La hiperlaxia (también llamada hiperlaxitud articular) es un término médico que describe la condición en la que las articulaciones tienen un rango de movimiento mayor de lo normal debido a una elasticidad aumentada de los ligamentos y tejidos conectivos.
🔹 Características principales:
- Articulaciones que se doblan o giran más de lo esperado.
- Puede presentarse de manera aislada (sin síntomas) o asociarse a dolor, lesiones frecuentes o fatiga articular.
- En algunos casos forma parte de síndromes más amplios del tejido conectivo, como el síndrome de Ehlers-Danlos o el síndrome de Marfán.
👉 En términos sencillos: una persona con hiperlaxia es “muy flexible” o “doble-jointed” (como se dice en inglés).
¿Qué es la hiperlaxitud?
La hiperlaxitud articular (también llamada hipermovilidad articular o síndrome de hipermovilidad benigno) es una condición en la que las articulaciones tienen un rango de movimiento mayor al normal debido a una mayor elasticidad en los ligamentos, tendones y tejidos conectivos (como el colágeno). Esto hace que las personas afectadas puedan realizar movimientos que otros no pueden, como doblar los dedos o las rodillas de forma extrema. Afecta aproximadamente al 5-15% de la población, es más común en mujeres, niños y adolescentes (disminuye con la edad), y tiene un componente hereditario (puede transmitirse en familias).
No siempre es un problema grave; en muchos casos, es una característica benigna que no causa síntomas y puede incluso ser ventajosa para actividades como el ballet, la gimnasia o tocar instrumentos musicales que requieren flexibilidad. Sin embargo, cuando se asocia con dolor o lesiones recurrentes, se conoce como síndrome de hiperlaxitud articular. En formas más severas, puede estar relacionada con trastornos genéticos como el síndrome de Ehlers-Danlos (especialmente el tipo hipermóvil), que afecta el colágeno y puede involucrar problemas en la piel, vasos sanguíneos u órganos.
Causas
- Genéticas: Principalmente, se debe a variaciones en las fibras de colágeno (la proteína que da estructura a los tejidos). Hay más elastina (que permite estiramiento) que colágeno rígido, lo que hace los ligamentos más flojos y frágiles.
- Hereditarias: Es común en familias; si un padre la tiene, hay un 50-60% de probabilidad de que se herede (patrón autosómico dominante).
- Otras: Puede aparecer en síndromes como Down, Marfan o Ehlers-Danlos. No se conoce una causa única, pero factores como la etnia (más en caucásicos o asiáticos) y el género influyen.
Síntomas y complicaciones
La mayoría de las personas no tienen síntomas, pero cuando aparecen (especialmente en el síndrome), incluyen:
- Dolor en articulaciones, músculos o espalda (artralgias, lumbalgias), que empeora con actividad física o estrés.
- Inestabilidad articular: Sensación de "articulaciones flojas", con riesgo mayor de esguinces, luxaciones (ej. en hombros, rodillas o mandíbula) o subluxaciones.
- Chasquidos o crujidos en las articulaciones (crepitaciones).
- Fatiga crónica, rigidez muscular o debilidad.
- Problemas extraarticulares: Piel elástica o frágil (hematomas fáciles), varices, hernias, pies planos, escoliosis o problemas en el parto (en mujeres).
- En casos graves (como Ehlers-Danlos): Fatiga extrema, ansiedad, problemas digestivos o cardíacos.
Los síntomas suelen empezar en la infancia o adolescencia y pueden persistir de forma intermitente. No es inflamatorio, pero puede predisponer a artrosis prematura o tendinitis.
Diagnóstico
Se diagnostica con el test de Beighton, una escala simple de 9 puntos que evalúa la flexibilidad en 5 áreas (dedos, pulgares, codos, rodillas y columna).
- Adultos: 5 o más puntos indican hiperlaxitud.
- Niños: 6 o más puntos. Ejemplos de pruebas: Tocar el antebrazo con el pulgar, hiperextender las rodillas o doblar el meñique más de 90°.
Se complementa con historia clínica, examen físico y, si es necesario, pruebas genéticas para descartar síndromes relacionados. Un reumatólogo o traumatólogo lo confirma.
Tratamiento y manejo
No hay cura, ya que es genético, pero se puede controlar para evitar complicaciones:
- Ejercicio físico: Fortalecer músculos con ejercicios de bajo impacto (natación, yoga, pilates o ciclismo) para estabilizar las articulaciones. Evitar deportes de alto impacto como correr o saltar sin protección.
- Fisioterapia y kinesiología: Para mejorar la postura, tonificar músculos y reducir dolor. Incluye ejercicios isométricos y uso de soportes (rodilleras, tobilleras).
- Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios (ibuprofeno) o relajantes musculares para el dolor. En casos crónicos, terapia para fibromialgia asociada.
- Estilo de vida: Mantener peso saludable, buena higiene postural, evitar cargas pesadas y usar plantillas si hay pies planos. En embarazos, monitoreo especial.
- En casos graves: Cirugía para luxaciones recurrentes o tratamiento multidisciplinario (psicólogo para ansiedad asociada).