Todo comenzó la mañana del 11 de setiembre del 2001. El atentado terrorista más grave que sufrió los Estados Unidos. ¿El responsable? Ellos gritan "Osama Bin Laden". Un mes después, George W. Bush da por inicio la incansable búsqueda y captura de este terrorista.
Una década después, en mayo 2011, Barak Obama anuncia que la Agencia Central de Inteligencia (la CIA) había asesinado a Osama Bin Laden en Pakistán.
Todo era felicidad. Sin embargo, el 11 de julio de ese mismo año, varios medios de comunicación internacionales como The Guardian y The New York Times revelaron que un médico pakistaní llamado Shakeel Afridi había sido arrestado cerca a la frontera de Pakistán acusado de haber colaborado con el servicio de inteligencia de los Estados Unidos.
El Dr. Afridi, en coordinación con la CIA, habían realizado una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis B. El objetivo (que según fuentes internas, no funcionó) era obtener muestras de ADN de algún familiar de Osama mediante los restos de sangre que quedaban impregnados en las puntas de las jeringas. Los norteamericanos querían asegurarse que el líder de Al-Qaeda se encontraba en aquella lujosa casa de tres pisos antes de ejecutar el operativo. Lo demás es historia conocida.
Leer artículo completo en: http://elcomercio.pe/blog/expresiongenetica/2014/06/la-cia-osama-bin-laden-y-la-polio
Fuente: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2814%2960900-4/fulltext
Una década después, en mayo 2011, Barak Obama anuncia que la Agencia Central de Inteligencia (la CIA) había asesinado a Osama Bin Laden en Pakistán.
Todo era felicidad. Sin embargo, el 11 de julio de ese mismo año, varios medios de comunicación internacionales como The Guardian y The New York Times revelaron que un médico pakistaní llamado Shakeel Afridi había sido arrestado cerca a la frontera de Pakistán acusado de haber colaborado con el servicio de inteligencia de los Estados Unidos.
El Dr. Afridi, en coordinación con la CIA, habían realizado una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis B. El objetivo (que según fuentes internas, no funcionó) era obtener muestras de ADN de algún familiar de Osama mediante los restos de sangre que quedaban impregnados en las puntas de las jeringas. Los norteamericanos querían asegurarse que el líder de Al-Qaeda se encontraba en aquella lujosa casa de tres pisos antes de ejecutar el operativo. Lo demás es historia conocida.
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Polio eradication: the CIA and their unintended victims
On
May 2, 2011, President Barack Obama announced that the US Central
Intelligence Agency (CIA) had located and killed Osama Bin Laden. The
agency organised a fake hepatitis vaccination campaign in Abottabad,
Pakistan, in a bid to obtain DNA from the children of Bin Laden, to
confirm the presence of the family in a compound and sanction the
rollout of a risky and extensive operation. Release of this information
has had a disastrous effect on worldwide eradication of infectious
diseases, especially polio.
On May 16,
2014, the White House announced that the CIA will no longer use
vaccination programmes as a cover for espionage. The news comes in the
wake of a series of militant attacks on polio vaccination workers in Pakistan,
with legitimate health-care workers targeted as being US spies. The
attacks have forced organisations such as the UN to suspend polio
vaccination efforts in Pakistan, and have severely hampered anti-polio
efforts, with parents refusing to have their children vaccinated. News
of the vaccination programme led to a banning of vaccination in areas
controlled by the Pakistan Taliban, and added to existing scepticism
surrounding the sincerity of public health efforts by the international
health community.
Consequently, WHO
declared that polio has re-emerged as a public health emergency in
Pakistan—one of only three countries, including Afghanistan and Nigeria,
where the disease remains endemic.
According to the Global Polio Eradication Initiative,
61 of 77 cases of polio reported this year have been in Pakistan, and
cases of paralytic polio have spiked, with 66 cases reported up to now,
compared with only 14 last year.
The
lesson learned from the experience in Pakistan is that public health
programmes should be politically neutral. Although the announcement from
the White House might go some way to building bridges towards that
neutrality, health officials and local leaders now have the challenge of
convincing communities that vaccination is not merely beneficial, but
vital for children.