Buscar este blog

miércoles, 3 de septiembre de 2025

¿Qué es la hiperlaxitud?

La hiperlaxia (también llamada hiperlaxitud articular) es un término médico que describe la condición en la que las articulaciones tienen un rango de movimiento mayor de lo normal debido a una elasticidad aumentada de los ligamentos y tejidos conectivos.

🔹 Características principales:

  • Articulaciones que se doblan o giran más de lo esperado.
  • Puede presentarse de manera aislada (sin síntomas) o asociarse a dolor, lesiones frecuentes o fatiga articular.
  • En algunos casos forma parte de síndromes más amplios del tejido conectivo, como el síndrome de Ehlers-Danlos o el síndrome de Marfán.

👉 En términos sencillos: una persona con hiperlaxia es “muy flexible” o “doble-jointed” (como se dice en inglés).

¿Qué es la hiperlaxitud?

La hiperlaxitud articular (también llamada hipermovilidad articular o síndrome de hipermovilidad benigno) es una condición en la que las articulaciones tienen un rango de movimiento mayor al normal debido a una mayor elasticidad en los ligamentos, tendones y tejidos conectivos (como el colágeno). Esto hace que las personas afectadas puedan realizar movimientos que otros no pueden, como doblar los dedos o las rodillas de forma extrema. Afecta aproximadamente al 5-15% de la población, es más común en mujeres, niños y adolescentes (disminuye con la edad), y tiene un componente hereditario (puede transmitirse en familias).

No siempre es un problema grave; en muchos casos, es una característica benigna que no causa síntomas y puede incluso ser ventajosa para actividades como el ballet, la gimnasia o tocar instrumentos musicales que requieren flexibilidad. Sin embargo, cuando se asocia con dolor o lesiones recurrentes, se conoce como síndrome de hiperlaxitud articular. En formas más severas, puede estar relacionada con trastornos genéticos como el síndrome de Ehlers-Danlos (especialmente el tipo hipermóvil), que afecta el colágeno y puede involucrar problemas en la piel, vasos sanguíneos u órganos.

Causas

  • Genéticas: Principalmente, se debe a variaciones en las fibras de colágeno (la proteína que da estructura a los tejidos). Hay más elastina (que permite estiramiento) que colágeno rígido, lo que hace los ligamentos más flojos y frágiles.
  • Hereditarias: Es común en familias; si un padre la tiene, hay un 50-60% de probabilidad de que se herede (patrón autosómico dominante).
  • Otras: Puede aparecer en síndromes como Down, Marfan o Ehlers-Danlos. No se conoce una causa única, pero factores como la etnia (más en caucásicos o asiáticos) y el género influyen.

Síntomas y complicaciones

La mayoría de las personas no tienen síntomas, pero cuando aparecen (especialmente en el síndrome), incluyen:

  • Dolor en articulaciones, músculos o espalda (artralgias, lumbalgias), que empeora con actividad física o estrés.
  • Inestabilidad articular: Sensación de "articulaciones flojas", con riesgo mayor de esguinces, luxaciones (ej. en hombros, rodillas o mandíbula) o subluxaciones.
  • Chasquidos o crujidos en las articulaciones (crepitaciones).
  • Fatiga crónica, rigidez muscular o debilidad.
  • Problemas extraarticulares: Piel elástica o frágil (hematomas fáciles), varices, hernias, pies planos, escoliosis o problemas en el parto (en mujeres).
  • En casos graves (como Ehlers-Danlos): Fatiga extrema, ansiedad, problemas digestivos o cardíacos.

Los síntomas suelen empezar en la infancia o adolescencia y pueden persistir de forma intermitente. No es inflamatorio, pero puede predisponer a artrosis prematura o tendinitis.

Diagnóstico

Se diagnostica con el test de Beighton, una escala simple de 9 puntos que evalúa la flexibilidad en 5 áreas (dedos, pulgares, codos, rodillas y columna).

  • Adultos: 5 o más puntos indican hiperlaxitud.
  • Niños: 6 o más puntos. Ejemplos de pruebas: Tocar el antebrazo con el pulgar, hiperextender las rodillas o doblar el meñique más de 90°.

Se complementa con historia clínica, examen físico y, si es necesario, pruebas genéticas para descartar síndromes relacionados. Un reumatólogo o traumatólogo lo confirma.

Tratamiento y manejo

No hay cura, ya que es genético, pero se puede controlar para evitar complicaciones:

  • Ejercicio físico: Fortalecer músculos con ejercicios de bajo impacto (natación, yoga, pilates o ciclismo) para estabilizar las articulaciones. Evitar deportes de alto impacto como correr o saltar sin protección.
  • Fisioterapia y kinesiología: Para mejorar la postura, tonificar músculos y reducir dolor. Incluye ejercicios isométricos y uso de soportes (rodilleras, tobilleras).
  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios (ibuprofeno) o relajantes musculares para el dolor. En casos crónicos, terapia para fibromialgia asociada.
  • Estilo de vida: Mantener peso saludable, buena higiene postural, evitar cargas pesadas y usar plantillas si hay pies planos. En embarazos, monitoreo especial.
  • En casos graves: Cirugía para luxaciones recurrentes o tratamiento multidisciplinario (psicólogo para ansiedad asociada).