es uno de los pocos autores con calificación médica que escribe sobre temas médicos sin prejuicios y sin compromisos ni lealtades profesionales o comerciales. Su honestidad le ha hecho muchos enemigos entre el establecimiento médico y las alianzas comerciales del establecimiento.

Sus predicciones, pronósticos y advertencias se han hecho a menudo años (y, en muchos casos, décadas) antes de que alguien más haya descubierto y comprendido la evidencia o haya tenido el valor de hablar. Además, en muchos de sus libros de medicina y en miles de artículos de periódicos y revistas, ha llamado la atención sobre los peligros de usar medicamentos de venta libre y recetados específicos.


Fuente: https://argentinasinvacunas.wordpress.com/2018/11/01/medico-ingles-afirma-la-vacunacion-obligatoria-matara-a-muchos-mas-ninos-de-los-que-salva/

domingo, 28 de octubre de 2018

¿Cuántos habitantes ha tenido la Tierra a lo largo de la historia?

Por Elena Sanz

Más de 107.000 millones de personas han nacido y vivido en la Tierra durante los 162.000 años que tiene la humanidad, según los cálculos realizados por el experto en estadística del Centro de Matemáticas e Informática de Holanda Peter Grunwald.

Como parte de un reportaje publicado por la revista holandesa Quest, de G+J, Grunwald ha estimado que la actual población del planeta, que asciende a 6.700 millones de personas, apenas representa un 6% de todas las personas que han vivido en la Tierra a lo largo de toda la Historia. No obstante, el investigador reconoce que la cifra no es del todo exacta, porque se ignoran los datos sobre la natalidad y la numerosidad de la población de los tiempos antiguos.

La pregunta acerca de cuántas personas han nacido en la Tierra en toda la Historia de la Humanidad ha sido reconocida como la más interesante de las 101 hechas por la revista Quest en 2008.


Fuente: https://www.muyhistoria.es/contemporanea/articulo/icuantos-habitantes-ha-tenido-la-tierra-a-lo-largo-de-la-historia

sábado, 20 de octubre de 2018

John Yudkins: hombre que investigó el azúcar

Por Ecoesfera.

Hace 40 años, el profesor John Yudkin trató de advertirnos acerca de cómo la sacarosa afectaba a nuestro cuerpo; sin embargo, eso acabó por destruir su carrera profesional.  

A donde dirijamos nuestra mirada, encontramos la presencia casi omnipresente del azúcar en nuestra cocina diaria. Si bien ahora existen diversas alternativas saludables (y otras no tanto) de este condimento dulzón, no podemos negar que los alimentos adquieren un diferente sabor cuando lo agregamos a esos platillos. Sino, ¿qué sería de los deliciosos panecillos, pasteles, merengues, frutas en almíbar y demás gustos culposos?

No obstante, en la última década, la ciencia se ha encargado de demostrarnos los daños que el azúcar produce en nuestro cuerpo: enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes, adicciones, y sólo por mencionar algunos. Según esos investigadores, estos son resultados de estudios que se realizaron últimamente… Pero, ¿y si te dijéramos que desde hace 40 años se sabían ya las consecuencias negativas de la sacarosa, sin embargo se optó por evadir ese conocimiento y a su investigador?

En 1972, John Yudkin, fundador del departamento de nutrición del Colegio Queen Elizabeth, de la Universidad de Londres, publicó su libro Azúcar: pura, blanca y mortal, en el cual mencionaba los efectos nocivos de la sacarosa. No fue bien recibido por el público científico ni por la industria de la alimentación.  Fue realmente una buena combinación, ya que bombardearon la credibilidad del profesionalismo de Yudkin y aumentaron el uso del azúcar en los alimentos.



¿Cómo lo lograron? (Audio)



De acuerdo con el profesor endocrinólogo Robert Lustig, de la Universidad de California, el ataque masivo al trabajo de Yudkin fue un plan casi maquiavélico. Con un video en YouTube que dura 90 minutos y con 4.1 millones de visitas, y un libro llamado Azúcar: la amarga verdad, Lustig explica que todo comenzó en la década de los sesenta:

Vídeos:
Dr. Robert Lustig:  La pandemia del azúcar
https://www.youtube.com/watch?v=KhVTsO7gTWY

Dr. Robert Lustig: Azúcar: Una amarga verdad
https://www.youtube.com/watch?v=e-nHEbezPIo

Cuando los nutricionistas de diversos laboratorios universitarios alrededor de EE.UU. y Europa occidental trataron de escarbar por qué hubo un incremento alarmante en enfermedades cardíacas en las personas. La respuesta era sencilla: el culpable era el alto nivel de grasa en la comida.  Fue entonces que se declaró la guerra a la grasa. Se recomendó que, para todas aquellas personas víctimas de enfermedades cardíacas, empezaran a ajustar su dieta a una más ligera, a una “dieta mediterránea”.

Era una oportunidad perfecta para la industria de la comida: en vez de tratar responsablemente la situación, el mercado mostró entusiastamente productos “saludables” y bajos en grasa (con muchos endulzantes). Como era de esperarse, los alimentos se popularizaron de la noche a la mañana. Por consiguiente, al inicio de los setenta, todo supermercado estaba atascado de yogurts, postres y golosinas bajos en grasa.

Ante toda esta pulsión histérica, hubo una voz que se opuso: John Yudkin. A lo largo de sus experimentos, él encontró que, más allá de culpar a la grasa, había una fuerte correlación entre las enfermedades cardíacas y el elevado consumo de azúcar; además que fue él quien descubrió la conexión entre los altos niveles de insulina (por ende de diabetes tipo dos) y la sacarosa. Incluso llegó a escribir:

Si tan sólo una pequeña fracción de lo que conocemos acerca de los efectos del azúcar fuera revelado en relación a cualquier otro material usado como aditivo alimenticio, ese material se prohibiría de inmediato.

Por supuesto que esta condenación al azúcar no era algo que la industria de la comida quería escuchar. No cuando estaban en la cima de las ventas de productos bajos en grasa. Se trataba de una investigación incómoda que desarmonizaba su escenario perfecto de negocios. En consecuencia, patrocinadores (como Coca Cola) y algunos científicos comenzaron a desacreditar tanto la imagen como el trabajo de Yudkin: consideraron públicamente que su trabajo eran “aserciones emocionales”, “pura ciencia ficción”, “sólo asunciones sin explicaciones científicas”; dejó de ser invitado a conferencias internacionales o le cancelaban al último minuto; incluso el Colegio Queen Elizabeth retiró su promesa en que le permitían al profesor utilizar sus instalaciones para continuar investigando después de su jubilación. Sólo después de que el abogado de Yudkin envió una carta al colegio, se le ofreció un cuarto pequeño en un edificio a parte.

Al final de la década de los setenta, pocos científicos se atrevieron a publicaron resultados similares a los de Yudkin, por miedo a ser presas fáciles como el profesor. El resultado: los productos bajos en grasa (con altos niveles de azúcar) preservaron su omnipresencia en el mercado.

El profesor endocrinólogo Robert Lustig comenta que “eso nos ayuda a comprender cómo un concepto puede ser bastardizado por el lado oscuro de la industria.”

¿Qué nos cuenta Azúcar: pura, blanca y mortal (1972)?

De acuerdo con el libro del profesor Yudkin, el azúcar no sólo engorda y provoca caries, sino que también puede causar otras enfermedades crónicas como: cáncer, Alzheimer, diabetes y del corazón. Además, es un elemento adictivo, que interfiere con el apetito creando una urgencia casi irresistible a seguir comiendo.

¿Qué podemos hacer entonces?

Desde hace 40 años, los índices de obesidad y diabetes han incrementado hasta diez veces en conjunto con el consumo del azúcar. La mayoría de las veces no nos damos cuenta que la comemos, cuando en realidad se encuentra oculta en alimentos procesados, jugos de las tienditas, yogurts, etcétera.

No  obstante, el doctor Julian Cooper, investigador en AB Sugar, insiste que realmente el incremento en la incidencia de las enfermedades son el resultado de una mezcla de factores complejos:

La evidencia científica concluye que el consumo de azúcar como parte de una dieta balanceada no induce a un estilo de vida lleno de enfermedades, tales como la diabetes o padecimientos cardíacos. […] Muchas personas huyen del azúcar, y cuando eso sucede las compañías se ajustan a lo que el cliente demanda. Es una vergüenza que una advertencia que pudo haber sido tomada en cuenta hace 40 años, fue ignorada: la ciencia está regresando desastrosamente a desechar los conocimientos de Yudkin.  Eso fue para el daño de la salud de millones.

En consecuencia, es importante tener en consideración que una vida saludable es el conjunto de muchos factores. Por ejemplo, ejercitarse diariamente, descansar las suficientes horas para que tu cuerpo y mente se recuperen de las horas de trabajo, tomar agua, hacer una dieta balanceada de frutas, verduras, carne blanca y roja, frutos secos, entre otros. Incluso, podrías utilizar alternativas al azúcar de casa; como utilizar miel para endulzar el té de las mañanas, azúcar mascabada para el café, entre otras opciones. Es cosa de dejar volar la imaginación.

Fuente:
El hombre que investigó los efectos nocivos del azúcar.
ecoesfera.com


martes, 25 de septiembre de 2018

Bill Hayden: Del ateismo al cristianismo

Agregar leyenda
El famoso ateista, Bill Hayden, fue ministro de exterior  y el Gobernador General N° 21 en Australia y ahora se ha convertido al cristianismo. 

En este mes, septiembre de 2018, fue bautizado en la iglesia de Santa María, Ipswich. Le dijo al periódico "ha habido un dolor en mi corazón y en mi alma sobre cuál es el significado de la vida".

¡Bella, ya tengo un compromiso!